El jefe de gabinete del Municipio de Ushuaia adelantó la intención de pedir una reunión con su par del gobierno provincial, a fin de encarar un trabajo conjunto en la post pandemia. Subrayó la necesidad de unificar esfuerzos y dejar de lado la campaña para cuando llegue el momento. Dijo que el intendente Vuoto le encomendó el diálogo con todos los sectores, las cámaras empresarias, los sindicatos, el Concejo Deliberante, la Legislatura y también el gobierno. Recordó sus inicios en la provincia y su trayectoria política, y aseguró que tiene mucho entusiasmo por “volver a su primer amor” que es el Municipio.
Río Grande.- El jefe de gabinete del Municipio de Ushuaia, Mario Daniele, dialogó con Radio Universidad 93.5 sobre su larga trayectoria política y los lineamientos marcados por el intendente Walter Vuoto, que decidió convocarlo para encabezar su equipo, como hombre político.
Luego de pasar por el Senado, retornó a la actividad ejecutiva, con la experiencia de haber sido intendente de la capital fueguina. “Estoy contento de volver a la ciudad y al primer amor, que es el Municipio. Estoy muy entusiasmado, con ganas de ayudar al grupo de jóvenes talentosos que tiene el intendente y aportar algo. Me vengo a sumar a esta gestión que me incorpora en un momento normal, donde no hay ninguna crisis de gabinete, donde no existe ninguna derrota electoral sino todo lo contrario. El intendente fue consagrado presidente del partido y me toca un buen momento. Los trabajos difíciles los han hecho los muchachos y uno ya viene más relajado”, dijo.
Consultado acerca de si su incorporación es parte de un proceso de “peronización” del gabinete, sostuvo que “si me dicen que conmigo peronizan el gabinete, es un orgullo, porque uno de los valores más grandes que tengo en mi vida es haberme enamorado del peronismo muy joven. Es una causa a la que adherí siempre y la voy a tener de por vida, siempre con un compromiso muy grande con mi partido, porque fue el que me ha hecho crecer como persona y como dirigente. Soy un agradecido del peronismo”, subrayó.
Un largo camino
Si bien las nuevas generaciones no lo conocen, repasó su trayectoria desde su llegada a la provincia: “Yo llegué en el año ’80 a Tierra del Fuego y estuve en el hotel Las Goletas, que hoy es un monumento histórico, la Casa Beban. Eso lo hicimos en el ’94 cuando yo era intendente. Después viví en Río Grande en la calle Bilbao 444, que llegaba al río y era todo un barro impresionante, una costa de fango muy complicada, y ‘Chiquito’ Martínez rellenó todo. Hizo unas obras impresionantes en ese lugar, que era casi intransitable. Luego entré a trabajar en Techint, volví a Ushuaia con la empresa, y después ingresé a la Municipalidad en el ’82. Llevo 38 años en la Municipalidad y comencé con 20 años en el área de obras públicas en el barrio San Vicente, donde no había nada. Ushuaia terminaba en la base Naval, fue un barrio que se construyó de emergencia ante la cantidad de gente que venía a Tierra del Fuego. En aquel momento el intendente era Restovich, del Proceso, me dio trabajo en la municipalidad y me mandó a ese barrio. Ahí empecé a hacer mis primeras armas en lo vecinal, porque era un barrio que se fundaba y había que hacer todo, tender servicios, agua, cloacas, gas. Pasamos seis o siete años sin servicios y me quedé a vivir ahí, en una de las casas que estaba haciendo el municipio. Ahí desarrollé mucho contacto con la gente y ya estaba haciendo política sin darme cuenta”, relató.
