El Dr. Jorge Rabassa, reconocido nacional e internacionalmente por sus trabajos de investigación, fue distinguido como miembro de la Academia de Ciencias de América Latina y consideró que es la máxima distinción a la que puede aspirar un latinoamericano. Dio a conocer una propuesta elevada para aprovechar la energía mareomotriz, para capitalizar la energía que se genera en el océano, “pensando en que nuestra provincia tiene un potencial de desarrollo de energía mareomotriz realmente excepcional y está entre las más importantes del mundo por la gran amplitud de mareas”, dijo. También expuso como “un sueño” el desarrollo de la energía eólica en la zona norte, no a nivel experimental, sino con aerogeneradores “uno al lado del otro, desde cercanías de Tolhuin hasta el Estrecho de Magallanes. En muchos lugares del mundo las tierras donde se desarrollan estas torres de aerogeneración continúan siendo áreas de pastoreo, es decir que no interviene en nada con la economía habitual de la región”, aseguró.
Río Grande.- El Dr. Jorge Rabassa fue entrevistado por FM Del Pueblo a raíz de la distinción que recibió como miembro de la Academia de Ciencias de América Latina. Consideró que “es la máxima distinción que un latinoamericano puede obtener para nuestros propios países. En la lista de miembros de la Academia está mi nombre junto a los dos premios Nobel argentinos, Leloir y Milstein. Para mí es muy importante en esta etapa de mi vida, que estoy retirado en términos formales, pero sigo trabajando en todo lo que puedo, porque disfruto haciéndolo. Es un compromiso muy grande y por el momento no está establecido que la invitación implique viajar a Caracas, que es donde tiene la sede oficial la Academia, o a cualquier otro lugar de América Latina. Por el momento es una distinción el haber sido incorporado a los académicos de la región”, dijo.
Además dio a conocer que les ha propuesto “hacer un trabajo oficial de recopilación de información sobre el sistema de producción de energía mareomotriz, es decir, aprovechar la energía que se genera en el océano, pensando en que nuestra provincia tiene un potencial de desarrollo de energía mareomotriz realmente excepcional y está entre las más importantes del mundo por la gran amplitud de mareas. Prácticamente no se ha hecho nada en investigación sobre esta disciplina en la Argentina y, cada día que pasa, es energía que perdemos y que podría ser incorporada a la red energética provincial y eventualmente nacional. Lo bueno de la energía mareomotriz es que no depende de que haya vientos, ni sol o nubes, no depende de nada. Depende de un proceso natural como es la rotación de la tierra alrededor de su eje y la atracción gravitatoria que ejerce la luna sobre los cuerpos de agua de nuestro planeta. Si no dependemos de ninguna circunstancia, creo que deberíamos tener la capacidad de elevar una propuesta de estas características”, sostuvo.
Adelantó que ya está realizando este trabajo “a través del instituto Lebensohn, del cual soy miembro, y es un instituto de formación técnica y científica asociado a la UCR. El instituto Lebensohn es parte del sector Evolución, que lidera el senador Lousteau”.
“Para mí es una maravillosa forma de poder contribuir en algo que podría ser muy importante, con una inversión en equipamiento para la producción de energía, que es mucho menor a lo que habitualmente se conoce. En Río Grande tenemos una amplitud de mareas de 11 ó 12 metros en algunos momentos del año y las posibilidades que esto brinda para la producción de energía a lo largo de toda la costa atlántica son extraordinarias. Hay muy pocos lugares en el mundo que tengan una capacidad de generación de energía mareomotriz con las características que tiene Río Grande y toda su región”, aseveró.
También hizo referencia al desarrollo de la energía eólica, no de modo experimental. “Particularmente en toda la zona norte de Tierra del Fuego, yo sueño con que pueda haber un aerogenerador, uno al lado del otro, desde cercanías de Tolhuin hasta el Estrecho de Magallanes. En muchos lugares del mundo las tierras donde se desarrollan estas torres de aerogeneración continúan siendo áreas de pastoreo, es decir que no interviene en nada con la economía habitual de la región”, dijo.
Asimismo, expuso las razones por las que cree que no se han desarrollado estas alternativas de producción de energía, en un país donde falta. “Creo que hay intereses creados enormes alrededor del petróleo, su extracción, su utilización y distribución, y esos intereses son los que han boicoteado permanentemente cualquier intento de desarrollo de energías alternativas”, indicó.
“Hay un proyecto de generación de energía mareomotriz en la Península de Valdés, en Chubut, y ese proyecto es de la década de 1950. Nunca se hizo absolutamente nada para llevarlo adelante como corresponde y creo que es el momento, porque la Argentina paga de subsidios y de intereses a compañías petroleras montos del orden de los 20 mil millones de pesos por año. Esto incluye las adquisiciones de petróleo y gas en el exterior. Se pierde energía día a día, porque hay 20 mil kilómetros cuadrados emergidos de la isla que no producen, salvo en algunos casos experimentales, y podrían producir energía si estuvieran instalados los generadores, con una red de distribución que evite la pérdida de energía, porque es uno de los problemas la conducción de energía eléctrica a distancia”, concluyó.