Se trata del Bombero Voluntario Javier Esposito, hijo de un Verano de Guerra de Malvinas e integrante de una familia malvinera. Aseguró que su deseo de estudiar una carrera de grado relacionada con las emergencias para poder aportar a Río Grande, su ciudad de nacimiento, y a la provincia toda. Su tesis, que deberá defenderla como el último requisito para su título, trata del ‘Corredor de Emergencia Inteligente’, una manera de llegar en forma más rápida al lugar de un siniestro poniendo la tecnología al servicio de la comunidad.
Río Grande.- Javier Ezequiel Esposito, joven riograndense, ha obtenido a lo largo de su carrera académica los títulos de Técnico Químico, Profesor en Enseñanza Secundaria. Es también Bombero Voluntario de nuestra ciudad, desarrolló su Licenciatura en Gestión de Siniestros en el Instituto de la Policía Federal Argentina de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, una de las universidades más prestigiosas del país, planteando una visión integradora de las distintas reparticiones que deben actuar ante un siniestro o catástrofe.
“Nuestra tarea como gestores de siniestros es trabajar el antes, durante y después en cualquier tipo de emergencia”, señalo Esposito.
En ese sentido detalló que “antes de la emergencia, se trabaja en el análisis de las amenazas, según las diferentes vulnerabilidades, este análisis se puede desarrollar para una empresa determinada, para una persona en particular o para la ciudadanía en general. Durante la emergencia trabajamos con protocolos que se realizan con la coordinación del COE, que es el Comando de Operaciones de Emergencia”.
Agregó que “posteriormente a las situaciones presentadas y una vez vuelto a la normalidad, lo que hacemos es corroborar y certificar que todo el proceso previo que habíamos realizado -trabajar en la prevención, en la mitigación, en el análisis de la amenaza, la vulnerabilidad, los protocolos de trabajo y de los controles de los sistemas efectuados- hayan sido satisfactorios y en caso que se tenga que hacer una modificación se pueda llevar a la práctica para que esa situación no vuelva a ocurrir; entiéndase inundación, colisión , incendio, depende el objeto de estudio”.
Javier Esposito, observó que nuestra provincia está calificada como Zona Sísmica II y entendió que “siempre está la posibilidad de un tsunami o terremoto, que son cuestiones de la naturaleza, pero que el hombre conjuntamente con las distintas instituciones y profesionales pueden prever una catástrofe mayor. Un tsunami es hoy la amenaza más presente”.
Agregó “la realidad es que para desarrollar un listado detallado de las amenazas y vulnerabilidades que se encuentran presentes en la sociedad lleva su tiempo y es uno de los primeros trabajos a realizar ya que se debe recolectar información durante largos períodos, por ejemplo, cuando hablamos de ejido urbano tenemos que buscar la historia en el tiempo, cómo fue creciendo, la provincia, las distintas localidades, tipo de suelo donde se realizan las construcciones, materiales que se utiliza, criterio que se tuvo en cuenta para el trazado de las diferentes arterias de circulación, cómo incidió todo esto en el cambiando climático y cómo afecta a las distintas zonas. Son muchas las variables que hay que tener en cuenta”.
Destacó que “hay mucha gente que se dedica a estudiar alguna de estas variables, por separado, por ejemplo, nuestra ciudad tiene un estudio batimétrico realizado hace unos años, entre el Municipio y la Provincia, pero lo que hay que hacer es nuclear todas estas variables que están dispersas en distintas instituciones y poder así generar un plan específico de contingencias ante una situación sísmica, grandes incendios, una inundación como ocurrió en el 2006 y que dejó fuera de servicio a la planta potabilizadora y otros servicios, también tener en cuenta los fuertes vientos o lluvias intensas que dejan muchas calles anegadas”.
Explicó que “mi función como licenciado en gestión de siniestros es convocar al meteorólogo, al médico, al ciudadano, etcétera. Cada profesional aporta desde su lugar pero el ciudadano común es un actor importante, si bien no está relacionado con la emergencia es el que nos va a indicar muchas veces cuál es la realidad que se vive en su locación ciudadana”.
“Tomando la función de un licenciado en gestión de siniestro en esta situación de pandemia, es quien analiza, diseña, planifica, controla y evalúa los planes de contingencia y protocolos interinstitucionales a fin que cada estamento gubernamental y no gubernamental pueda brindar una mayor protección al ciudadano y los profesionales. En este caso (pandemia), la función del licenciado es el encargado operativo de mantener notificado al responsable político de lo actuado en las distintas situaciones, y el accionar en las distintas áreas, los datos son recibidos por el licenciado a través del COE obtenidos estos se generan los informes en tiempos preestablecidos, una vez declarada la situación”, explicó.
