El rector de la Universidad Tecnológica Nacional, ingeniero Héctor Aiassa, efectuó un balance a poco de concluir la gestión, que consideró “de transición”, y apuntó al ordenamiento institucional. Se puso en marcha el convenio colectivo, se garantizó la ART para personal docente y no docente, seguros para estudiantes, y hubo un incremento presupuestario que reposicionó a la casa de estudios dentro del sistema. Destacó el aporte que realizó en esta etapa el ingeniero Mario Ferreyra, y además la buena relación con el actual ministro de Educación, Jaime Perczyk, con quien recorrió los pasillos del Congreso en la época de Macri, buscando revertir los recortes presupuestarios.
Río Grande.- El rector de la UTN a nivel nacional, ingeniero Héctor Aiassa, hizo un balance por Radio Universidad 93.5 de la gestión realizada, que está pronta a concluir. “Si bien fue un período muy complicado, los hechos hablan por sí mismos. En diciembre de 2017, cuando asumí, nuestra institución atravesaba dificultades originadas por el agobio presupuestario y otras tenían alguna dificultad funcional. La prioridad absoluta la tuvo poner en orden las distintas situaciones jurídicas que había, y todo el 2018 se destinó fuertemente a esto”, dijo.
Planteó un déficit presupuestario por esos años que “tornaba inviable el desarrollo básico de las funciones, la falta de ejecución de fondos para gastos de funcionamiento, y dificultades internas” que heredó de la gestión anterior. “Esto se fue corrigiendo y ya en 2019, con la situación judicial controlada, nos abocamos a la gestión de proyectos. Ordenamos los proyectos académicos para obtener financiamiento y logramos corregir la demora burocrática entre la ejecución del crédito y la rendición de los fondos de las facultades. Cuando inició la pandemia adoptamos la modalidad de transferir directamente los fondos y fue un cambio profundo en la gestión”, afirmó.
“Con el cambio del gobierno nacional la universidad pasó a integrar el comité ejecutivo del CIN –consejo interuniversitario nacional- que hace muchos años no integraba. Esto me llevó incluso a integrar las paritarias nacionales y tuvo un impacto en el posicionamiento presupuestario de nuestra institución, que recién se vio reflejado en 2021. En 2017 nos movimos con un presupuesto castigo que venía del año anterior. En 2018 y 2019 tuvimos un presupuesto muy por debajo de nuestras necesidades. En 2020 asumió el actual Ministro de Educación como Secretario de Políticas Universitarias y tenía un profundo conocimiento de las características de nuestra universidad, pero en 2020 no hubo ley de presupuesto sino un reconducido de 2019. Recién en 2021 se posiciona de manera importante a nuestra universidad y el presupuesto se está ejecutando con normalidad, poniendo todo el esfuerzo para que haya eficiencia, porque a veces hay demoras innecesarias y subejecución”, manifestó.
“Este presupuesto permitió un importante nivel de actividad en nuestras facultades, además de enfrentar la pandemia, logramos saldar una deuda histórica porque nuestra universidad no tenía una ART. Hoy está cubierto el ciento por ciento del personal docente y no docente en relación de dependencia y el ciento por ciento del alumnado tiene un seguro. Entre personal docente y no docente tenemos 13.200 personas. Además hay un nuevo diseño curricular, y se ha llamado a concurso aún en plena pandemia”, agregó.
Puesta en marcha del convenio colectivo
Otro hecho trascendental fue la puesta en marcha del convenio que se había aprobado en 2015 “y por un conflicto entre la gestión y los gremios no se logró consolidar la comisión negociadora particular. Yo asumí el 20 de diciembre de 2017 con el compromiso de ponerlo en marcha, y el 8 de febrero de 2018 llevamos adelante la primera reunión paritaria. Pusimos en plena vigencia el convenio colectivo y esto significó que más de 6 mil docentes interinos salieran del estado de precariedad para pasar a tener la estabilidad académica. Además llamamos a concurso para la cobertura de las nuevas vacantes. Los ayudantes de primera con 15 años o más en el cargo están pasando en forma automática”, indicó.
