El Ministerio de Ambiente de la Nación, el INTA, el CONICET, Ambiente de Tierra del Fuego y Estancia Cullen, son algunos de los actores que llevan adelante diferentes acciones para preservar a los ejemplares de cauquén que quedan y aumentar su población. Es un ave que habita en Chile y en la Argentina, y migra dos veces por año. Hoy quedan menos de 1.000 ejemplares. En el país solo hay registrados dos nidos activos de parejas reproductoras.
Río Grande.- Puede parecer un pequeño ganso, pero el cauquén colorado es una especie muy singular. Su cabeza y su cuello son de color marrón canela. Tiene finas líneas negras y blancas en la zona ventral, y sus patas son anaranjadas. Es un ave que habita en Chile y en la Argentina, y migra dos veces por año.
Como se creía que sus poblaciones arruinaban los cultivos, en el pasado los cazaban con armas o los perseguían con avionetas. Como consecuencia, hoy el cauquén colorado está en peligro crítico, y se lleva adelante una estrategia en diversos lugares para salvarlo.
En 1931, el Estado argentino se basó en las falsas creencias que circulaban para declarar al cauquén colorado como una “plaga nacional”. El efecto fue devastador: hoy quedan menos de 1.000 ejemplares, pero la percepción sobre la especie está cambiando.
El Ministerio de Ambiente de la Nación, el INTA, el Conicet, el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) de la provincia de Buenos Aires, la Secretaría de Ambiente de Tierra del Fuego, varias organizaciones ambientalistas y productores agropecuarios, entre otros, están llevando adelante diferentes acciones para preservar a los ejemplares de cauquén que quedan y aumentar su población. La caza del cauquén colorado ya está prohibida en todo el territorio.
Durante la primavera y el verano, los individuos que aún sobreviven de esa especie -junto con los del cauquén común y el cauquén de cabeza gris- vuelan por los cielos hacia áreas del extremo sur de la Patagonia de Argentina y Chile. Luego, durante el otoño migran hasta el sureste de la provincia de Buenos Aires donde pasan la invernada.
Desde 2007 se realiza un monitoreo sobre la población del cauquén en la zona de invernada. Hay un acuerdo entre Argentina y Chile para proteger al ave, y se han realizado diferentes estudios que han derribado las creencias sobre los cauquenes en los campos.
Uno de los trabajos más recientes fue realizado por la doctora en biología Julieta Pedrana, investigadora del CONICET y del INTA, y su equipo. Analizaron el conflicto que supuestamente existía entre la presencia del cauquén y las actividades agropecuarias.
Las aves llegan en mayo y se encuentran hasta fines de agosto en los partidos bonaerenses de Tres Arroyos y San Cayetano. En esos meses, los productores también realizan cultivo de cebada y trigo.
A través de la tesis doctoral de Antonella Gorosábel, dirigida por Pedrana, se hicieron ensayos en lotes con cultivos de trigo y se demostró que el pastoreo de los cauquenes no generaba una pérdida económica para los productores. “Los resultados de este experimento señalaron que el pastoreo de las aves no afectaba la cosecha final”, contó la doctora Pedrana. Desde entonces han realizado talleres y jornadas para compartir la evidencia científica con los productores.
Uno de los establecimientos agropecuarios bonaerenses, El Tamarisco, en San Cayetano, dio un paso innovador: creó un santuario de los cauquenes. Tiene un espacio móvil para fotógrafos de la naturaleza. “Tanto mi padre como mi abuelo sabían que el pastoreo de estas aves no era dañino e incluso le hacía bien al cultivo de trigo y no había motivos para molestarlas”, había comentado el productor Carlos Pardo cuando se estaba organizando el santuario.
“El santuario es un modo de compatibilizar la producción agropecuaria y la vida silvestre”, contó a Infobae el naturalista Hernán Ibáñez, que forma parte de la Fundación de Historia Natural Félix de Azara que colabora con el Santuario.
Desde las artes plásticas también se busca una mejor protección para los cauquenes. La artista Moira Buscazzo hizo un mural para el Municipio de Tres Arroyos. El mural se encuentra emplazado en el predio de la Fiesta del Trigo, donde van productores. Tiene una placa con un código QR para que los visitantes lo escaneen con su teléfono y obtengan información sobre los cauquenes.
Además, este año se publicó una cartilla con las buenas prácticas para el sector agrícola-ganadero con las recomendaciones sobre cómo se puede vivir armónicamente cuando los cauquenes visitan los campos. Se hizo como iniciativa de la Fundación Azara, la Compañía Molinera del Sur, que nuclea a productores del sur bonaerense, y el Santuario Natural del Cauquén Colorado. También se hacen las charlas de divulgación “Bienvenida a los cauquenes migratorios” en las escuelas de Tres Arroyos, organizadas por el Municipio y el Ministerio de Ambiente nacional.
