El titular de la Clínica San Jorge, Dr. Carlos Sánchez Posleman, abordó varios aspectos vinculados con la crisis en la OSEF, que no pasan solamente por el auxilio estatal para paliar el déficit. El aumento de aportes es necesario y afirmó que, si le explican al afiliado el riesgo que corre la obra social, están dispuestos a “sumar uno o dos puntos más de aporte”. Consideró que “hay desinformación al afiliado” y que “esto es utilizado por un grupo minúsculo para armar conflicto”, que se opone al incremento de aportes personales. El aporte actualmente es del 3% para los pasivos, y hay que abordar la situación con empleados de otras áreas del Estado que han optado por otra obra social o una prepaga, no aportan en su vida activa y cuando se jubilan “no van al PAMI, sino a la OSEF”, dijo. Otro punto a atender es la legislación para la compra de medicamentos, que sería la razón de las dificultades para mantener provista la farmacia. Explicó que las farmacias privadas van comprando pequeñas cantidades a las droguerías, pero la OSEF debe hacer una licitación y mantener un capital inmovilizado, con el riesgo de que venzan medicamentos que luego cuesta sacar al continente. Por cuerda separada tomó en cuenta algunas medidas vinculadas con la administración que también se deberían atender. Dio detalles del aumento de costos en la salud, hizo referencia a la deuda con la clínica, que va aumentando progresivamente porque no hay dinero para cubrir las prestaciones y hace poco cobraron facturas de noviembre, y adelantó su rechazo al pago en bonos. “Nosotros necesitamos el efectivo para pagar sueldos, insumos y medicamentos”, subrayó.
Río Grande.- El titular de la Clínica San Jorge, Dr. Carlos Sánchez Posleman, dialogó con Radio Universidad 93.5 y Diario Provincia 23 sobre un abanico de aspectos que explican la crisis de la OSEF y las medidas que deberían tomarse para dar una solución de fondo. “Lo preocupante, además de la deuda, es que la OSEF tiene un desfasaje económico y financiero muy importante. La forma de financiarse de todas las obras sociales es a través del aporte de los sueldos, que no han ido acompañando los aumentos de los costos de la salud. Una ampolla de un anestésico que se utiliza para un paciente que está respirado costaba 50 pesos y en seis meses se fue a 700 pesos, y en estos pacientes uno usa entre 20 y 30 ampollas por día. El sistema de salud ha quedado totalmente desfinanciado y sucede lo mismo en la provincia, donde el problema se agrava porque los jubilados solamente aportan el 3%. Entre el sistema de los 25 inviernos y las jubilaciones anticipadas, hoy tenemos una cantidad de jubilados con muchos años de expectativa de vida haciendo este aporte de sólo el 3%”, expresó.
Tomando en cuenta “un jubilado con un buen promedio de sueldo, de 200 mil pesos, aporta 6 mil al sistema de salud y es muy difícil cubrir con eso su gasto y el de su grupo familiar. Se paga más por el seguro del auto, por Direct TV o lo que sea, que por la salud. La gente no entiende que, si esta obra social se cae, no tiene posibilidad de ir a otra obra social con una enfermedad, porque no lo van a recibir. Si una persona es diabética y la OSEF se cae, por más que tenga plata otra obra social no lo va a cubrir”, advirtió.
“Uno le explica a los jubilados que corren riesgo de perder su obra social y están dispuestos a sumar uno o dos puntos más de aporte. No estamos planteando que de 6 mil pasen a 60 mil pesos, sino que pongan 8 ó 9 mil, para mantener el sistema solidario y sostenerlo. Creo que acá hay una desinformación al afiliado, y esto es utilizado por un grupo minúsculo para armar conflicto, pero si uno les explica cuál es el problema, cuánto están aportando porque muchas veces no lo saben, la gente entiende”, aseguró, y observó que “el 3% cuando uno es jubilado, tiene problemas cardíacos, tiene que estar en terapia intensiva, no es nada”.