“También regularizamos al personal no docente que estaba en forma precaria, con el pago de una beca, cuando correspondía una categoría inherente a su tarea. Pasaron 400 no docentes a integrar la planta formal”, precisó el rector.
Sin reelección
Se le preguntó si no prevé volver a postularse pero Aiassa dio por concluido su aporte con esta primera gestión, a la que consideró “un proceso de transición. Siempre entendí que había asumido esta responsabilidad con el convencimiento de que se requería una transición, para realizar un ordenamiento institucional y dar apoyo a los 30 decanos que dirigen nuestras facultades. Fundamentalmente instrumenté mecanismos que garanticen la eficiencia y transparencia en la ejecución de los recursos”.
“La pandemia ha provocado, no digo cansancio, pero sí otra mirada para valorar otras cuestiones. Uno está en una edad de la vida donde conviene valorar lo logrado y no exagerar en el esfuerzo, porque esto ha puesto en evidencia que no somos dueños de nada. Ha sido muy duro dar respuesta estos dos años, con el pase instantáneo de la presencialidad a la virtualidad, con todo lo que implicó modificar el soporte de conectividad de nuestra universidad. Sin embargo, cuando en marzo de 2019 se decretó la cuarentena, nuestra universidad que es la más compleja por la distribución geográfica, fue la primera en instrumentar las clases virtuales. Todo eso demandó esfuerzo, desgaste, y el cuerpo también pasa factura”, advirtió.
Si bien el ingeniero Aiassa prevé dar un paso al costado, el actual vicerrector integraría una lista. “Seguramente va a haber aspiraciones para acceder al rectorado. Tenemos que instrumentar una asamblea con todos los cuidados del caso, y en principio se presentaría el actual decano de Córdoba, acompañado del actual vicerrector que es decano de San Nicolás, dando continuidad a la gestión. Quedaron muchas tareas pendientes y la pandemia dificultó muchas acciones. Estaba previsto el ordenamiento de nuestro sistema de radios, que no pudo terminar. Estos años hemos sostenido la institucionalidad, mantuvimos las reuniones de los cuerpos colegiados, pero hubo mucha limitación en la movilidad para visitar las universidades que tienen su radio. Tuvimos algunas dificultades para avanzar pero el objetivo sigue intacto y va a haber continuidad para avanzar en el sistema de las FM de la UTN”, garantizó.
Asimismo, valoró la “muy buena relación con el decano Mario Ferreyra, un compañero de estudio y de gestión que me ayudó con su experiencia política en esta tarea de ordenamiento, y seguramente esta mirada va a continuar para seguir adelante con los proyectos. Además hay muy buena relación con el actual ministro Jaime Perczyk, con quien deambulamos por el Congreso en el gobierno anterior por las comisiones de presupuesto, de educación, de ciencia y tecnología, para poder revertir el proyecto que se había elevado y posicionar el sistema público universitario gratuito. Tuvimos mucho diálogo y trabajo en conjunto y la relación continúa”.
Finalmente remarcó el cambio de visión con el nuevo gobierno, al haber aumentado el presupuesto para la universidad. Cabe recordar que cuando asumió Aiassa en el 2017, el presupuesto de la UTN era de 4.831.000.000, en 2018 rondaba los 6.000.000.090, en 2019 pasó a poco más de 7.737.000.000, “en 2020 se mantuvo el mismo monto con el reconducido y se sumaron subsidios; en 2021 ascendió a 14.162 millones y en el proyecto presentado este año asciende a casi 22 mil millones pesos. Más allá de la inflación, dentro del sistema la UTN ha logrado otro posicionamiento del punto de vista presupuestario, en el contexto económico actual”, concluyó.