El General José de San Martín y el Sargento Juan Bautista Cabral vuelven a estar juntos, pero en el Museo Municipal ‘Virginia Choquintel’ de Río Grande a través de sendos cuadros que fascinan a los que la visitan. Estas obras hiperrealistas fueron creadas por el artista Ramiro Ghigliazza a quien le llevó años lograrlas. El artista explicó que toma imágenes de personas reales “que me sirvan de modelo, de algunas me sirven el mentón, otras los ojos y no es un programa que compone las imágenes automáticamente ni tampoco es un 3D, sino que lleva un importante trabajo y por eso parece que son fotos tomadas hace unos días”.
Río Grande.- Ramiro Ghigliazza, artista digital que creó imágenes de próceres argentinos, presentó dos de sus obras en el Museo Municipal ‘Virginia Choquintel’ de Río Grande, una del General San Martín y otra del Sargento Cabral.
También visitó los estudios de Radio Universidad 93.5 y la Redacción del Diario Provincia 23, entregando dos copias al director de ambos medios, Néstor Alberto Centurión.
“Estoy haciendo reconstrucciones de próceres en formato digital y me sentí gratamente sorprendido porque los periodistas que vieron los cuadros han dicho que humanizo próceres, porque parecen reales y es como si les hubiéramos tomado una foto ayer mismo”, confió el artista al programa ‘Misión Malvinas’ que se emite por la radio universitaria.
Ghigliazza presentó dos obras, una de San Martín y otra del sargento Juan Bautista Cabral, que es la que más llamó la atención por su realismo y por sus heridas en el rostro durante la batalla de San Lorenzo y previo a su famoso arrojo y heroísmo al salvar la vida del futuro Libertador de América.
Consultado sobre su técnica digital para lograr el rostro de los próceres, Ramiro Ghigliazza explicó que toma imágenes de personas reales “que me sirvan de modelo, de algunas me sirven el mentón, otras los ojos y no es un programa que compone las imágenes automáticamente ni tampoco es un 3D, sino que lleva un importante trabajo y por eso parece que son fotos tomadas hace unos días. Otra característica que tienen las obras es que son muy expresivas y por ahí con un trabajo en 3D es imposible lograr eso porque sería muy frío”.
Aseguró que “la obra de San Martín me llevó cuatro años y medio hacerlo y Cabral, dos. En el caso de Belgrano fue récord, me lo pidió la ciudad de Rosario. Lo empecé un enero y lo terminé en junio del mismo año, casi seis meses”.
“Lleva mucho tiempo constatar, trabajo con historiadores como Felipe Pigna, Roberto Colimodio, Eduardo Mundani y Marcelo Calabria; también lo cotejo con un equipo de ojos críticos que son los que dan el veredicto cuando uno está cerca de conseguir la obra. En Cabral fueron 40 ensayos”, recordó.
Ya anteriormente había asombrado con su técnica con otros cuadros del General José de San Martín en la vejez y sonriendo, y otra del General Manuel Belgrano.
En el caso de Belgrano, “tuvimos la novedad de que él era rubio, muy diferente al retrato que teníamos; siempre me baso en retratos que están calificados o en el caso de San Martín anciano, en el daguerrotipo de 1848 y en los testimonios de sus contemporáneos. Por ejemplo, Gerónimo Espejo (*) hizo una descripción espectacular y detallada del prócer, pero ocurría que en las pinturas de la época por ahí se suavizaban algunos detalles y no eran justos. Así fui cotejando todos los elementos para lograr la obra; fue todo un desafío porque la podría haber hecho exactamente igual a la pintura, pero si uno sabe que en campaña militar su cabello era más corto, que su tez era mucho más morena, que tenía una cicatriz en la mejilla izquierda, detalles que para mi son más interesantes, esos pequeños defectos lo hacen mucho más humano”, compartió.
“Cabral era un trabajo que quería descubrir, pero con la pandemia se había retrasado; había invitaciones para descubrirlo en el Convento de San Carlos, pero no se pudo. Tenía tres lugares que yo había elegido para descubrirlo, uno era en Saladas, Corrientes, donde nació; otro en San Lorenzo -San Carlos- y otro aquí en Río Grande porque yo asociaba mucho al soldado que en silencio fue al frente dejándolo todo; dejando a su familia, a su esposa, quizás un hijo por venir”, confió el artista.
Agregó que “Cabral era muy joven, tenía 23 años y sin dudas hizo lo mismo como soldado y cuando le tocó dar la vida por su jefe, que más que jefe era su compañero en el campo de batalla y lo hizo sin dudar y por eso siempre lo asocié al soldado de Malvinas y para mí era un privilegio hacerlo acá en Río Grande”.
Justamente el pasado 1 de abril se realizó la presentación de los dos cuadros del reconocido artista en el Museo Municipal ‘Virginia Choquintel’ de Río Grande en una ceremonia en la que estuvo el propio intendente de la ciudad, Lic. Martín Pérez, integrantes de su Gabinete y Veteranos de Guerra de Malvinas.
El tamaño de los cuadros es de 1,70 x 1,50 m.
Consultado sobre sus próximas obras, Ramiro Ghigliazza reveló que “próximamente vamos a descubrir a María Remedios del Valle (**), Madre de la Patria, Juana Azurduy y el General Martín Miguel de Güemes”
El entrevistado nació en Buenos Aires, se crió en La Pampa, vivió mucho tiempo en un pueblo pequeño cercano a Rosario y actualmente está viviendo en Córdoba.
Felipe Pigna compartió una de las obras hiperrealistas de Ramiro Ghigliazza, que recientemente fue colgada en la Legislatura de Mendoza.
El historiador Felipe Pigna publicó en sus redes sociales uno de los retratos de San Martín creado por el artista Ramiro Ghigliazza y que fue colgado en la Legislatura de Mendoza a 243 años de conmemorarse el nacimiento del “Padre de la Patria”.
Ver al general Don José de San Martín sonriendo y a Manuel Belgrano en movimiento sería algo impensado hasta hace un tiempo. Sin embargo, las herramientas digitales logran que los máximos próceres de la Argentina cobren vida.
La impresionante obra generó entre los usuarios de Pigna respuestas igual de extraordinarias.
(*) Gerónimo Espejo (Mendoza, 1801-Buenos Aires, 1889), militar rioplatense, que participó en las campañas del general José de San Martín en Chile y Perú.
(**) María Remedios del Valle (Buenos Aires, 1766 o 1767 – ibídem, noviembre de 1847) fue una militar argentina. Fue una de las llamadas ‘Niñas de Ayohúma’, aquellas que asistieron al derrotado ejército de Manuel Belgrano en la batalla de Ayohúma. Afrodescendiente argentina, actuó como auxiliar en las Invasiones Inglesas y tras la Revolución de Mayo acompañó como auxiliar y combatiente al Ejército del Norte durante toda la guerra de Independencia de la Argentina lo que le valió el tratamiento de ‘Capitana’ y de ‘Madre de la Patria’ y, al finalizar sus días, el rango de sargento mayor del Ejército.
En su honor, la ley N.º 26.852 establece el 8 de noviembre como el ‘Día Nacional de los Afroargentinos y de la cultura afro’.