El Secretario de Industria de la provincia Juan Ignacio García aclaró que la etapa es incipiente y recién se conformarán las mesas de trabajo para analizar la capacidad instalada en Tierra del Fuego para encarar la fabricación de insumos para la aviación. Lo enmarcó en el objetivo de diversificar la matriz productiva, fijado como parte del planteo de la prórroga del subrégimen industrial, si bien en este caso no se habla de una fabricación al amparo de la 19.640. Respecto de los impuestos internos, confía en que las empresas electrónicas cumplan con el compromiso de no trasladar a los precios el mayor costo de la carga tributaria, o lo hagan en su mínima expresión, y adelantó que habrá un monitoreo junto con la Secretaría de Comercio de los precios de salida de los productos fabricados en la provincia. Como balance del 2020, si bien fue un año más que complicado por la pandemia, en algunos rubros se ha superado el volumen de fabricación de 2019, que marcó un piso en la última década, y espera que sea el puntapié inicial de la recuperación, que dependerá de la macroeconomía y de la recomposición del salario. Además expresó su apoyo al espíritu del proyecto del MPF, que busca restringir la salmonicultura en Tierra del Fuego, porque “una producción a gran escala choca de frente con cualquier estrategia productiva que pretenda ser ambientalmente sostenible”, dijo.
Río Grande.- El secretario de Industria Juan Ignacio García dio detalles por Radio Universidad 93.5 del convenio firmado con FADEA –Fábrica Argentina de Aviones- por parte del gobierno de la provincia para ser parte de la fabricación argentina de aviones. “Estamos en una etapa incipiente y este convenio apunta a reemplazar con desarrollos nuestros algunos de los componentes que integran el avión, a partir de la capacidad existente en la industria de Tierra del Fuego. El avión tiene una integración nacional relativamente baja, si bien la tecnología como desarrollo es nacional, los insumos que se usan son mayormente importados. La intención de la empresa es empezar un proyecto de nacionalización de insumos y está explorando a nivel nacional distintos sectores que consideran con potencial por la capacidad que tienen”, señaló.
“Está claro que la industria electrónica de Tierra del Fuego presenta algunos elementos que pueden ser interesantes, y por ahora lo que se genera a partir del convenio son mesas de trabajo donde va a estar el gobierno provincial, la empresa FADEA y empresas de Tierra del Fuego que tengan interés y potencial para empezar a trabajar con algunos proyectos que permitirían a mediano o largo plazo incorporar algún insumo local”, expuso.
Puntualmente hizo referencia a FAMAR, una empresa de la provincia “que tiene una apuesta diferente porque está en el sector autopartista. Tiene un origen con diseños propios con un equipo de ingenieros sólido que empezó a hacer apuestas en la innovación y desarrollos de productos propios”, destacó.
“Los fundadores son los dueños del hotel Arakur y los ha caracterizado a lo largo de su trayectoria productiva esta mirada tecnológica, que después le permitió a FAMAR ser parte de una cadena global y básicamente poder posicionarse a partir del prestigio que tenía su capacidad de ingenieros”, manifestó el secretario.
Prórroga con diversificación
Se le consultó si esta posibilidad de fabricar insumos para aviones es parte de la diversificación de la matriz productiva planteada en el marco de la prórroga del subrégimen industrial. “Tiene que ver con esto. La industria electrónica de Tierra del Fuego se desarrolló en torno a los bienes de consumo durables, el celular, el televisor, y hay un potencial que debería explorarse en torno a insumos industriales. Ahí hay más chances de meter desarrollo propio y en el autopartismo pasa un poco eso. Para nosotros en estos planteos que estamos haciendo del futuro de la industria de Tierra del Fuego nos parece que justamente la industria de partes electrónicas debería ser un campo que tenga otra apertura”, dijo.
“En este caso el proyecto de FADEA no lo estamos planteando en el marco del subrégimen –aclaró-. Si se logra desarrollar un componente de esa complejidad probablemente los beneficios promocionales no sean la cuestión determinante para ver si el proyecto se hace o no. Acá no hay volumen, es más una cosa a medida, y por lo tanto no es tan relevante el subrégimen, pero sí es relevante para nosotros que nuestra industria electrónica, que está radicada por el subrégimen, pueda ir diversificándose con este tipo de productos que además hacen un aporte al país, en términos de ahorro de divisas. Ocurrió algo similar con los respiradores, que mostró capacidad tecnológica para afrontar el desafío que se presenta por la cuestión sanitaria. Queremos que la industria electrónica tenga presencia y explotar el potencial al máximo posible”, subrayó.
Consultado acerca de cómo vieron nuestra industria desde FADEA, dijo que “es una mirada de gente que conoce cómo funciona la industria. No conocen probablemente el detalle y eso va a pasar en los próximos días, porque vamos a tener las primeras reuniones, pero sí conocen la existencia de la industria. Cuando hay una industria de esta naturaleza, está claro que hay capacidad para responder a estándares de calidad muy exigentes. Estamos acostumbrados a certificar normas de calidad, que son fundamentales en la industria aeronáutica, porque son insumos críticos que no pueden fallar nunca. En el autopartismo la lógica es similar, y tenemos industrias autopartistas con experiencia en electrónica. Ellos visualizaron eso, de allí el interés, y ahora vendrán las reuniones en detalle donde van a conocer exactamente las capacidades. A priori tienen una mirada positiva sobre la industria, si no este paso no se hubiera dado”, observó.
