Hoy se cumplen cuatro décadas de una histórica movilización en defensa de la Ley 19.640, cuando el pueblo de Río Grande desafió a la más feroz dictadura militar de todos los tiempos y al estado de sitio, logrando que ésta prorrogue la promoción industrial. El levantamiento nació en una de las fábricas, “El Mutun” el 3 de diciembre de 1982 y desde ahí se propagó por toda la provincia. Uno de los protagonistas de aquellos hechos, el ingeniero Enrique Schoua, quien junto a Néstor Ameri y Esteban “Chiquito” Martínez integraban la “Multipartidaria”, rescató del olvido esta epopeya y reflexionó acerca de proteger la libertad por sobre todas las cosas. “Ante la adversidad, no quedarse; desenvainar y presentar batalla. Así hacen los pueblos valientes y que prosperan”, acuñó Schoua.
Río Grande (Ramón Taborda Strusiat).- Corría diciembre del año 1982, nuestro país había perdido la guerra con el Reino Unido hace pocos meses y toda la población, especialmente la fueguina, estaba afectada y sensibilizada por este hecho.
En ese contexto, la Ley de Promoción Industrial Nº 19.640 que había sido promulgada en 1972, tenía sobre sí la espada de Damocles, pues a fines de diciembre de ese mismo año, vencía su vigencia.
“Estaba faltando apenas un mes para el vencimiento de la Ley, y desde el Gobierno nacional no se daba ninguna señal para la prórroga de la vigencia de la promoción industrial, sino todo lo contrario, el ministro de Economía, que en esa época era Jorge Wehbe, al ser consultado sobre la prórroga de la 19640, había contestado que ‘no vamos a permitir que Tierra del Fuego se transforme en otro Taiwán’…” recordó el ingeniero Enrique Schoua, entonces gerente de “El Mutun”.
Sobre esta manifestación ministerial, el ingeniero Schoua reflexionó: “ojalá se hubiera transformado en otro Taiwán, pues tendríamos miles de trabajadores y cientos de industrias que estarían hoy exportando productos terminados de calidad en lugar de estar importando todavía partes y piezas para la industria electrónica”.
Los prolegómenos
Schoua trajo a colación que en 1982 hubo una pequeña movilización en Trelew, “con un tal Moravec a la cabeza; sino me equivoco, Moravec era presidente de la Unión Industrial Patagónica (N. de la R.: Actualmente la UIP tenía como presidente a una persona con el mismo nombre), organización que integraba la Multipartidaria en Trelew. No había en ese tiempo actividad política, los partidos políticos estaban prohibidos y todavía no tenían personería jurídica, tampoco los gremios la tenían y estaban intervenidos. A la distancia observamos que hubo una movilización por cuestiones económicas en Trelew: Pedían que no se prorrogue la 19640”.
Coincidentemente en esos tiempos, Enrique Schoua representaba a la Unión Cívica Radical dentro de la Multipartidaria, organización que también la integraban Esteban “Chiquito” Martínez por el Justicialismo y Néstor Ameri por el Movimiento Integración y Desarrollo –MID-.
“Plantee la necesidad de hacer un paro y movilización para exigir al Gobierno nacional una definición favorable respecto de la prórroga de la Ley de Promoción, porque las empresas no iban a venir más, no iban a seguir invirtiendo ante la posibilidad de la derogación total de la 19640” recordó y agregó que “no tuve éxito inicialmente en este planteo en el seno de la Multipartidaria”.
Días después en la fábrica, el técnico Eduardo Aguirre le preguntó sobre este planteo, a lo que Schoua le contó que aún estaban discutiendo. “Entonces Aguirre me dice: ‘hay que hacer algo, hay que salir y movilizarnos, aunque seamos solo los treinta de la fábrica (El Mutun). Aguirre me dice que hay mucha gente que no está dispuesta a quedarse quieta ‘porque hemos venido a Tierra del Fuego a trabajar y no a perder el tiempo”, hizo memoria Schoua.
Además de Eduardo Aguirre, fueron de la idea Eduardo Cabral, Sergio Águila, Ernesto “Tito” Mullins y Evaldo Montiel. Ellos le propusieron a Schoua que iban a salir a hacer pancartas y movilizarse, y si juntaban más voluntades iban a hacer una movida fuerte. “Entonces le di franco a los cinco por unos cuatro o cinco días para que vayan a buscar adhesiones.”
En este punto, el entonces gerente de El Mutun les pidió a los demás gerentes de fábricas que dejen entrar a sus establecimientos a estas cinco personas, para que en asamblea les expliquen a los demás trabajadores de cada una de las plantas, qué se pretendía hacer. “Hubo que obrar de este modo porque los sindicatos no funcionaban porque estaban intervenidos. Así fue que fábrica por fábrica se recolectaron firmas y después fueron a los comercios, luego a las ONGs; a la Cámara de Comercio, Cooperativa Eléctrica, Hospital, etc. Sumaron la adhesión de todo el mundo”, relató Schoua. Esto insumió el plazo de franco que les había otorgado a los cinco trabajadores de ‘El Mutun’.
