El presidente de la Cámara de Comercio de Río Grande José Luís Iglesias planteó un escenario de incertidumbre que espera se empiece a resolver después del ballotage, cuando estén más claras las reglas de juego y el modelo de país que vendrá a partir de diciembre. El sector registra una caída en la facturación del 15% respecto del año pasado y, si bien por ahora no hay pérdida de puestos de trabajo, se ha perdido calidad, porque se hacen contratos temporarios que a veces se renuevan y otras no. Siguen en diálogo con el sindicato para llegar a un acuerdo paritario. “La volatilidad de los precios se debe a la incertidumbre. La inflación genera un fenómeno porque a veces la reposición dista mucho de un punto de equilibrio para realizar comercialmente una operación”, dijo ‘Gigi’ Iglesias.
Río Grande.- El presidente de la Cámara de Comercio de Río Grande, José Luís Iglesias, dialogó con Radio La Red 93.9 y Provincia 23 sobre la situación de los comercios y las expectativas post electorales, en función de dos modelos de país bien diferenciados que están en disputa.
“La volatilidad de los precios se debe a la incertidumbre. La inflación genera un fenómeno porque a veces la reposición dista mucho de un punto de equilibrio para realizar comercialmente una operación. Se vende y cuando se va a reponer se está en un punto distinto de la rentabilidad que se pretendía. Muchas veces no se alcanza a compensar y entendemos que el momento político, con las dificultades económicas que atraviesa el país, influye en esto. Creo que después del 19 de noviembre algunas cosas se van a clarificar. Algunos rubros se van a ver potenciados y otros disminuidos de acuerdo al sesgo económico que va a dictar la política de los candidatos, que difieren en sus posturas respecto de la economía. Todos estamos a la expectativa de una definición de la parte política”, dijo.
“En general todos los rubros están complicados, sobre todo los perecederos. Muchas veces se factura lo mismo que cuesta reponer. Por lo menos no se pierden los clientes pero es muy difícil sostenerse. Nosotros tenemos un tiempo estimado de 15 días entre que se realiza la operación en Buenos Aires, y en este país 15 días significan un 5 o un 10% más o menos. Ese es un costo directo, al margen de lo que aumente el flete o lo que sea. Es difícil aguantar esto, aparte Tierra del Fuego está en una isla y hay complejidad por el clima, el cruce por la barcaza, que no permiten tener mucha certeza de cuándo llegan los productos, porque dependemos de otro”, planteó.
“El contexto inflacionario también trae un correlato en la financiación bancaria, porque las tasas se han elevado. El que tiene que recurrir al crédito bancario para sortear esta contingencia de la falta de stock en el tiempo oportuno o la caída de ventas, hace tener una pérdida bastante importante del capital de trabajo. El endeudamiento es de un 180% más o menos”, estimó.
“El comerciante trata de buscar la vuelta cuando se empieza a quedar sin stock y trae otro tipo de productos para vender, porque la realidad es que nosotros tenemos que pagar los sueldos. Los salarios aumentan en una proporción que no se condice con la facturación y esa es una situación bastante complicada. Esto se ve en el rubro que sea. Hay atrasos con el 931, el que puede entra en una moratoria pero muchas veces se produce el cierre de la entidad crediticia si entran al Veraz. Se empieza a restringir todo y eso tiene un costo alto”, advirtió.
Indicó que “en este momento tenemos una moratoria hasta fin de año, que permite hacer reformulaciones de los pasivos que hay que afrontar, pero se está tirando para adelante un problema que existe hoy. En el mundo de los privados no existe el déficit como en el Estado. La gente se endeuda, pone en riesgo su casa, su auto o el activo que sea, a la espera de que cambie la situación de caja. Nosotros estamos un 15% debajo de lo que facturábamos el año pasado. Eso conlleva a achicar el esquema de negocios y a ver cómo financiarse en estos tiempos porque no estamos holgados. Esto es general para todos y todo el capital de trabajo está expuesto a los vaivenes de una decisión de escritorio, si sale una moratoria te beneficia y, si no salió, tenés un problema que por algún lado se tiene que solucionar, y no hay soluciones mágicas para los privados”, manifestó.
