María Meza, mamá de una joven de 17 años, reclamó en la Delegación de la OSEF en Río Grande porque su hija debe ser operada y la obra social no autoriza la compra de los elementos necesarios para la intervención. Hace dos meses y medio que están esperando y la demora puede perjudicar la recuperación. Dice que preguntó con quién debía hablar para resolverlo y le respondieron si conocía a Dios.
Río Grande.- “Hace dos meses y medio que Selene está en casa con un ligamento cruzado roto y sin posibilidad de operarse, porque la obra social no autoriza la compra de los elementos necesarios. Entonces hoy, muy angustiada, vine y decidí quedarme acá hasta que se resuelva”, relató María Meza, la madre de Selene una joven de 17 años que tuvo una lesión en el ligamento cruzado y no puede ser operada, porque la obra social no provee lo solicitado por el médico para intervenirla.
La mujer contó que “se necesitan los materiales que pide el médico para reparar los ligamentos cruzados, no es nada del otro mundo ni mucho menos. La operan acá y el médico está esperando, pero el problema es que la obra social o no paga, o no arregla, o no tiene los convenios al día; porque la única ortopedia que trabaja con ellos en este momento para ese tipo de operación no les está vendiendo”, explicó.
Meza dice que incluso dialogó con los responsables de la ortopedia, quienes le señalaron que “están hablando, pero todavía no hay nada o convenido”. Según el médico de la obra social, le cubrirían “dos o tres cositas, pero el resto no está dentro del convenio, por eso se retrasa”. Pero la madre indicó que “todos los días nos dicen una cosa distinta”, ahora le manifestaron que tendrían una nueva reunión este viernes.
“Selene está en casa, sin poder hacer su vida normal, nosotros estamos con una angustia tremenda; por eso decidí venir y no me voy a ir sin una respuesta”, aseguró la mamá. En la OSEF hoy fue recibida por el Delegado, quien le comunicó de la nueva reunión del viernes con la ortopedia. Pero la mujer descree que ya esté la solución, por eso resolvió continuar con la medida y recordó que “ya estamos en diciembre, Selene el año próximo empieza sexto y no quiere perderse la escuela”, advirtió.
Además indicó que dilatar la operación podría tener consecuencias para ella “porque está con una férula y quieta, así desde hace dos meses y medio”. “Todo está mal, no resuelven nada, cuando le dije al médico con quien tenía que hablar para resolver esta situación me dijo si conocía a Dios, esto es realmente de locos”, concluyó la mamá.