Aumentos exponenciales
A modo de ejemplo, indicó que “el costo de medicamentos por día de un paciente respirado en septiembre del año pasado estaba en 60 mil pesos. A eso hay que sumar antibióticos y alguna otra medicación. Hoy como mínimo de costo por día de internación debe andar en 300 mil pesos. El oxígeno viene de Comodoro Rivadavia y es carísimo, y no hay otra opción. El CEMEP puso su propio generador de oxígeno y eso se avaló recién, porque no garantizaba un 99% de oxígeno en el aire que mandaba. Hay tres distribuidoras de oxígeno en el país y ellas ponen el valor”, dijo.
Hay factores que escapan a decisiones que se pueden tomar a nivel local, pero otras que sí pueden resolverse, incluso con cambios en la legislación y además “hay que hacer algunas reformas en la forma de gestionar, para distribuir mejor los recursos y no malgastar algunos en situaciones que no lo ameritan”, manifestó.
El problema de la farmacia
Sobre el desabastecimiento de la farmacia de OSEF, detalló los factores que inciden y que en este caso podría corregir una legislación específica. “En los últimos años la industria farmacéutica ha decidido comercializar los medicamentos a través de las droguerías. Solamente se puede comprar directamente a los laboratorios chicos, porque los más importantes se reunieron, formaron sus propias droguerías y uno les tiene que comprar a ellos. Ya tienen un precio definido, uno paga y puede conseguir un descuento del 37 ó 38% si es un buen pagador, pero no hay mucho más margen para trabajar con la industria farmacéutica. Son los que ponen las reglas de juego y no hay otra opción”, expuso.
“Puede haber una licitación donde participen laboratorios chicos o para los que se llaman medicamentos de alto costo y baja incidencia, que se usan en muy pocos pacientes y son muy caros. Se pueden licitar, pero también el margen es escaso, porque no muchos laboratorios son proveedores de esos medicamentos. Las reglas que pone la industria farmacéutica son bastante rígidas y no tiene mucho margen la obra social para salir a comprar, peor si el sistema de contratación es el mismo que el de todos los sistemas del gobierno. No hay una diferenciación para comprar de otra manera en Salud. En el interior normalmente las farmacias no se stockean, sino que el stock lo tienen la droguería, a la que le van comprando y los va nutriendo una o dos veces por día de los medicamentos que necesitan”, señaló.
“En la provincia las droguerías locales son muy chicas y la provisión por lo menos es una vez por semana, pero dado los problemas de comunicación y climáticos, hay que stockearse cada 15 días. Pero a la obra social no le dan herramientas ágiles para poder trabajar con el menor stock posible y no quedarse con medicamentos que se vencen y después es difícil sacar de la provincia. La legislación del sistema de compras para la farmacia no puede ser la misma que para comprar material de construcción para una escuela. Tendría que aplicarse otra modalidad, entendiendo cuál es el sistema de venta de medicamentos”, propició.
El profesional explicó que este es un inconveniente que tiene solución porque la OSEF, a diferencia de las farmacias privadas, debe sortear el obstáculo del sistema de compras y las demoras que implica, y “tienen que armar un sobrestock con una licitación, por lo cual tienen un capital inmovilizado ahí. Una farmacia chica va comprando de a poco, pero la farmacia de la obra social no tiene la posibilidad de hacerlo porque así lo dispone la normativa de compras del Estado. Hay que ir modificando una cantidad de ítems, independientemente del aumento de los aportes”, planteó.
En el caso de la clínica, dijo que “se hacen dos compras distintas de medicamentos, una es para la farmacia externa y eso lo maneja la industria farmacéutica a través de las droguerías, y uno compra la caja con troquel. Otra cosa es la compra para sanatorios y hospitales, donde se hace una compra a granel y en frasco. Yo puedo comprar una caja de 18 comprimidos de ibuprofeno en una farmacia, pero como clínica compro un frasco de 100 y el precio es totalmente distinto, pero se destina a los pacientes que están internados. Como farmacia no puedo vender a granel, sino que tengo que vender con troquel”, aclaró.
