El director industrial de la firma, Eduardo Koroch, habló de las expectativas de expansión de la producción de dos modelos de bajo costo pero con tecnología de gama media, que ya se venden por unos 11 mil pesos. La fabricación inició en marzo luego de la fusión con Quantum y Positivo de Brasil. “Estamos produciendo unas 500 unidades por cada turno y la idea es llegar el primer año a las 150 mil unidades, y a 2023 con un nivel de ventas de las 500 mil unidades”, dijo. Consideró fundamental una definición cuanto antes de la extensión del subrégimen, no sólo para la continuidad de este proyecto, sino para la fabricación de autopartes, teniendo en cuenta que “en un futuro no muy lejano” los automóviles van a ser eléctricos y la demanda de tecnología será mayor. Espera que la prórroga tenga en cuenta la ampliación de productos.
Río Grande.- El director industrial de Mirgor, Ing. Eduardo Koroch, dialogó con Radio Universidad 93.5 sobre la nueva apuesta de la empresa con la fabricación de dos modelos de celulares de bajo costo pero con tecnología de gama media, que ya se están comercializando.
Mirgor y Quantum sellaron un acuerdo para lanzar estos nuevos celulares al mercado nacional, que dio inicio con la fabricación en Tierra del Fuego de los modelos Yolo y UP 32 para cubrir la demanda de jóvenes y adultos mayores, que buscan precios accesibles y calidad.
El modelo Yolo se destaca por ser el único del segmento que tiene 32 gigas de almacenamiento y está pensado para usuarios de hasta 15 años que no suelen usar servicio de datos sino Wifi. El UP32 también tiene 32 gigas, cuenta con pantalla de 5,5 pulgadas, 8 megapíxeles y flash en cámara frontal.
Quantum es una marca de la compañía brasileña Positivo Tecnología, líder en la región. Tiene presencia en siete países y una reconocida participación en Brasil, con un mercado de 50.000.000 de celulares anuales.
“Hemos hecho una alianza con la ex firma Positivo de Brasil, que había tenido presencia en la isla con BGH. Adquirimos FAMAR y desde marzo de este año lanzamos dos modelos de teléfonos denominados el Quantum Yolo y el Quantum UP 32 en la planta de Padre Forgacs de Río Grande. Es una gama baja por el valor económico pero con tecnología de teléfonos de gama media. Son dos productos que realmente van a salir con valores del orden de los 11 mil pesos, con prestaciones muy interesantes, dirigidos al segmento del primer teléfono, para los chicos de hasta 15 años, y para los mayores de 50 años que quieren prestaciones básicas, pero de muy buena calidad en cuanto a procesamiento y capacidad de memoria. Son productos de gama baja por el valor pero no del punto de vista tecnológico ni de la calidad”, destacó.
“La versión más baja tiene una pantalla de 5 pulgadas, un procesador de 1.3 Ghz, con un excelente nivel de wifi. Si bien opera en la banda de 3G, hay un segmento del 15% del mercado que no quiere paquete de datos y adquiere estos servicios para obtener la cámara, el whatsapp, y hacia ese nicho están dirigidos estos teléfonos”, explicó.
“Ya están en el mercado, porque la fabricación empezó en marzo. Logramos hacer unos volúmenes de producción importantes y se empezaron a comercializar. También estamos ofreciendo toda nuestra capacidad de distribución y llegada a nuestros clientes. La gente de Positivo y de Quantum está muy entusiasmada con lograr una penetración en el mercado del orden del 5%. En principio es mercado nacional. La inversión aproximada fue de 500 mil dólares para equipamiento de líneas para la planta, dispositivos, medios, con una dotación de 30 personas. Estamos trabajando en un turno y fabricamos unas 500 unidades por cada turno. La idea es tratar de sostener este volumen y tener el primer año una proyección de 150 mil unidades, haciendo 10 mil equipos mensuales, y llegar a 2023 a un nivel de ventas de las 500 mil unidades en el año”, expresó.
