El apoderado de CAFIN estimó que esta semana serán citadas las cámaras y las empresas para darles a conocer los alcances del decreto de prórroga, y deslizó la posibilidad de que se incluyan condicionamientos que podrían desalentar la continuidad de las textiles. Una alternativa es poner cupos a la producción o restricciones a la importación de determinados insumos, con lo cual en lugar de una expansión se buscaría todo lo contrario. “Finalmente el decreto va a salir y luego verán las empresas si bajo esas condiciones piden la extensión o no”, dijo y entendió que “el Gobierno nacional tiene en la cabeza hace rato algunas cuestiones que quiere imponer al régimen y yo imagino que nos las van a comunicar. Tendremos alguna posibilidad de intercambiar alguna cuestión pero finalmente el decreto va a salir y luego verán las empresas si bajo esas condiciones piden la extensión o no”.
Río Grande.- El apoderado de CAFIN, Alberto Garófalo, abrió la posibilidad en declaraciones a Radio Nacional Ushuaia de que el decreto de prórroga para la industria textil incluya condicionamientos que podrían desalentar su continuidad.
Había expectativas para que esta semana llegara el ministro Sergio Massa con el decreto, en función de la fecha tentativa del 20 de septiembre para la visita, pero “ahora hay una posibilidad de que no sea el 20 de septiembre sino antes del 26 de este mes”, dijo.
“Dice que va a traer el decreto que encuadra a las textiles dentro de la prórroga, poniendo seguramente condiciones distintas al resto de las empresas. La decisión de que estén dentro del decreto 727 es una decisión política que está tomada, y se supone que esta semana van a convocar a las cámaras y a las empresas del sector”, barajó, con lo cual no se ha cumplido con el compromiso de citarlas la semana pasada.
“Todavía no fueron convocadas y entendemos que todavía están escribiendo el decreto. Aparentemente nos van a convocar para decirnos en qué condiciones nos otorgarían la prórroga”, indicó.
Se le preguntó qué puede ocurrir si esos condicionamientos son resistidos por las empresas y vio poco margen de negociación. “No creo que vaya a haber mucha discusión en esto. El Gobierno nacional tiene en la cabeza hace rato algunas cuestiones que quiere imponer al régimen y yo imagino que nos las van a comunicar. Tendremos alguna posibilidad de intercambiar alguna cuestión pero finalmente el decreto va a salir y luego verán las empresas si bajo esas condiciones piden la extensión o no”, manifestó.
En su momento trascendieron algunas limitaciones con respecto a volúmenes de producción e incluso de importación de materias primas, como las telas para confeccionar productos. Según el licenciado “hay formas de imponer un cupo, de forma más estricta o menos estricta. Se puede imponer un cupo directamente por cantidades, se puede hacer a través de una cuenta tributaria que fije un monto total de los beneficios. No queremos especular, pero técnicamente hay muchas posibilidades de hacerlo. Nosotros aspiramos a que los condicionamientos sean lógicos, como pretender que haya un compromiso de inversión, un compromiso de ocupación de mano de obra, lo cual reflejaría la intención de que esta industria pueda seguir desarrollándose. Si hablamos solamente de un cupo, parecería lo contrario y lo que se pretendería es que la industria no se expanda. Cuestiones como estas son las que están todavía en juego y nos vamos a enterar con el decreto. El tema de inversión y ocupación nunca va a ser un problema, porque las empresas están para eso. No sabemos cuánto las van a limitar y esperemos que sea lo menos posible”, deseó.
La doble vara declamativa
Por otra parte se lo consultó sobre las declaraciones del diputado de Juntos por el Cambio Héctor Stefani, que cuestionó la “doble vara” del del gobierno nacional, en particular del Ministro de Economía, porque por un lado firma un decreto de prórroga del subrégimen y por otro envía una separata al Congreso para que se revise la eliminación gradual de los beneficios. “Ya se sabía que nuevamente iba a aparecer una separata como el año pasado dentro del presupuesto, donde se habla del costo fiscal que tienen determinados regímenes y subsidios. Es una forma de decirle a todo el arco político cómo tienen que achicar el gasto, pero es una decisión que va a tomar el Congreso en su conjunto. A nosotros nos parece que esto es consecuencia de ciertos compromisos que ha tomado el país, y es una forma de demostrarlo, pero obviamente entendemos que es declamativo y no para llevar a la práctica, porque si no, realmente sería contradictorio”, opinó. “Obviamente esto nos pone en el escenario y volvemos a recibir todos los golpes. Son decisiones políticas en las que no tenemos intervención”, concluyó.