El concejal del Partido Verde Javier Branca esperó hasta avanzada la noche de ayer el ingreso del proyecto de presupuesto por parte del Municipio de Ushuaia, que no se había concretado. Recordó que no se pudo debatir en 2020 y terminó reconducido en 2021, pero consideró que no hay margen para intentar otra reconducción. Reconoció dificultades para poder hacer un control de la ejecución y aseguró que el Ejecutivo “no responde los pedidos de informe”. Además dio a conocer un proyecto de su autoría que obligaría a forestar tanto a urbanizaciones públicas como privadas, y generar pulmones verdes en la ciudad. Observó que hoy Ushuaia “se autopercibe turística” pero no lo es, por la cantidad de polvo en suspensión, la falta de árboles, y los perros sueltos que, de acuerdo a un censo de hace dos años, superan los 12.500.
Río Grande.- El concejal del Partido Verde Javier Branca fue consultado por Radio Universidad 93.5 sobre la presentación del proyecto de presupuesto de la Municipalidad de Ushuaia para el ejercicio 2022, dado que ayer vencía el plazo, pero hasta la hora del cierre no había ingresado. “Probablemente soliciten una prórroga porque no hay absolutamente nada. Hasta ahora estamos a la espera”, dijo el edil.
“El primer presupuesto que me hubiese tocado tratar como concejal era el de 2021, presentado en el 2020, pero no hubo tratamiento directamente y hubo una reconducción automática. Es difícil manejarse sin un presupuesto y llevar el control, y los pedidos de informe no se responden desde el Ejecutivo municipal. Eso multiplica la imposibilidad de llevar un control con rigurosidad”, expresó.
“En 2020 cada secretaría vino a explicar las tareas realizadas ese año y describieron lo que hicieron en el marco de la pandemia, pero no proyectaron absolutamente nada. El proyecto de presupuesto aumentaba todas las partidas con excepción de la destinada al Concejo Deliberante, lo que era llamativo y no digo que está mal, porque hay que recortar todos los gastos políticos, pero para todos. Hay políticos que tiene sueldos faraónicos, no se puede hacer nada porque no hay plata y sin embargo se siguen aumentando los sueldos en la clase política en general”, cuestionó.
“Realmente en 2020 al margen de esta presentación no hubo una comisión de presupuesto para debatir el proyecto, decir si estoy en contra o a favor por tal o cual motivo, y hay dificultad para controlar un presupuesto reconducido. El año pasado, en un año tan particular como la pandemia, era difícil vaticinar qué iba a pasar con la economía en 2021, y podría haber una justificación para reconducir el presupuesto y que después se vaya ajustando de acuerdo a las necesidades. Para el año que viene no hay ningún sustento para intentar semejante cosa y volver a reconducir el presupuesto”, sentenció.
Obligación de forestar
El concejal también dio a conocer un proyecto de su autoría para cambiar la estética de la ciudad y generar pulmones verdes, con nuevas urbanizaciones que estarían obligadas a forestar. “La ciudad crece hacia arriba de manera irregular, pero ha crecido hacia los lados en forma más ordenada. Por ejemplo hacia el Pipo, hacia Barrancas, hacia el San Martín, lo hizo de manera planificada. Yo vivo en fondo del Pipo y uno de los proyectos que presentamos es la obligatoriedad de forestar para obtener el final de obra, tanto para obra pública como privada, porque hubo planificación pero no se tuvo en cuenta el aspecto ambiental, y que al arrasar con todos los árboles y quitar el manto vegetal, la tierra que queda en suspensión hace imposible transitar. Además esto genera la posibilidad de accidentes automovilísticos”, dijo.
“Cualquier obra, para tener final de obra, tiene que plantear un árbol cada cinco metros lineales o una arbustiva cada tres metros, en la vereda de la edificación. Cada vez que pase los 250 metros cuadrados cualquier edificio o complejo de viviendas se debe reservar el lugar que la municipalidad designe para la generación de pulmones urbanos. La intención es evitar la voladura de polvo en la ciudad, que hace imposible transitar, ingresa a las viviendas y afecta la salud. Además el fin es embellecer la ciudad, que se autopercibe turística. La oferta turística hoy se da por la naturaleza, no por la ciudad, que no es para nada vendible”, advirtió.
“Es una ciudad sin árboles y turísticamente no es atractiva, aparte de que hay jaurías de perros por todos lados. Hemos tenido una docena de reuniones de la comisión de calidad de vida, que me toca presidir, y hemos invitado a especialistas en la materia y actores que vienen trabajando de manera comprometida hace años, para que nos ilustren sobre este tema. Presentamos un proyecto de ordenanza que nunca llevamos a sesión y quedó en comisión para invitar a todos los involucrados. Comenzamos con un grupo de vecinas que hicieron encuestas, cansadas de recibir ataques de perros, luego vino Adrián Schiavini que hizo un censo que arrojó más de 12.500 perros en la vía pública en diferentes momentos del día, y son datos de dos años atrás. Sabrina Marcucci es la secretaria municipal de políticas sanitarias y derechos humanos y dice que todos los perros que están en la calle están chipeados. A confesión de parte, relevo de pruebas, porque si están chipeados evidentemente el chip solo no sirve para que los perros estén adentro de la casa”, fustigó.
“Por eso elaboramos una ordenanza para generar créditos fiscales a quien tenga su perro detrás de un cerco. La municipalidad corrobora que el cerco tenga las condiciones que establece la ordenanza y otorga un crédito fiscal. Eso lo aprobamos en noviembre del año pasado y todavía no se reglamentó, a más de diez meses”, lamentó Branca.
Ampliación del ejido
Finalmente se le pidió opinión sobre la ampliación del ejido hasta Almanza. “Si se amplía el ejido urbano hasta Almanza habría que ver en qué condiciones, para que no ocurra que, con el argumento de la necesidad de tierra para la construcción de viviendas, se utilicen esas tierras nuevas para la especulación inmobiliaria. Yo estoy de acuerdo con la ampliación del ejido pero no a cualquier costo y en cualquier condición”, concluyó.
