Cecilia Salomón y Liliana ‘Chispita’ Fadul, relataron cómo fue el arribo de sus familias a la provincia más austral del mundo. Dos familias que se radicaron en Río Grande muchos años antes del nacimiento oficial de la ciudad.
Río Grande.- Cecilia Salomón, hija de José Salomón (primer abogado fueguino), y Liliana ‘Chispita’ Fadul (bisnieta de Alejandro Fadul, quien arribó a la isla en 1912) dialogaron sobre la historia de estas dos generaciones fueguinas que, sin dudas, marcaron un antes y un después en la historia de Tierra del Fuego y, tanto en Río Grande como en Ushuaia.
‘Chispita’ Fadul comentó que “mi bisabuelo, que se llamaba Alejandro Fadul, pertenecía a un pueblito muy chiquito en el Líbano, de muy pocos habitantes, muy pintoresco y de mucho verde y piedra. No creció mucho desde aquella época. Él, con sus cuatros hijos, se decidió venir a Argentina y es así como después de una larga travesía pudieron llegar a la Patagonia, lugar que transitaron en carreta. En el caso de mi abuelo, Barcleit Fadul, fue el único que se quedó en Ushuaia en 1912 y sus hermanos se quedaron en Río Gallegos y allí se arraigaron y hoy se encuentran sus descendientes.
“En el caso de mi abuelo, tuvo tres hijos: mi padre Alejandro, Juanita que era una maestra de música muy querida en la ciudad, y Esther Fadul, mi tía, que se dedicó a la política y fue diputada nacional durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón. Yo tengo un solo hijo que es la quinta generación, y que también se llama Alejandro, y estamos eternamente agradecidos por todo lo que Tierra del Fuego le ha dado a mi familia”.
Continuando con el relato, ‘Chispita’ comentó que, por aquel entonces, y por las fotografías de la época, “Ushuaia era un puñado de 25 casas terrenos gigantes porque tenían sus quintas. Mi papá también cuenta que muchas veces fue importante el accionar de la Base Naval de Ushuaia porque muchas veces se quedaban sin provisiones. Los barcos, por seis meses, no llegaron y fue la Base Naval que ayudó a la población civil a poder provisionarse y de esa manera subsistir. La cárcel del Fin del Mundo también aportó muchísimo al crecimiento de la ciudad en su momento, además de lo que significó para el país, había mucha actividad económica que tenía que ver con la cárcel. Mi familia proveía de carne a la cárcel y es así como mi padre conoció a uno de los presos más famosos como el ‘Petiso Orejudo’. En Ushuaia particularmente había muchas reuniones sociales y muchos clubes. La inmigración fue muy grande. La gran inmigración italiana se dio en el año 48’ y así fue como se fue gestando la ciudad de Ushuaia y hoy somos lo que somos. Una ciudad de miles de habitantes al igual que Río Grande y Tolhuin”.
Según reveló Liliana Fadul, su abuelo Barcleit, “tenía tantas ganas de venirse aquí que al poco tiempo de venirse a Ushuaia aprendió el idioma rápidamente y adquirió la ciudadanía y al poco tiempo lo designaron como presidente de la comisión de fomento que era algo así como el intendente de Ushuaia. Realmente se arraigó con mucha fuerza a la Tierra del Fuego”.
Con respecto a su desempeño en la política, ‘Chispita’ ratificó que “seguramente ha tenido que ver Esther Fadul que fue la hermana de mi papá y que en las épocas remotas de los años 50’ ya estaba militando en el Partido Justicialista de ese tiempo. Fue la primera diputada fueguina y dentro de la primera camada de mujeres de la Cámara de Diputados. Fue electa tres veces. Una por designación directa de Perón y luego fue electa dos veces más. En esa época no había aviones todos los días. A veces una vez por semana y a veces no y ella sin embargo tuvo la valentía de postularse, salir adelante, ser representante, y por eso, cuando yo tuve el orgullo de poder ser elegida diputada nacional para el periodo 2009 y 2013, el primer día que me senté y comparé algunas fotos con las de ella y estaba muy cerca. No sé si era la misma banca o muy parecida. Miré esa cúpula inmensa y con tanto orgullo de estar ahí sentada, recordé y pensé cómo habrá sido tantos años atrás, cuando las mujeres se empezaron a sentar en la cámara de diputados. Nunca me pesó ser sobrina de Esther. Al contrario. Obviamente fui afiliada al Partido Justicialista y por diferencias ideológicas cuando empezó la política neoliberal, me pareció que no era la idolatría que había abrazado y fundamos el Partido Federal Fueguino. A pesar del distanciamiento que tuvimos con mi tía, pudimos sentarnos y conversar y ella me dijo que era la sangre que le queda, y se sentía muy orgullosa de mí. Empezamos a entablar una relación muy linda”.