Consultado sobre el incremento de ventas de smartphones desde el inicio de la pandemia, indicó que “si miramos los totales de venta del año no vemos un crecimiento muy grande, porque en la primera parte del año anterior, como consecuencia del cierre de las fábricas por las restricciones, hubo una demanda insatisfecha de teléfonos. A esto se suma que en el mundo, también por la pandemia, hubo un impacto sobre componentes esenciales para la electrónica que pusieron un límite a la posibilidad de fabricación. El mercado total de 2020 fue parecido al 2019, pero en términos productivos ese volumen de fabricación lo tuvimos que hacer en menos tiempo. Tuvimos casi dos meses totalmente cerradas las fábricas y luego tuvimos restricciones de uso capacitario, hasta que fue cediendo la situación de pandemia y hoy podemos usar nuestras capacidades al 100%. Pero por efecto de la pandemia aparecen restricciones y son muy pocos los fabricantes en el mundo que hacen circuitos integrados y es una limitación a la posibilidad de fabricación que tenemos”, sostuvo.
Futuro para autopartes
El incremento de componentes electrónicos en los automóviles abre otro nicho en expansión. “Hace poco se conoció la preparación de un sitio industrial en Baradero y la idea es hacer parte de la manufactura en Tierra del Fuego junto con lo que hagamos allá, y lograr tener bastantes módulos de la parte automotriz. FAMAR tiene módulos electrónicos que se aplican en distintas partes del vehículo y los vehículos cada vez tienen más electrónica. Esto abre oportunidades al polo productivo de Tierra del Fuego para la integración de esos módulos a las piezas que van a ser incorporadas a la industria automotriz. Este proyecto recién empieza pero ya estamos trabajando”, aseguró.
Respecto de los respiradores, dijo que “es un ciclo cerrado, fabricamos 1.873 unidades en un tiempo récord. Las últimas entregas se hicieron a fines de septiembre u octubre y esa operación ya se discontinuó. Se hizo exclusivamente para atender la pandemia. Para nosotros fue una gran experiencia y pudimos mostrar las capacidades industriales y humanas que tenemos en la isla, porque hicimos un producto de alta complejidad”.
“Sin dudas estamos a la altura de otras fábricas del mundo. En electrónica estamos al mismo nivel que cualquier fábrica que manufactura los productos como lo hacemos nosotros. Los lanzamientos sobre todo de productos de telefonía los estamos haciendo a semanas de los mundiales y eso es posible por la capacidad técnica que tenemos en la isla. No tengo ninguna duda de que nuestras plantas, nuestra gente y nuestra tecnología están dentro de esos niveles”, manifestó.
Ampliación del subrégimen
Con grandes perspectivas, la gran limitante es el vencimiento del subrégimen y no se termina de concretar la prórroga. “Estamos trabajando fuertemente y con mucha expectativa de tener la ampliación. En la industria automotriz los proyectos se manejan con mucha anticipación. Una plataforma de un vehículo se maneja con dos o tres años de antelación. Hoy estamos trabajando en proyectos con algunos vehículos de Ford y el nuevo modelo está previsto más allá del 2023. Confiamos en que el subrégimen va a ser ampliado, porque sin esa ampliación nos dejan afuera en materia de competitividad. Es muy importante que cuanto antes podamos tener una resolución respecto del subrégimen”, reclamó el ingeniero.
“Lo ideal sería que la prórroga también pueda venir con alguna reformulación para los productos. La parte electrónica de los autos es muy importante porque dentro de no muchos años los autos van a ser totalmente eléctricos y por lo tanto los requisitos de electrónica van a ser muchos más grandes. Lo ideal sería que la extensión venga con una ampliación de productos, aprovechando la tecnología que tenemos en la isla”, dijo.
Recordó que “nuestra empresa es pública, está en la comisión nacional de valores y uno de los accionistas es el Estado nacional. Muchos de los títulos pasaron a poder del Estado, que tiene un 23%. Me parece importante aprovechar las capacidades que tenemos en la isla porque este concepto de módulos electrónicos para los vehículos es una de las formas de aprovechar nuestras capacidades, como ocurrió con los respiradores. Los respiradores tenían placas electrónicas que fueron hechas en nuestras líneas. Cubrimos las cuotas que pedía el Ministerio de Salud y luego parte de la producción fue a países limítrofes. Producto de la pandemia otros países tuvieron que salir a buscar este tipo de equipos en el mercado internacional y en Argentina logramos fabricarlos para nosotros primero y luego para afuera”, concluyó.