“Los estudios de campo que se realizan en la sociedad son para evitar situaciones de alto riesgo debiendo tener en cuenta, su historia y proyección al futuro.
Como ejemplo tomo la urbanización de la Margen Sur, aquí es donde el licenciado en gestión de siniestros debe realizar con premura su trabajo debido a su topografía, distribución de barrios, aperturas de calles, accesibilidad a los servicios de emergencia, etcétera”.
El ‘Corredor de Emergencia Inteligente’
Si bien Javier Esposito ha cursado con excelentes notas toda la Licenciatura en Gestión de Siniestros, aún debe presentar su tesis que ya la tiene hecha. Debido a la pandemia de COVID-19 no le es posible defenderla en forma presencial, que es la exigencia de las autoridades académicas. Al margen de esta contingencia, el entrevistado delineó algunos aspectos de sus tesis que ha denominado ‘Corredor de Emergencia Inteligente’ “Mi tesis trata sobre el corredor de emergencia inteligente cuyos pilares fundamentales son: El despacho de la emergencia, y el trayecto que recorre desde el punto de partida hasta el siniestro. Observando los obstáculos que se interponen en su recorrido. Sabemos bien que en Tierra del Fuego tenemos mucho material ligero en la construcción de casillas, es fundamental el tiempo, de llegada para evitar que los daños sean mayores”, explicó.
Al plantear su tesis, Javier Esposito, como licenciado en gestión de siniestro debe poseer una visión global de las funciones y medios que cuentan los distintos actores de la emergencia y comenzó a enfocarse en el verdadero problema que los aúna a todos ellos, el despacho de una unidad de emergencia, la importancia de contar con un trayecto libre de obstáculos para llegar lo antes posible al lugar del siniestro lo cual amerita tener en cuenta todas las variables, desde la posibilidad de una calle anegada o intransitable por distintos factores.
Esposito aseguró que en su proyecto se aplicaran energías renovables, tecnologías que no supone un gasto a la ciudad. “El proyecto plantea un cambio de paradigma en las emergencias, reduciendo los tiempos de despacho y de respuesta, entre otros”, valoró.
Javier Esposito aprovechó estos días que está en Río Grande para mantener una serie de reuniones con diferentes organismos dedicados a la emergencia a fin de recabar datos.
Una familia malvinera
Javier Esposito es hijo de Aníbal Edgardo Esposito -Suboficial Mayor de la Policía de la Provincia-, Veterano de la Guerra de Malvinas, Conductor del VAO 07, que participó en la Reconquista de Nuestras Islas y uno de los conductores del programa radial Misión Malvinas que se emite por Radio Universidad 93.5 y de la docente Marisa Olga Fontana (productora del mencionado programa), su hermano Agustín Esposito, Oficial de la Armada Argentina en el arma de Infantería de Marina, quien se recibió con honores y obtuvo la Medalla de Oro del Congreso de la Nación además de muchos otros reconocimientos y la quinta integrante es Ingrid Belén Esposito, quien se encuentra estudiando en Buenos Aires la carrera de Ingeniería en Producción Agropecuaria.
El entrevistado fue uno de los 23 alumnos de la promoción y el único en recibirse. “Al tercer año quedé solo, como único alumno. Tal vez por la exigencia de la carrera. Además de la parte teórica, tenemos la práctica donde realizamos emulaciones y simulaciones, lo que conlleva un tiempo”, dijo.
Agradeció a sus profesores, la mayoría comisarios y altos jefes policiales y bomberos policiales, tanto de la Federal como de la Metropolitana y al ser el único que quedó en esta promoción reconoció que recibió más dedicación docente.
Finalmente confió que “me fui a Buenos Aires exclusivamente a estudiar esta carrera, que consta de cuatro años, no solo porque me gusta, sino porque considero que es sumamente importante para mi ciudad, Río Grande, que este año está celebrando su Centenario. Yo tenía mi trabajo, mi servicio como Bombero Voluntario habiendo ingresado en el año 2011 a la institución de la Asociación de Bomberos Voluntarios de Río Grande y después pase a formar parte del Cuerpo de la Segunda Compañía de Bomberos Voluntarios de Río Grande, dejé todo para perfeccionarme y poder volver a mi provincia, para ejercer mi profesión como Licenciado Gestión de Siniestro”, finalizó diciendo.