El candidato a rector de la Universidad de Tierra del Fuego, Dr. Daniel Fernández, planteó la necesidad de culminar el proceso electoral en marcha, luego de sucesivas postergaciones. La definición está en manos de la junta electoral pero es “condición sine qua non” contar con el protocolo aprobado. Desde hace meses esperan información sobre el envío de este protocolo a nación por parte del rector Castelucci, y el argumento es que no hay respuesta todavía. “Evidentemente no hay voluntad de que aparezca ese protocolo y se ponga en práctica para poder hacer las elecciones”, manifestó Fernández. Dio a conocer las propuestas de su sector y el interés por lograr una mayor integración con la sociedad, aprovechando las capacidades de la universidad. Remarcó además que la casa de estudios no puede responder a una agrupación política, porque es un ámbito plural y es positivo tener en cuenta las distintas miradas.
Río Grande.- El Dr. Daniel Fernández, candidato a rector de la universidad nacional de Tierra del Fuego por la lista Ser Plural, cuestionó por Radio Universidad 93.5 las maniobras dilatorias del actual rector Juan José Castelucci para no llevar adelante el proceso eleccionario, ya varias veces postergado.
“Todos saben que estamos en un proceso electoral en marcha, y se viene retrasando desde al año pasado. Llevamos un año con prórroga de mandatos y estamos esperando poder ejercer el derecho a votar y ser elegidos”, sostuvo.
Informó que en total “son 1.700 personas en condiciones de votar. La propuesta de la junta en mayo de este año fue dividir las elecciones en varios días, separarlas por claustros y por edificios, así que el número no sería tan grande como para no hacer las elecciones. El tema es tener un protocolo, y lo venimos reclamando desde mayo. Evidentemente no hay voluntad de que aparezca ese protocolo y se ponga en práctica para poder hacer las elecciones”, opinó.
“El rector (Castelucci) reconoció que mandó el protocolo hace más de cinco meses y dice que todavía no sabe qué opina Nación de ese protocolo. Hay universidades que votaron y países enteros que votaron, como es el caso de Bolivia. Evidentemente con un protocolo adecuado las elecciones se pueden hacer. Nosotros reclamamos que esto se haga de inmediato, con todas las seguridades para cuidarnos, pero la pandemia no puede ser una excusa para que no haya democracia en una institución como la universidad”, sentenció.
Sin explicaciones de Castelucci
Consultado acerca de si el actual rector ha dado alguna explicación para demorar las elecciones, dijo que “nosotros pedimos explicaciones muchas veces en el Consejo Superior, no a nivel personal y no sé si tiene sentido. Se puede hacer a nivel personal pero es más conducente hacerlo a nivel institucional. En las universidades cada órgano de gobierno tiene su función y el Consejo Superior es el que plantea el inicio del proceso electoral, las fechas del proceso, el que elige a la junta que luego lleva adelante ese proceso. El 21 de agosto acordamos en el Consejo Superior por unanimidad el envío de los protocolos a Nación, y una vez que volvieran aprobados hacer las elecciones. A partir de ahí estamos pidiendo información sobre qué pasa con esos protocolos y nunca la tenemos. Esa parte de la gestión la hace el oficialismo de la universidad, nosotros podemos consultar, ellos declaman que quieren hacer las elecciones pero en los hechos eso no ocurre”.
“De hecho elegimos un nuevo presidente de la junta electoral porque habían renunciado, y las comunicaciones llegaron dos meses después. No hay voluntad de que se agilicen los tiempos”, lamentó.
Prórroga tras prórroga
Repasó que “la primera postergación fue en noviembre del año pasado. La asamblea decidió dejar sin efecto el proceso electoral. En abril teníamos las elecciones y ahí ya fue por la pandemia, después habíamos votado hacerlas en julio pero no se había avanzado con los protocolos. Ahora no tenemos una fecha concreta. Hay un plazo de diez días a partir de que tengamos el protocolo, pero el protocolo no aparece. La junta está trabajando desde la nueva conformación, pero necesitan el protocolo. Es una condición sine qua non para realizar las elecciones”, advirtió.
Explicó que “esta es una elección indirecta, primero hay votación de los directores de instituto. La universidad está conformada por cuatro institutos, y los distintos claustros votan nueve consejeros, esos consejeros votan un director y quedan diez de cada instituto, los nueve consejeros más el director. Esos diez suman 40 y van a la asamblea, donde votan al rector. Votan los profesores, los asistentes, los graduados, los no docentes y los estudiantes”, precisó.
Denuncia de la vicerrectora
Con respecto a la denuncia penal que radicó la vicerrectora, señaló que tuvo relación con “agresiones del rector y del secretario general. La justicia hizo lugar a esa presentación, pero no me voy a meter a opinar sobre cuestiones de otras personas. Parte de lo que denuncia la vicerrectora lo vimos en vivo y en directo en el Consejo Superior, y también vemos que todas las funciones de la vicerrectora fueron recortadas. Eso pasó hace un año más o menos”.
