El secretario adjunto del gremio que nuclea a los peones de taxi planteó la situación crítica que ya venían atravesando y se agravó con las restricciones del nuevo decreto nacional, que redujo la demanda un 40%. Aproximadamente un chofer estaba recaudando entre 800 y 1.000 pesos diarios, con lo cual sus ingresos mensuales ya no llegaban a los 30 mil pesos. Hasta el momento no están recibiendo asistencia del estado municipal y con el gobierno comenzaron los trámites para obtener un subsidio. Algunos en forma particular están recibiendo bolsones de comida para subsistir.
Río Grande.- Carlos Romero, secretario adjunto del Sindicato de Peones de Taxi –SUPETAX-, dialogó con Radio Universidad 93.5 sobre la situación crítica del sector, que viene golpeado durante toda la pandemia, y se agravó con las restricciones del nuevo decreto presidencial, colocándolos bajo la línea de la pobreza.
“El año pasado estuvimos complicados pero empezamos a repuntar este último tiempo porque las fábricas empezaron a trabajar casi normalmente. Ahora el nuevo decreto nos ha perjudicado bastante, porque el movimiento de fábricas, de empleados de comercio, se frenó de golpe”, dijo.
“La facturación nos había bajado un 60% con la pandemia, y de lo que veníamos repuntando bajó un 40% la recaudación”, indicó, con un impacto sobre alrededor de 400 choferes de taxi que están trabajando actualmente en Río Grande.
En la ciudad “hay 215 licencias de taxi y 173 de remises. Entre los taxis hay un universo de 400 choferes aproximadamente. Tenemos un aumento de tarifa por año, que se dio hace unos tres meses”, señaló, con lo cual no se espera un nuevo incremento para compensar las pérdidas.
Respecto de cómo conforman sus ingresos, dijo que “los arreglos dependen de cada coche, pero en general es un 50 y 50. De lo que se recauda se descuenta el combustible y lo que queda se reparte mitad y mitad entre el chofer y el titular de la licencia. Aproximadamente un chofer se está llevando entre 800 y 1.000 pesos diarios”, sostuvo, y “los turnos son de 12 horas. Esta semana después del decreto bajó más el trabajo todavía”, manifestó.
En cuanto a la asistencia que están recibiendo, dijo que “del municipio hasta ahora no tenemos ninguna ayuda. El año anterior cuando estuvimos parados el municipio se acercó y nos dio un subsidio de 10 mil pesos, pero hasta ahora no tenemos nada. Del gobierno estamos esperando un subsidio por el programa PROGRESO II y recién ahora están dando turnos para que presentemos los papeles y poder recibir esa ayuda. Todavía no tenemos fecha y ese subsidio se justifica con los gastos de consumo de una familia en un supermercado. Comprende todos los gastos menos bebidas y cigarrillos”.
Con ingresos mensuales que están lejos de cubrir la canasta básica, apuntó que “en el sindicato no tenemos bolsones de alimentos pero sé que algunos choferes están recibiendo los bolsones en su casa porque se anotaron en forma particular”.
“Con el PROGRESO I tuvimos una ayuda de 10 mil pesos primero y de 20 mil pesos después para los choferes, y también el gobierno le dio una ayuda financiera a los permisionarios para que puedan mantener el auto en condiciones. Del gobierno nacional nunca recibimos los ATP”, dijo sobre la ayuda recibida el año pasado.
En el caso del trabajo para las fábricas, los pagos se hacen con regularidad “menos en Digital Fueguina. Las demás fábricas están trabajando en forma normal con las asociaciones. La fábrica contrata el servicio y se encarga de abonarle a las asociaciones”, concluyó.