Pero hay otros problemas más al Sur. “En las áreas de reproducción, la población de cauquenes ha sido afectada por factores diferentes a los que enfrentó en las áreas de invernada”, explicó a Infobae el biólogo Pablo Petracci, del Grupo de Estudios en Conservación y Manejo (GEKKO) de la Universidad Nacional del Sur en Bahía Blanca.
El sobrepastoreo de las ovejas les modificó su hábitat. La introducción de especies exóticas como el zorro gris (que se llevó al Sur para controlar a la población de conejos) y el visón también alteraron la vida de los cauquenes. Otro factor ha sido la actividad petrolera y gasífera en Santa Cruz y en Tierra del Fuego. Esos factores le fueron modificando el ambiente en cuanto a la altura de los pastos de los cuales se alimentan y en el agua de las lagunas. También se pierden huevos y pichones.
“Todo influyó para que la población cada vez fuera menor”, según Petracci. En el país solo hay registrados dos nidos activos de parejas reproductoras, uno en Santa Cruz y el otro en la Estancia Cullen. El resto de los nidos se ubican en Magallanes, al sur de Chile.
Una iniciativa se lleva a cabo en la Estancia Cullen, en Tierra del Fuego. Allí la Dirección General de Áreas Protegidas y Biodiversidad de esa provincia desarrolló la construcción de un cerco perimetral reservado para los cauquenes. “Por el momento el cerco sirvió para restaurar el ambiente, pero aún no se ha conseguido que el cauquén colorado lo use como área de reproducción”, contó Petracci.
Los cauquenes entonces vuelan entre el área de reproducción y la de invernada. Para moverse entre esas áreas tienen rutas migratorias, y sitios donde paran. El equipo de la bióloga Pedrana, que forma parte del Grupo Cauquén Colorado, usó cámaras trampa para descubrir cuáles son los ambientes que usan las aves para hacer sus migraciones. También han hecho censos en vehículos para saber cuántos cauquenes hay y qué ambientes usan.
Entre 2015 y 2016, el grupo de la científica equipó a 6 adultos de cauquén colorado con transmisores solares satelitales y los rastrearon desde sus zonas de invernada en la región pampeana hasta sus sitios de reproducción en la Patagonia austral. Los resultados mostraron que todos los individuos llegaron a los sitios de cría en menos de dos semanas para lo que recorrieron más de 2.300 kilómetros. Utilizaron la ruta a lo largo de la costa Atlántica para migrar.
Entre el INTA, el Conicet y la Administración de Parques Nacionales hay un acuerdo para implementar un programa de monitoreo de las escalas de cauquén colorado. A través del monitoreo satelital los investigadores registraron que los cauquenes tienen paradas estratégicas en el Parque Interjurisdiccional Marino Costero Patagonia Austral, en la provincia de Chubut; y en el Parque Nacional Bosques Petrificados de Jaramillo, el Parque Interjurisdiccional Marino Makenke” y el Parque Nacional Monte León, en la provincia de Santa Cruz.
El equipo de Pedrana estuvo el año pasado haciendo un viaje de 5 semanas desde la provincia de Buenos Aires hacia el Sur en casa rodante siguiendo las rutas de las aves. “El viaje significó un nuevo desafío para nuestro grupo de investigación porque pudimos conocer esos sitios inhóspitos increíbles y perdidos en el medio de la nada donde los cauquenes colorados tienen sus sitios de abastecimiento”, comentó la bióloga.
En esos viajes en bandadas, estas aves pueden toparse con otra amenaza para sus vidas: los parques eólicos. “Los cauquenes pueden colisionar con los parques eólicos. Por eso, los planificadores de ese tipo de parques deberían considerar las rutas migratorias de las aves para no dañarlos”, señaló Petracci.
Para que funcionarios gubernamentales y empresarios puedan tomar decisiones que jueguen a favor de los cauquenes, el próximo jueves se lanzará una plataforma en línea. Será un geoportal, que permitirá acceder a información sobre las rutas migratorias de las aves, según contó a Infobae Daniel Blanco, director ejecutivo de la Fundación Humedales, que es parte de la organización Wetlands International.
“Será una herramienta que permitirá apoyar tanto la conservación de los cauquenes como el desarrollo de los parques eólicos en el país, porque permitirá planificar los lugares para instalarlos”, comentó Blanco.
Fuente: Infobae.