Impuestos internos
Por otra parte, se le preguntó sobre el impacto del aumento de los impuestos internos en los precios de los productos fabricados en la provincia: “Es un tema controversial y, cuando esto avanzó en el Congreso, supimos que iba a generar ruido. Rápidamente nos pusimos a trabajar con las empresas para plantearles la necesidad de tener una mesa de trabajo y generar un compromiso de traslado mínimo a los precios de este aumento de la carga tributaria. Es una medida que beneficia a las industrias de Tierra del Fuego y por eso entendemos que es fundamental que asuman este compromiso. El impuesto interno habilita de alguna manera a subir los precios hasta el máximo de la alícuota que enfrenta un importado, que en este caso es el 17%; además genera una carga adicional de costos del 6,5% -dado que hasta ahora era tasa cero-. Una empresa estaría en posición de aumentar los precios como mínimo un 6,5% y como máximo un 17%. Nuestra intención es que las empresas absorban algo del 6,5% y no trasladen a precios todo lo que esto va a representar”, explicó.
“En algunos casos los márgenes de rentabilidad hoy están muy bajos y va a ser difícil que una empresa absorba la carga tributaria, pero esperamos que no haya un traslado a precios de la parte que no les toca pagar. Esa protección del 17% genera la posibilidad de aumentar precios y creemos que tiene que haber un gesto y un compromiso de que eso no va a ocurrir. Además estamos empezando a diseñar un sistema de monitoreo desde la provincia para ver bien lo que sucede con la evolución del precio de salida de Tierra del Fuego, que luego va a conformar el costo del producto en Buenos Aires”, anticipó.
“Esa mesa de trabajo ya está activa, estamos hablando con la Secretaría de Comercio y logramos el compromiso de las empresas. Aun sin el compromiso, entendemos que esto hay que trabajarlo, que tenemos que tener información y compartirla con nación. Las empresas están necesitando algún tipo de negociación sobre todo con el gobierno nacional, por ejemplo por los programas Ahora 12, el mismo subrégimen, y deben ser comprensivas de la necesidad del país. Esta situación que se da con la ley de impuestos internos pueden aprovecharla para seguir consolidando la industria, pero no para generar rentas extraordinarias que deriven en malestar y nos pongan como provincia en el centro de las críticas. Eso no nos sirve, mucho menos en este momento”, advirtió.
Balance del año
Como balance del año de la pandemia, indicó que “el 2020 fue un año muy especial, que viene sobre un 2019 que había sido el peor año de la última década. Agarró la industria en el piso y, sobre esta situación, la pandemia hizo cerrar fábricas más de dos meses. Al día de hoy funcionan con esquemas restrictivos de horarios, hay gente que no puede ir a ocupar su puesto de trabajo y es reemplazada por otra, es decir que hay una redundancia de puestos de trabajo. La situación es muy compleja, pero estamos viendo que las empresas están pudiendo afrontar este desafío”.
“Hoy el nivel de empleo es un poco mejor que el del año pasado, por esta redundancia de puestos de trabajo que se tuvo que generar y por la necesidad de compensar algunos faltantes de stock en el período que no se produjo. Para nosotros poder dar la noticia de que el nivel de empleo es mejor que antes de la pandemia y que el año pasado, es realmente bueno”, evaluó.
“En las líneas de producción lo que estamos viendo es que vamos a cerrar el 2020 sin notar tanta situación de crisis como la que se generó hace unos meses. Hay producciones que ya están superando un poquito los volúmenes del año pasado, en autopartes, en televisores. En celulares y línea blanca todavía estamos por debajo que en 2019, pero mejor que un trimestre atrás. Por lo menos estamos terminando el año con una situación que tiende a la normalidad y esperamos que sea un punto de partida de un sendero de crecimiento, que va a venir de la mano de la recomposición del salario real y de la macroeconomía. La Argentina sigue atravesando una situación muy complicada y estamos atados a esa suerte, pero volvimos al piso del 2019, es una normalidad que no es buena, pero entendemos que a partir del año que viene de a poco se va a ir recomponiendo”, confió.
También se lo consultó sobre el informe de las proyecciones de la industria textil de crear 200 mil puestos de trabajo en los próximos tres años. “La industria textil y confeccionista ha tocado piso y esperamos que a partir del año que viene empiecen a recomponer. En estos últimos meses se vio una rápida recuperación. Algunas empresas que estaban en situación muy complicada han vuelto a ponerse de pie de a poco. Todavía la coyuntura no es del todo alentadora por el tema de importaciones, por las licencias no automáticas. Es un sector que la tiene que remar en la provincia pero, si hay una recomposición del mercado nacional, seguramente el sector textil y confeccionista va a ir acompañando eso”, aseguró.
Prohibición de salmonicultura
Finalmente se le pidió opinión sobre el proyecto del MPF que se analizará el miércoles, sobre la prohibición de la industria salmonera en la provincia. “Para mí es un tema muy sentido. Cuando surgió esto en 2018 estábamos trabajando en la universidad y fue un tema que tomamos para analizar el modelo productivo. Hemos escrito un trabajo sobre eso y para nosotros la salmonicultura a gran escala es algo que choca de frente con cualquier estrategia productiva que pretenda ser ambientalmente sostenible. No conozco el proyecto en detalle pero en su espíritu estoy totalmente de acuerdo con que este tipo de actividades en estos territorios tiene que ser regulada y tiene que estar restringida. Me parece bien que vuelva este tema a la discusión”, concluyó.