Se trata de investigaciones sobre el cambio climático, estos incluyen fenómenos registrados desde el cielo hasta el espacio, según lo explico la doctora en física y jefa a cargo del departamento de Ciencias Instituto Antártico Argentino (IAA), Adriana Gulisano en diálogo con Télam.
Ushuaia.- Uno de los trabajos que llevan a cabo en el IAA y es reconocido a nivel internacional en las discusiones sobre el avance del cambio climático, trata sobre la composición de las nubes que se encuentra en el cielo antártico. En dicha investigación se dio a conocer que las nubes están conformadas por compuestos nitrogenados, cloratos, bromatos y otros gases de origen industrial que capturan oxígeno e impiden la reposición del ozono destruido por los rayos solares en la estratósfera.
En el diálogo con Télam la investigadora del CONICET Adriana Gulisano afirmó que «además del monitoreo de la capa de ozono, realizamos el relevamiento de las nubes estratosféricas polares, que no están formadas siempre por agua o hielo, sino por ácido nítrico o ácido sulfúrico y presentan compuestos nitrogenados, cloratos o bromatos, que capturan el oxígeno atómico liberado cuando los rayos solares destruyen el ozono, impidiendo que este gas se vuelva a formar».
El cambio climático avanza y en las investigaciones realizadas por Alfredo Costa, también integrante del Instituto Antártico Argentino, se detectaron como la península antártica se está calentando. Mientras que, por el contrario, el interior del continente se enfría, todo esto está impactando en los ecosistemas antárticos.
Para cerrar Gulisano enfatizó que «Argentina es el único país que hace ciencia en la Antártida de manera permanente desde 1904, el resto vino después y durante mucho tiempo a través de expediciones que pasaban una temporada y se volvían, los registros constantes que nuestro país genera desde hace más de un siglo son un capital científico muy valioso, del mismo modo que la decisión de haber constituido el primer Instituto Antártico en el mundo».