Telegrama a la junta de comandantes
Tanto el radical Enrique Schoua, como el justicialista Esteban “Chiquito” Martínez y el desarrollista Jorge Ameri, firmaron -el 2 de diciembre de ese año- un telegrama de la Multipartidaria en duros términos y se lo enviaron a la junta de comandantes militares que gobernaban al país en la última dictadura militar, justamente en un contexto de estado de sitio.
El telegrama rezaba: “Responsabilizamos al Gobierno de las Fuerzas Armadas, de una posible nueva derrota nacional frente a los intereses de la dominación mundial, ante eventual derogación de la Ley 19.640 –Promoción Industrial de Tierra del Fuego- que expulsaría de esta parte del suelo patrio –junto a fuentes de trabajo- a miles de argentinos que con su presencia aseguran esta estratégica zona fronteriza nacional”.
La Movilización
“Después de estas actividades, el día 3 de diciembre de 1982, a las 10 de la mañana, se reunieron unas cinco mil personas, si bien el diario de la época anunció tres mil movilizados, en la intersección de la Ruta 3 y San Martín, y de ahí se marchó hasta la Municipalidad, en donde se entregó una nota al Intendente, con un petitorio al Presidente de la Nación”, reseñó el ingeniero Schoua.
Fue justamente Eduardo Aguirre quien hizo el discurso frente a la Municipalidad y fue quien le entregó la proclama al Intendente, que en ese entonces era Juan Carlos Apolinaire, siendo Raúl Suárez del Cerro el gobernador militar de Tierra del Fuego.
Schoua agregó que “el Gobernador se enteró, se comunicó con el Gobierno nacional y el Gobierno nacional envió al día siguiente al ministro de Economía Jorge Wehbe para que explique qué se pretendía hacer con la 19640 y así calmar los ánimos”.
En este punto, el ingeniero Schoua retomó que efectivamente Wehbe llegó a Río Grande al día siguiente y asistió a la asamblea organizada en el comedor de una de las fábricas por los impulsores de la movilización. “El ministro Wehbe en ningún momento explicó con claridad qué se pretendía hacer y peor, contestó con evasivas, hasta que de pronto, uno de los integrantes de la Multipartidaria, que me acompañó muy bien y muy fuerte en aquellos días, que fue Néstor Ameri del MID, le cantó las cuarenta, al punto tal que el Ministro se levantó ofendido y se retiró de la reunión, no solo por lo que Néstor Ameri le dijo, sino porque todo el mundo aplaudió, incluido el Gobernador del Cerro –con una sonrisa de oreja a oreja- y así culminó aquella jornada del 4 de diciembre de 1982”, evocó el ingeniero Enrique Schoua.
Ushuaia se sumó también a la protesta, el entonces presidente de la UIF, Jorge Bericua, quien llamó a Schoua para manifestar el apoyo capitalino.
A modo de reflexión, el entrevistado dijo que “ante la adversidad, no quedarse; desenvainar y presentar batalla. Así hacen los pueblos que progresan”, acuñó Schoua.
Cabe destacar que muy poco tiempo después se prolongó la vigencia de la ley por 25 años más, hasta que el anterior presidente Néstor Kirchner decidió darle otra extensión hasta el 2023 y la del año pasado que la lleva hasta el 31 de diciembre del año (Decreto 725/21 y Decreto 727/21).
Tortuosa senda
A pesar de este triunfo del pueblo, desde entonces las industrias electrónicas, plásticas y textiles, han tenido un tortuoso y en muchos casos, ominoso destino.
“Nos preocupa lo que pasó después, lo ocurrido en los ’90, cuando se desandó el camino de desarrollo local que se había emprendido. Cerraron más de la mitad de las fábricas; la que no cerró llamó a convocatoria de acreedores, se quedaron con muy poca gente y en el 2001 y 2002 sobrevino el desastre”, lamentó.
Advirtió que “hoy estamos al umbral de una nueva crisis, que ya se instaló. Crisis que tal vez sea peor que las anteriores, porque el mundo entero está involucrado, por lo que se deben tomar medidas en consecuencia”.
Los golpes más duros los recibieron en 1995 con el efecto ‘tequila’ de la devaluación mexicana y en 1998 la devaluación brasileña. Está última, el efecto ‘caipiriña o samba’ desembocó en la crisis del 2001 y 2002. “En esos tiempos también cayeron los cuatro tigres asiáticos, Hong Kong, Singapur, Corea del sur y Taiwán; la pasamos muy mal, llegamos a tener el 38, 5 por ciento de desocupación; la Municipalidad de Río Grande atendía cuatro mil familias con la bolsa comunitaria, el pago de las facturas de luz y gas. La gente rogaba por un plan PELT, un plan jefes para los grandes un plan joven para los chicos pero planes de vida no hubo más”, recordó.
En el mismo sentido observó que “esta no es la mejor solución; una vez que uno está inmerso en la crisis es tarde, hay que tomar las medidas antes, durante los tiempos buenos, y este desenlace a fines de los 90 era previsible, pero no se tomaron medidas. Durante las vacas gordas deberíamos prepararnos para las vacas flacas porque como todos saben la economía es cíclica dijo, aludiendo al bíblico sueño del Faraón interpretado por José. Para Schoua, “es imprescindible prepararse con un horizonte más amplio y tomar medidas con antelación cuando aún se puede, luego cuando ya es tarde sobreviene el desastre y ya no se puede y ahora está por pasar lo mismo”, apuntó.