Una charla con los empleados
Teniendo en cuenta que la obra social es un sistema solidario, apuntó a una conversación pendiente con empleados del Estado que deberán entender que tienen que aportar. “Hay cosas que no se justifican: el empleado bancario se lleva el aporte personal y patronal, y puede elegir otra obra social mientras está activo, pero cuando se jubila no va al PAMI, vuelve a la OSEF con el 3%, cuando en toda su vida joven económicamente activa, donde tiene menos posibilidad de enfermarse, aporta un 10% a otra obra social o a una prepaga. Esto hay que discutirlo con los empleados bancarios, con parte del Poder Judicial, con el Tribunal de Cuentas, y esas cosas hay que cambiarlas. Si se van, no pueden volver, y cuando se jubilan tendrían que ir al PAMI. Tenemos que sincerarnos”, enfatizó.
Deuda en aumento
Yendo específicamente a la deuda de la OSEF con la clínica, estimó que “si yo facturo 100 en el mes, me pagan 70. No alcanzan a cubrir todo y se va cortando la cadena de pagos. Poco a poco se va a agrandando la deuda, hay momentos en que la achican y momentos en que la alargan, de acuerdo a la disponibilidad que tenga la obra social. Con el aporte extraordinario que hubo con los aguinaldos entró más plata ese mes y pudieron achicar un poco, pero hay un déficit mensual que lo viene soportando el efector público y el privado”.
“En su momento estábamos con una deuda de 200 millones de pesos, pagaron 70 millones pero pasan los días, vencen facturas y cada vez se acumulan más. La deuda va subiendo a 220, 230 millones. El día 20 se hacen los aportes y se achica la deuda, pero se vuelve a agrandar hasta el día 20 del mes siguiente. Ahora estamos cobrando lo que facturamos en noviembre. No tenemos un reajuste como en la construcción -con las redeterminaciones de precio-, así que no cobramos intereses por el retraso. En el último contrato firmamos un reajuste del 50% del salario del convenio colectivo de ATSA para las clínicas y sanatorios privados, y el 50% del aumento del escalafón seco para el empleado de gobierno. Cuando hay aumento de sueldos, después de 30 días debe venir el aumento correspondiente de acuerdo al porcentaje definido tanto en las paritarias de gobierno como en la nacional”, informó sobre un acuerdo que al menos permite ir de la mano del aumento de los sueldos que tienen que pagar.
“Eso lo conseguimos en el último convenio que firmamos en septiembre del año pasado. Antes no lo teníamos y hubo un desfasaje que hizo que tuviéramos que pedir préstamos para salir adelante, porque trabajo no nos falta. Uno sigue invirtiendo en tecnología, en capacitación médica, para resolver problemas acá y que la gente no sea derivada. Eso también genera otra rentabilidad. Hace algunos años atrás la provincia tenía dos Lear Jet para evacuaciones. Hoy no necesita tener ningún Lear Jet porque no hay evacuaciones y la mayoría de las situaciones se pueden resolver en la provincia. Esto es gracias a la inversión en tecnología y capacitación de todos los efectores de la salud, tanto públicos como privados”, valoró.
Salud de lujo
Comparó la situación con otros puntos del país y aseveró que “no hay ningún pueblo de 120 mil habitantes en el interior que tenga la capacidad que tiene tanto el CEMEP como la Clínica San Jorge para la resolución de los problemas. Además la accesibilidad al sistema es importante y hoy estamos viendo a mucha gente que viene del PAMI de otros lugares del país, donde no recibe atención, y cambian de domicilio porque el afiliado de PAMI en Ushuaia recibe la misma atención, sin cobro de arancel diferenciado. En la provincia de Buenos Aires sobre todo el arancel diferenciado está a la orden del día, pero en Tierra del Fuego la gente tiene un excelente acceso al sistema de salud”, sostuvo.