“Pocos saben que yo viví en Río Grande y pocos me conocen porque desde que me fui al Senado la isla duplicó sus habitantes. Yo empecé a militar con Martín Torres y Adrián De Antueno. En las primeras actuaciones políticas lo enfrentamos a Carlos Manfredotti, y después la vida nos llevó a que trabajemos juntos. Perdimos en la general y cuando él ganó la elección, depositó en mí la confianza de ser el primer director de Servicios Públicos. Fui Secretario de Obras Públicas cuando tenía 23 años y valoro mucho que le haya dado ese espacio a un joven de tan poca edad. Me eligieron intendente con 29 años y asumí con 30, de casualidad, porque se corrió la fecha de elecciones. Era la primera elección en el marco de la Constitución de Tierra del Fuego. Así como en Río Grande Colazo fue el primer intendente electo, yo fui en Ushuaia el primer intendente electo de la provincia y Estabillo el primer gobernador electo. Hasta ese momento al gobernador lo designaba el presidente de la nación y los intendentes eran electos por dos años, con un Concejo Deliberante de cinco, no había carta orgánica y estábamos bajo una ley del ex Territorio. Me tocó la parte fundacional de un municipio de la provincia, con lo que implicó esto, porque por primera vez el municipio iba a manejar la tierra urbana”, expuso.
“Todos me dicen que fui el intendente que más cañerías enterré, y es verdad, porque hicimos muchas obras. Yo venía de un barrio que no tenía servicios y sabía lo que era vivir sin agua y sin cloacas. No podía defraudar a la gente que me había impulsado en la política, primero para ser concejal y luego para ser intendente. En muchas partes las cloacas eran de madera o estaban esos famosos caños de cemento que pesaban toneladas y había que bajar con una retroexcavadora. Hoy se resuelve todo mucho más rápido, con caños de pvc. Era todo más complejo y lo distinto que tiene Ushuaia de Río Grande es que, al estar al pie de la cordillera, tiene costos muy elevados para abrir una zanja, hay piedra y se deben hacer voladuras. A veces nos encontramos con turba. Hubo una época en que hacíamos las voladuras por administración, y por ahí nos pasábamos un poquito y se rompía algún techo. Eso fue en mis inicios, cuando entré a la Municipalidad. Un día desapareció una caja con todo lo que teníamos preparado para dinamitar la piedra. Resulta que había pasado el basurero, la había cargado y llevado al basural. Así que salimos todos corriendo al basural a buscar la dinamita. Fue algo de película”, contó a modo de anécdota.
Si bien no llegó a recibirse de maestro mayor de obras, tenía conocimientos en la materia. “Mi papá tenía una fábrica de zapatos pero me mandaba a trabajar con mi tío, que era un contratista que hizo más de 300 viviendas. Siempre me gustó la construcción y aprendí mucho de chico. Aparte en la familia de italianos como soy yo, de parte de padre y madre, era muy común los fines de semana ir a ayudar a algún tío a hacer la losa o parte de la casa. Desde chico aprendí a hacer el pastón, a acarrear ladrillos, y lo vivíamos con alegría, porque nos juntábamos todos los primos”, dijo.
Concentrados en la gestión
Respecto de la proyección de Walter Vuoto como candidato a la gobernación en 2023, y si acompañará ese proceso, aseguró que hoy están concentrados en la gestión. “No hemos hablado de la candidatura de Walter a la gobernación y está bien que el periodismo haga estos análisis, pero no hablamos de ese tema sino que estamos concentrados en la gestión. Walter ya había hecho una gran inversión en obra pública y este año hay un crecimiento del 38% con respecto al año pasado, a pesar de la pandemia y de que los recursos bajaron casi 1.300 millones de pesos. Es un momento muy complicado porque teníamos un presupuesto aprobado el año pasado pero el dinero nunca ingresó y bajó un 30%. Hoy hablar de presupuesto es bastante relativo. Creemos que el año que viene va a ser mejor que este año, pero no sabemos cuánto mejor y cuánto va a impactar en las arcas del municipio y del gobierno provincial”, advirtió.
“La situación está muy difícil por la falta de turismo, el otro día fui a un restaurant que tiene muy buena gastronomía y no había nadie. Realmente me dio mucha tristeza porque había estado en noviembre pasado acá y estaban todos llenos de turistas, de gente del pueblo. Ahora no hay nadie, y lo poco que ingresa no alcanza ni para pagar el alquiler. Tenemos un turismo internacional muy importante, que está recibiendo la segunda ola de COVID, que ojalá no nos pase a nosotros y podamos estar en marzo todos vacunados y más relajados. Yo nunca pensé que íbamos a vivir una pandemia así y no sabemos cómo se va a comportar esto, si lo vamos a poder controlar con la vacuna o no. Son todas hipótesis”, planteó.