“Todo el contexto es difícil. Hace cuatro meses un alquiler que parecía caro hoy no es tan caro, porque con un contrato firmado y un 10% mensual de inflación, en tres meses se junta un 30%. Si alguien tiene que construir un local para alquilar, no hay número que aguante. Estamos en un punto de inflexión y cualquier análisis que se haga en una situación políticamente inestable va a ser erróneo, frente a dos opciones distintas. La situación puede variar por completo, y más en Tierra del Fuego donde estamos con la ley de promoción. Por ahí somos carne de cañón de los analistas de Buenos Aires. Con opiniones de este tipo todos los días cualquier persona que vive en Tierra del Fuego se preocupa, y nosotros no dependemos del turismo sino de la producción propia de nuestra ciudad, sobre todo de las fábricas”, enfatizó.
Cuotas con tarjetas
Consultado sobre los convenios con las tarjetas de crédito para ofrecer financiación, dijo que “la situación es variada. Se hacen convenios entre un comercio y una marca determinada de tarjeta, donde un día determinado una parte la pone la tarjeta y otra el comerciante para dar descuentos, cuotas o distintas alternativas. Estamos haciendo todo lo posible para que no reviente todo. Se trata de mantener activa la parte de los bancos por lo menos hasta saber las herramientas con las que se va a manejar la política económica de nuestro país. Es muy distante un proyecto del otro. Hay muchas tarjetas que tienen problemas, por el pago del mínimo. Si no se adecúa el margen que tienen las tarjetas para el pago mínimo, evidentemente las personas caen en una trampa importante, porque no se puede estar pagando el mínimo de la tarjeta con una tasa del 180% sobre el saldo. Se podrá hacer un mes de emergencia, pero a los tres meses ya no queda nada”, sostuvo.
Financiamiento del FAMPF
También se le consultó sobre el financiamiento en el marco del fondo de ampliación de la matriz productiva fueguina, que ofrece una tasa subsidiada del 42% anual con seis meses de gracia a cinco años. “Son para determinados proyectos y determinadas líneas. Si se utiliza bien es una herramienta buena, pero es difícil para sostener a todos. Hay que estudiar la línea a ver si conviene o no”, dijo.
“Nosotros tenemos que seguir sosteniendo la soberanía, las Islas Malvinas, la ley 19640, la pretensión de tener un puerto, que es una herramienta que nos cambiaría bastante la ecuación, y el manejo de nuestros recursos de manera que se vea traducido en mano de obra. Tenemos que ser sensatos y constructivos, ver cada plataforma ante una elección y cada modelo de país del que se está hablando”, indicó.
Voto pensado
Respecto de las opciones en juego, dijo que “la gente va a votar al que quiere y está en todo su derecho. Nosotros queremos un país completo, no que sirva solamente para un sector, sino el concepto de Patria. No tiene que ser un voto de bronca, sino algo constructivo. Hay que pensar siempre para adelante y nosotros queremos un desarrollo de Tierra del Fuego, porque lo vemos posible. Podemos tener un desarrollo con el proyecto Fénix de gas, pero no queremos ver que solamente se lleven el gas sino que sea en beneficio de Tierra del Fuego”.
Negociación paritaria
Por último se refirió a las negociaciones con el Centro de Empleados de Comercio. “Estamos con el tema de la paritaria, ya llegamos a un acuerdo para el mes de octubre y estamos definiendo otro. Cuesta mucho porque no es la mejor situación para nuestros comercios con la rentabilidad, porque nosotros no aumentamos nuestra facturación. Es muy difícil sostener el poder adquisitivo de nuestros empleados, de los que nos ayudan, en este momento en que la plata no alcanza. Uno entiende la situación de la gente y tratamos de hacer el máximo esfuerzo posible. El gremio está para defender a los suyos con justa razón”, dijo.
“En general vemos que no hay bajas y lo analizamos con el gremio, pero sí se pierde calidad de empleo, se pierden horas. Por ahí se toma gente por pocos meses porque nadie se anima a expandir su personal a menos que lo necesite. Es muy riesgoso y por ahí vienen los contratos, algunos se caen, otro se renuevan. Esto se ve en las fábricas y en los comercios. Si volvemos a los niveles de facturación del año pasado vamos a aumentar la mano de obra porque hay muchas cosas en las que seguir trabajando, pero necesitamos un horizonte cierto y reglas claras”, concluyó.