Este jueves la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días hizo una importante donación al Hogar de Ancianos San Vicente de Paul de Río Grande, consistente en sillas de rueda, camas ortopédicas, colchones antiescaras y otros elementos. La presidente de la comisión directiva de este hogar, Rachel Apolinaire, agradeció este gesto y confió que fue sorpresivo e inesperado. Participaron misioneros de Ushuaia, Río Grande y de Estados Unidos que están misionando en la Argentina.
Río Grande.- Autoridades de la Comisión Directiva del Hogar de Ancianos San Vicente de Paul de esta ciudad, encabezados por su presidente Rachel Apolinaire, José ‘Nanny’ Finocchio y la secretaria Mabel Jacobs, además de la gerente del hogar Elba Nimer, recibieron a representantes misioneros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días que entregaron una importante donación de sillas de rueda, camas ortopédicas, colchones antiescaras y otros elementos.
Los misioneros fueron encabezados por Heber Frau, quien es 2° Consejero de la Estaca Tierra del Fuego de la iglesia mormona y residente en Ushuaia; José Romano, miembro de la misma iglesia en Río Grande y los Misioneros de Servicio Comunitario Corey Thayn (Elder) y su esposa Eva (Sister) de Utah, Estados Unidos.
Esta donación “ha sido muy bienvenida, ha sido absolutamente inesperada porque es interesante cómo las cosas van sucediendo. Este año mandamos a hacer unos estantes con percheros para guardar las cosas y reponer roperos de madera que estaban viejos y el señor herrero que los hizo, vino al hogar y en un momento dado nuestra gerente Elba Nimer le pidió si podía arreglar nuestras sillas de rueda y él le respondió que iba a conseguir algo”, recordó Rachel Apolinaire.
Agregó que “gracias a este señor herrero, quien es miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, recibimos esta generosa donación de parte de la institución misionera. Por eso hoy han venido a formalizar la entrega y nosotros queríamos que ellos vieran dónde la íbamos a usar a la donación”.
La presidente de la Comisión Directiva subrayó que si no fuera por la colaboración del Gobierno provincial y de la Municipalidad de Río Grande, “este hogar no podría funcionar porque no tenemos personal propio y de esta manera, a través de un convenio firmado con la provincia, el Estado aporta personal. En el caso del Municipio de Río Grande, su colaboración se acrecentó tras la pandemia de coronavirus”.
“Algunos de los señores son asistidos también por el PAMI que fija por su cuenta una cuota por casa y comida. Así, entre todos poniendo un poquito, podemos mantener esta obra de caridad; otros no tienen este beneficio, por eso es como multiplicar los panes. Por suerte tenemos algunos comercios que nos hacen rebajas por los alimentos, otros no donan alimentos, por ejemplo, La Anónima nos dona leche líquida y es así que tenemos mucha ayuda de la comunidad, como en este caso en que esta iglesia nos ha donado inesperadamente estos elementos que son muy necesarios y por lo cual estamos eternamente agradecidos”, explicó.
Otra de las instituciones que colabora con este hogar es el Consulado General de Chile en Río Grande. Ya es una tradición que cada Cónsul que asume, una de sus primeras visitas es a la obra San Vicente de Paul.
80 años en Río Grande
En tanto Mabel Jacobs detalló que “actualmente viven en el hogar 16 alojados que es la capacidad máxima porque es una casa y tiene un límite. Se trata de adultos mayores solos, sin hogar y sin familia. Esta es su casa. La obra San Vicente de Paul comenzó oficialmente el 31 de octubre de 1943 por lo cual va a cumplir en este 2023 sus primeros 80 años y el edificio en este lugar, se constituyó en 1974, siendo la primera institución de caridad y de bien público de Río Grande”, destacó.
“Comenzó con un grupo de señoras que vieron las necesidades del lugar que en principio se reunían y enseñaban costura. Creo que enseñaban costura a las chicas, crearon un ropero y trataban de ampliar su actividad solidaria y es así que con el tiempo se fundó este hogar que cumple un rol fundamental en la ciudad de Río Grande”, agregó.
Mabel Jacobs aclaró que “no somos un centro de salud, por suerte tenemos el hospital enfrente; pero sí tenemos la colaboración de un enfermero que viene para esas cositas diarias y también tenemos un médico que está 24 horas disponible, el Dr. Gustavo Tello, y que viene cuando hace falta. Él está con nosotros desde siempre”.
Una Iglesia que vela por los necesitados
Por su parte Heber Frau, comentó que “somos la Estaca Tierra del Fuego, somos miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días; es decir, una iglesia cristiana que adora a Dios y a Jesucristo y lo que estamos haciendo en este momento, es hacer lo que Él nos enseñó, que es estar cerca de los necesitados, apoyar y buscar las necesidades reales de las personas para poder acompañarlas”.
Comentó en ese sentido que “se ha conocido este lugar por medio de un miembro de la Iglesia de la comunidad de Río Grande, y habló con nosotros sobre qué posibilidades había de que nosotros donemos sillas de rueda como ya se ha hecho en otros lugares. Es entonces que nos pusimos en contacto con el Servicio Humanitario de nuestra institución, dos de cuyos integrantes (El Elder Corey Thayn y su esposa, la Sister Eva Thayn) quienes viajan por todo el país y en esta oportunidad han traído sillas de rueda, camas y colchones especiales, entre otras cosas, para entregarlos a este hogar”.
Explicó que “la Estaca viene a ser una unidad que comprende seis unidades más chicas, en nuestro caso tres en Río Grande y tres en Ushuaia y tenemos una más en Puerto Williams (Chile) y después hay lugares de reuniones como Tolhuin”.
José Romano, integrante también de esta comunidad cristiana en Río Grande “en Río Grande hay tres iglesias, una en el centro, otra en Chacra II y otra en el barrio Austral. Ya estamos desde hace muchos años en esta ciudad y hemos crecido mucho”.
Confió que “para nosotros es muy importante poder dar a los que más necesitan, en nuestra iglesia hay una parte muy grande dedicada a la ayuda humanitaria y poder colaborar con este hogar es muy reconfortante porque además estamos cumpliendo el precepto que nos enseñó nuestro Salvador de velar por el prójimo”.
Justamente en este mismo hogar de ancianos, miembros de esta iglesia han pintado una de las habitaciones como parte de este servicio que mencionó Romano.
Eva Thayn explicó que con su esposo Corey Thayn son misioneros de tiempo completo. “Somos del Estado de Utah, Estados Unidos, estamos aquí por 18 meses sirviendo en una misión de ayuda humanitaria para nuestra Iglesia”, dijo.
Agregó que este miércoles “estuvimos en Río Gallegos, donde hicimos dos donaciones, una de las cuales fue para un centro de hemoterapia. Este viernes estaremos en Ushuaia para ver qué necesidades hay allí y donde mantendremos una reunión con el Ministerio de Salud de la provincia para ver si podemos ayudar más en el área de salud”.