“Ella sigue siendo la vicerrectora pero no tiene las funciones anteriores. El rector es el que preside el Consejo Superior y, si no está, preside la vicerrectora; pero ha pasado que el rector ha tenido que salir y no la dejaron presidir”, aseguró.
Una larga trayectoria
Respecto de su recorrido en el ámbito universitario, el Dr. Fernández mencionó que “era docente de la Universidad San Juan Bosco desde el ’97, vine a Tierra del Fuego en el ’94, luego estuve en el exterior y volví en el 2004. La posibilidad de que se organizara una universidad en Tierra del Fuego fue espectacular y fue una conquista durante el gobierno de Cristina Kirchner, donde se generaron nuevas universidades en lugares donde se necesitaban mucho. El doctorado lo hice en Ushuaia y luego fui al exterior a hacer post doctorados, estuve dos años en Saint Andrews, Escocia, y dos años en Estados Unidos”.
En cuanto a las propuestas, expresó que “hace dos años venimos trabajando en un montón de cuestiones que queremos mejorar. Queremos una universidad que trabaje de abajo hacia arriba, que sea un trabajo en colaboración, donde no haya un rector que baja línea sobre lo que hay que hacer o dejar de hacer, sino utilizar toda la potencialidad de la universidad, donde hay miradas diversas. De ahí viene el nombre de nuestra lista, que es Ser Plural, y tenemos que explotar esa pluralidad que existe, las diferentes miradas y capacidades, y ponerlas al servicio del territorio”.
“La universidad tiene tres funciones básicas, educar, formar, investigar, hacer extensión y vinculación con el medio, y hay que poder interrelacionar esas funciones para tener el mayor impacto posible en la sociedad. Las universidades están para generar profesionales pero no son sólo para expedir títulos sino para impactar en las sociedades donde están constituidas. La universidad tiene capacidad para trabajar en las problemáticas que hay que resolver en un territorio y eso hay que potenciarlo. Tiene que ser una institución mucho más transparente hacia adentro y hacia afuera. La relación con las ciencias naturales y sociales hay que potenciarla, porque hay mucha capacidad para generar cosas y que la sociedad reconozca el aporte de la universidad en los problemas del día a día”, planteó.
La institución “de una agrupación”
Fernández cargó además contra la parcialidad en la comunicación, teniendo la universidad su propia radio. “Hoy está bastante complicado con la comunicación en general. Las noticias de la universidad en su gran mayoría están relacionadas con el espacio del rector. Ese es un problema y lo sentimos en el día a día, porque mucha de las cosas que hacemos no se comunican o se comunican poco. Es un problema confundir la institución con las personas o con una agrupación, y no está bien. Esa herramienta debería estar a disposición de la totalidad de la universidad. Nosotros no queremos responder a un partido político sino que queremos tener un proyecto de universidad. Se puede interactuar con los distintos espacios políticos y esa es una gran diferencia de cómo plantarse tanto a nivel de nuestro territorio como a nivel nacional”, sostuvo.
“También queremos darle más protagonismo a los directores de los distintos institutos. Esta universidad no tiene facultades, no tiene decano, los directores son como un decano y deberíamos tener un rol mucho más visible hacia afuera como representantes de parte de la universidad; pero en la página de la universidad se nombra al rector y a la vice, no se nombra a los directores”, aseveró.
Nuevas carreras
Consultado sobre la posibilidad de abrir nuevas carreras, priorizó la necesidad de “consolidar lo que hay, que son 13 carreras. Luego tenemos que ver qué está pensando cada instituto. Hay algunos avances y en el instituto que dirijo estamos pensando en una carrera relacionada con la Agronomía, que no hay, con una orientación a la agroecología. Siempre se habló de otros proyectos y habrá que retomarlos. La consolidación es lo más necesario por ahora, porque las carreras son muy nuevas y tienen muchas necesidades”.
“La universidad ya tiene 11 años desde que se comenzó a construir, pero las carreras comenzaron recién en 2003. Ya hay profesionales que se han recibido. Este año fue un problema muy grande pasar de la presencialidad a la virtualidad de un día para el otro. Ninguna universidad nacional estaba preparada y lo hemos hecho como hemos podido. Todos sabemos que la conectividad es un problema en Tierra del Fuego y eso es lo que hay que mejorar”, consideró.
Finalmente reiteró que “lo que queremos es poder votar lo antes posible, con todos los recaudos necesarios. Hoy el proceso electoral está en manos de la junta y necesita ese protocolo, que está gestionado por el rectorado. Ahora han convocado a una asamblea para el 21 de diciembre y esperemos que esa asamblea no intente parar otra vez el proceso electoral, porque no es atribución de la asamblea. Es un riesgo enorme si se empezaran a utilizar los ámbitos de cogobierno universitario para funciones que no les corresponden. Este proceso electoral hay que concluirlo. Obviamente hay una estrategia del rector de dilatar y poder seguir ejerciendo la autoridad de la universidad, cuando necesitamos volver a legitimar las autoridades. No hay que tenerle miedo a las elecciones y a ver a quién acompaña la gente con el voto”, concluyó.