«Un bosque en silencio» es la nueva película de Alex Tossemberger en la que, en clave shakespeariana, indaga sobre el amor al arte y el romanticismo en un pueblo sumergido en los impactantes paisajes de Tierra del Fuego.
Ushuaia (Télam).- «Esta película tiene varios ingredientes, no solo poner en evidencia lo que significa poner en juego el deseo en los chicos en lugares tan remotos y cómo lidiar con eso, sino en este caso el tema de algo de la discriminación y qué difícil es poner en juego el deseo y la apuesta en un pueblo así», dijo Tossemberger, quien ya tiene una vasta experiencia en producir en Tierra del Fuego.
En una entrevista con Télam, el director y productor también abordó los avatares para hacer cine en el país, el modelo de negocio (y creativo) que encontró para afrontar la tarea y cómo puede llegar a impactar la nominación al Oscar que recibió «Argentina, 1985».
«Es una odisea filmar porque vos empezás un proyecto y la inflación te va comiendo, tenés un plan financiero, que no se puede respetar. La única forma de combatir eso es con continuidad. Cumplimos un objetivo, que es hacer dos películas por año. El año pasado hicimos dos, ahora estrenamos esta, en mayo otra y en julio empezamos a filmar una nueva», señaló Tossemberger,
El modelo que encontró el realizador de «Gigantes de Valdés» también atenta contra el recorrido natural por festivales y mercados para que la película tenga más visionados y mayores posibilidades de ventas internaciones. A su vez, también debe encontrar un equilibro entre lo creativo y lo comercial, para que el tiempo no se coma al dinero ni al arte.
«Vos tenés que buscar puntos de equilibrio entre una cosa y la otra. En cine tenés que pensar en todas las variables, desde el tema artístico hasta la forma de producir, la forma como te vas a financiar, la forma como lo vas a vender y todo tiene que estar coordinado y cada uno con su justa medida», señaló el realizador.
«Hoy las fronteras se han diluido muchísimo más allá de las potencias. Está cambiando, se va modificando tanto que es importante pero no es que va a cambiar la industria si ganamos un Oscar -reflexionó sobre el impacto del filme de Mitre-. Creo que hay que hacer un plan estratégico industrial como lo tiene Corea del Sur, por ejemplo. No alcanza con la visualización de una película, me parece que requiere mucho más».
En «Un bosque en silencio», Tossemberger readapta la tragedia de «Romeo y Julieta» enfrentando a unos Capuletos y Montescos de Ushuaia, aunque con un fuerte condimento clasista de discriminación. Sin embargo, otro motivo de conflicto entre los jóvenes amantes es la pasión por la música de Manuel (Iñaki Aldao), la cual lo pone en la disyuntiva de quedarse con su amada o de partir hacia Buenos Aires para ingresar al conservatorio de piano.
«Hay un desarraigo importante -comentó el director sobre los personajes- cuando tomás una decisión. Tiene impacto en las personas, porque vos te criaste en ese lugar y de repente te vas a un ámbito distinto y tus afectos quedan en ese lugar. No es fácil, muchos retornan por decisión o porque no se sienten cómodos en el lugar».
Télam: ¿Cómo trabajaste con los actores este drama Romeo y Julieta?
AT: Primero, contábamos con la ventaja de tener buenos actores. Segundo, esta cosa del lugar que hablamos hace un rato era una cosa que tenía que estar atravesada en cada uno de los personajes, donde no todo es color de rosas, ¿no? Uno quiere, pero al mismo tiempo no sabe. Y bueno, Iñaki, por ejemplo, es de Mendoza y sabíamos de qué estábamos hablando, cuando él se vino a Buenos Aires a probar hablábamos de este tipo de cosas. No te digo que fue fácil, pero sí había una experiencia particular de vida de ellos que favorecía eso. Después, los otros personajes y actores son gente con mucha experiencia, con mucha solidez. Eso favorece mucho.
Télam: Hay una tensión interna de Manuel, entre la vida con la música y su pasión por el motociclismo.
AT: No estoy de acuerdo con esto de que si sos pianista no podés esquiar o si te gusta el arte, no sé, no podés hacer lo que se piensa que es lo contrario. Me parece que eso acerca los universos, que pueden convivir a pesar de esa diferencia y está bueno. Sino es un mundo totalmente opuesto al otro y yo no creo mucho en eso.
Télam: Sin embargo en la película lo tensionás, porque arreglar la moto puede perjudicar su carrera de artista.
AT: Claro, pero una cosa es eso que es concreto que podés tener un accidente en las manos y otra es el placer que te puede generar la moto o ver una carrera de motos. Los pianistas profesionales sí, tienen un cuidado especial en las manos, no ponen en riesgo eso. Esto de acercar el tema de las cosas que son cotidianas y forman parte, porque el arte no está tan lejos, no debería estar tan lejos de las cosas cotidianas.