“Yo tengo mucha esperanza de que Argentina encuentre un rumbo de crecimiento, porque es un país que tiene capacidad de recuperación, tiene capacidad industrial, tiene recursos importantes en el agro, la pesca, los recursos naturales, y tiene recursos humanos como ningún otro país de la región. En Argentina el hijo de un trabajador puede ir a la universidad y esto no pasa en toda la región. Cuando la cosa se empiece a mover, Argentina va a subir por el ascensor en economía. Para que esto se pueda dar, hay que tener controlado el tema del virus”, condicionó.
“Tenemos que tratar de que nuestros productos tengan un valor agregado de mano de obra argentina y tenemos la capacidad para poder hacerlo. En lugar de mandar porotos podemos mandar un producto elaborado, como el aceite de soja. En materia de carnes, la Argentina tiene una fama extraordinaria, lo mismo en la cría de cerdos. No hemos tenido problemas sanitarios y podemos desarrollar muchas cosas. En Tierra del Fuego tenemos recursos naturales como gas y petróleo, y ni bien salgamos de la pandemia hay que pensar que va a explotar el tema turístico y de los cruceros, y se van a venir los barcos a gas. Tenemos que estar preparados para vender el gas licuado que necesitan esos barcos”, manifestó.
“Para fines del año que viene si dios quiere los cruceros van a estar. Este año será casi nada, pero tenemos que pensar en la planificación y el municipio no puede estar ausente de lo que pasa en el puerto. El impacto que tiene el puerto en la ciudad es muy grande y debería tener un sector provincial y otro municipal que trabajen juntos en las políticas portuarias. Esto lo vengo planteando casi desde que era intendente, y estas crisis que a veces nos paralizan son el momento para reflexionar y poder proyectar políticas a largo plazo, que a veces no tienen un beneficio electoral inmediato. De lo que podamos proyectar a largo plazo, a lo mejor el rédito político se lo lleva la próxima generación, pero también es nuestra responsabilidad pensar a largo plazo”, fijó como meta.
“A mí me pasó con el plan Arraigo, como presidente del IPV. Hicimos un plan a largo plazo, después no le dieron continuidad, algunos le pusieron palos en la rueda, otros lo aceleraron un poco más, y era un plan importantísimo. Son las últimas dos grandes urbanizaciones de la provincia, en Chacra XIII y el Pipo. Hoy uno va al Pipo y es una maravilla, y Chacra XIII está super poblado. Después metieron algunas trabas políticas, de mezquindad, para ver si yo quería ser gobernador con eso. Tenemos que dejarnos de jorobar con esas cosas. Ese fue un plan que yo empecé y otro tenía que terminar. La política tiene que ser como la ciencia, donde termina uno tiene que venir el otro y continuar”, propició.
Diálogo con el gobierno
En cuanto a las directivas de Vuoto, y si está previsto que tienda un puente con el gobierno provincial, dio cuenta de la vocación de diálogo. “El gobernador me saludó cuando asumí, desde el primer día, y voy a pedir una reunión con el jefe de gabinete esta semana. Me tocaron estos días para ponerme al día, ir al Concejo Deliberante por el tema del presupuesto, los amigos vienen a saludar, llaman los medios, y fue una semana muy movida. Los primeros días requieren de una actividad protocolar muy fuerte, y sumado a eso el presupuesto”, señaló.
“Cuando hay una crisis de este tipo hay que ser muy reflexivos, porque nos atacó a todos por igual y no preguntó si éramos peronistas, radicales, del gobierno o del municipio. Tenemos que tratar de ser claros en esto: es la hora de trabajar y cuando venga el año electoral se hará la campaña. No se puede estar en campaña toda la vida. El intendente me pidió mucho diálogo con todos los sectores de la sociedad fueguina, con las cámaras, los sindicatos, el Concejo Deliberante, la Legislatura, y esa es mi idea. Ahora estamos tratando el presupuesto y tenemos que ser flexibles, porque no sabemos lo que va a pasar. No podemos ponernos un corset que después no nos deje movernos”, concluyó.