Esther Fadul entabló una relación “muy importante con Juan Domingo Perón y Evita. Ella se conoce con Evita porque va a acompañando a una delegación de chicos fueguinos al primer campeonato Evita. Ella era la acompañante y ahí fue presentada a Eva y a Perón que estaban en el estadio y como Esther tenía un carácter introvertido, Perón la bautiza como la pingüina. Entabló una relación muy importante y de hecho la nombran representante en el Congreso de la Nación y en ese momento no se elegían diputados nacionales por elección directa entonces Perón la nombra como primera delegada de Tierra del Fuego con derecho a voz, pero sin voto. Posteriormente, en más de una oportunidad, se la elije por el voto directo”.
“Esther siempre dice que Evita era increíble y que tenía una potencialidad increíble. Era una topadora en el buen sentido. Era un cascabel que hacía lo que decía. Era una trabajadora incansable. Ese viaje la marcó para siempre y ayudó a fortalecer el Partido Justicialista en Tierra del Fuego”.
Por su parte, Cecilia Salomón, comentó que su abuelo arribó a Buenos Aires a principios del siglo pasado. “Solo y muy chico. Por un problema familiar se escapó de su casa. Llegó a Buenos Aires y con un grupo de libaneses se fue a Tres Arroyos en donde empezó a caminar hacia el sur a buscar futuro y llegó caminando a Punta Arenas. El calcula que tardó entre un año y año medio en donde empezó a trabajar con un matrimonio que llevaba mercadería a Ushuaia hasta que llegó allí y se enamoró de una mujer indígena y decide quedarse en la capital fueguina”.
En Ushuaia, según comentó tímidamente Cecilia, “se casan y tienen un hijo y alquilan donde hoy es la casa de la familia, y la mujer de mi abuelo muere al poco tiempo. Mi abuelo cría a su primer hijo un par de años y el nene se muere de neumonía. Mi abuelo queda solo, sigue trabajando, fue proveedor también de la cárcel, era uno de los que traía la tela de los uniformes, hoy en casa tenemos un uniforme de preso original de esa época y en el año 35’ conoce a mi abuela con quien se casó en 1938 y tienen un solo hijo que es mi padre que vivió con ellos hasta los 12 años. Luego terminó la primaria y como no había secundaría, se fue a Buenos Aires. Siguió abogacía, se recibió, se casó y vino con su señora a vivir a Ushuaia y se transformó en el primer abogado fueguino instalado en Tierra del Fuego”.
“Si bien estaba instalado en Ushuaia, venía todos los años a trabajar a Río Grande hasta ser el Primer Ministro de la Corte Provincial Fueguina. Somos tres hermanos. Hay varios nietos. Yo soy la hermana del medio. Mi hija sigue la carrera de su abuelo y para mí es un orgullo”.
Cecilia aseguró extrañar la vida social de aquellos tiempos y, “a pesar de que a los 5 años nos mudamos de la casa de mis abuelos para vivir en nuestra casa, prácticamente no me mudé porque me quedé viviendo en la casa de mi abuela hasta los 17 años porque esa casa era todo. Me gustaba mucho el Ushuaia de antes. Salir, conocer y compartir. Hoy es más difícil”, lamenta.
El reconocido Leonardo Di Caprio almorzó en El Bodegón, donde era el estudio de José Salomón. “Actualmente esa es mi casa. Hoy mis hijos tienen el mismo amor por esa casa que tenían nuestros abuelos. Es nuestra historia. Es un orgullo hoy tener esa casa y poderla mostrar al mundo”.
“Decidimos restaurar la casa porque es un orgullo y con gran esfuerzo se logró hacerla y se mantuvo prácticamente el 100% la originalidad y después de muchas peleas, logramos que la Municipalidad lo tome como un patrimonio histórico y no un baldío. Hoy sobre Maipú, quedan cuatro casas de la época. El resto se tiró todo abajo. No se mantiene la historia y no se difunde nuestra historia. En Ushuaia me castigaban multándome por tener una casa de chapa y de madera”.
En este contexto, “Chispita” Fadul, comentó que fue alumna de José Salomón a quien calificó “como un trabajador incansable. El empezó a trabajar tanto en Ushuaia y Río Grande. Lo recuerdo cada fin de semana viniendo a Río Grande”.
“José Salomón, siendo un muchacho muy joven, trabajó muchísimo. Cuando deja la profesión y se lo nombra como integrante del Superior Tribunal de Justicia de Tierra del Fuego a mí me puso muy contenta porque yo vi cómo fue creciendo y que haya sido presidente un fueguino de la talla de José, para mí fue una gran satisfacción. Cuando salía del colegio, iba todas las tardes a tomar el café con leche y recuerdo que siempre me esperaba la abuela de Cecilia. Esa casa es parte de mi vida porque estuve todos los días hábiles de mi escuela primaria tomando café con leche con los abuelos de Cecilia”.