“El que no tiene cobertura de obra social se atiende en el hospital y, si el hospital no le puede dar la solución porque no tiene la capacidad tecnológica o la especialidad, lo deriva al privado. La gente a veces se queja, pero no sabe cómo están en otros lados. No me cabe dudas de que podríamos mejorar, pero si nos comparamos con el resto, yo me siento orgulloso de que hoy venga gente y traiga su familia a atenderse en Tierra del Fuego, cuando hace unos años todo el mundo quería ir a atenderse a otro lado”, expresó el profesional.
Rescate demorado
Volviendo sobre las políticas de Estado, recordó que “cuando se dio el problema con el pago de las jubilaciones hubo un plan de rescate para la caja de previsión, en momentos en que era el IPAUSS, que se dividió. Se armó el plan de rescate para la caja pero nunca hubo un plan para la obra social, que hoy no tiene herramientas para bancar el desfasaje financiero que tiene”.
La emisión de bonos por 3 mil millones de pesos, parte de los cuales se destinarían a la OSEF, sería el auxilio previsto por el gobierno en el corto plazo, pero esa colocación también se utilizará para pagar deudas a proveedores y Sánchez Posleman adelantó su rechazo a recibir bonos. “Esta emisión de bonos es para apagar el incendio pero hay que hacer una reestructuración de fondo para que esto sea sustentable en el tiempo. Yo ya recibí letras, pero todavía no pude cobrar alguna. Todavía tengo letras que estaban garantizadas por el Estado pero no las cobré. En ese momento los proveedores compramos letras de buena fe, pero parece que las operaciones no eran muy claras y suspendieron esas letras. Ahora yo no recibo ningún bono. A mí me tienen que pagar en efectivo porque a mi gente le tengo que pagar los sueldos en efectivo, los insumos y medicamentos también los tengo que pagar en efectivo”, sentenció.
“Los bonos los venderán ellos, lo negociarán con el banco y el banco nos proveerá el dinero. Nosotros lo que necesitamos es el efectivo para poder hacer frente a nuestras obligaciones. Creo que esos bonos se van a emitir y el banco los va a transformar en efectivo. El Estado provincial pagará los intereses, pero a nosotros nos tienen que pagar en efectivo. No hay otra forma de arreglar”, remarcó.
Paritarias y aumento
Finalmente hizo mención a las paritarias con los gremios vinculados con la clínica. “Estamos en paritarias y el año pasado cerramos con un 55% de aumento. En febrero, por la cláusula gatillo de la inflación, hubo que acomodar el último tramo de aumento del 2021. Ahora empieza la etapa del 2022 y la gente necesita cobrar en tiempo y forma a fin de mes”, expuso.
“Estos dos últimos años han puesto el hombro permanentemente, han dado su vida, han puesto en riesgo su vida y la de sus familiares para salir de esta crisis. Los resultados de la pandemia en Tierra del Fuego han sido exitosos gracias al trabajo de todo el equipo de salud en los sectores público y privado. Hay personal que trabaja en los dos lados y no podemos llegar a fin de mes y decirles que no les podemos pagar porque nos debe la obra social. Tenemos que pagarle a nuestra gente porque se lo merece. Actualmente tenemos alrededor de 350/380 empleados no profesionales, y luego tenemos más de 100 profesionales. Hay trabajando entre 450 y 500 personas. Somos una de las empresas que más cantidad de empleados tienen, después de la industria metalúrgica. Estamos entre los primeros en generación de empleo, es un rubro que va en crecimiento, y no depende de los vaivenes del país. La salud siempre existe y el crecimiento es permanente. Lo que uno gana lo va reinvirtiendo porque no nos podemos quedar en el tiempo con la tecnología médica”, concluyó.