El Municipio de Río Grande informó que este miércoles 2 de noviembre, estarán habilitadas las visitas al Cementerio local en horario extendido de 9:00 a 20:00 horas. De este modo, la municipalidad local extendió este horario para permitir la visita de las familias a sus seres queridos en la necrópolis local.
Río Grande.- En conmemoración del Día de los Fieles Difuntos y por única vez, este miércoles el cementerio abrirá en horario extendido. El día jueves las visitas volverán a su horario habitual.
Así lo dispuso el Municipio de Río Grande para permitir la visita de las familias a sus seres queridos en la necrópolis local.
La Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos es un día festivo religioso dentro de la Iglesia Católica, en memoria de los fallecidos. Se conmemora el 2 de noviembre1 y su objetivo es orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrenal y, en el caso católico, por quienes se encuentran aún en estado de purificación en el Purgatorio.
Las principales iglesias, Iglesias Cristianas Ortodoxas Occidentales, Unión de Utrecht (Iglesias), Comunión de Porvoo, así como Comunión anglicana e Iglesia católica, acordaron tener el mismo calendario y días de celebraciones religiosas y santoral para facilitar las asistencia a sus feligreses a sus respectivas celebraciones.
Para la Iglesia católica, se trata de una conmemoración, un recuerdo que la Iglesia hace en favor de todos los que han muerto en este mundo (fieles difuntos), pero aún no pueden gozar de la presencia de Dios, porque están purificando, en el purgatorio, los efectos que ocasionaron sus pecados.
Este día, los creyentes ofrecen sus oraciones (llamadas sufragios), sacrificios y la misa para que los fieles difuntos de la Iglesia purgante terminen esta etapa y lleguen a la presencia de Dios. Hay, pues, una gran diferencia en la fiesta del día primero y el ambiente de oración y sacrificio del día dos.
Aunque la iglesia siempre ha orado por los difuntos, fue a partir del 2 de noviembre del año 998 cuando se creó un día especial para ellos. Esto fue instituido por el monje benedictino San Odilón de Cluny. Su idea fue adoptada por Roma en el siglo XVI y de ahí se difundió al mundo entero.