“Es una situación extremadamente violenta”

El presidente de la Cámara de Turismo cuestionó las medidas de los trabajadores del puerto nucleados en ATE, que perjudican al turista para forzar el diálogo con el gobierno. “La única estrategia que hay es incrementar el daño y la violencia que se ejerce sobre los turistas”, dijo, y advirtió que ese daño trae consecuencias negativas para el destino. Por las medidas de fuerza de los portuarios, los micros que trasladan turistas no pudieron ingresar y se demoró el embarque en catamaranes.

Río Grande.- El presidente de la Cámara de Turismo, Ángel Brisighelli, advirtió sobre el impacto negativo de las medidas sindicales de los trabajadores portuarios nucleados en ATE. En el caso del puerto de Ushuaia, se está interrumpiendo la entrada y salida de pasajeros que llegan en cruceros o quieren abordar un catamarán para hacer excursiones.

“Vemos esto con mucha preocupación, porque es una situación de negociación gremial entre terceros a la actividad, es decir el Estado y los gremios estatales, en la cual el turismo no tiene ninguna injerencia, porque no puede ejercer ninguna influencia en la negociación o lo que fuera. Se decide tomar como víctima a una actividad que no tiene nada que ver. Como una herramienta de negociación o de presión, se decide dañar a una industria que está completamente por afuera”, criticó por Radio Nacional Ushuaia.

“Se cree que dañando el turismo o ejerciendo violencia sobre los turistas van a mejorar su posición en la negociación. No lo veo como razonable, porque dañar a un tercero suena bastante hipócrita. Dañan a uno que no tiene nada que ver y no tiene capacidad de defensa, para conseguir el objetivo que están buscando. Eso es preocupante del punto de vista de la actitud y las consecuencias, porque el turismo es una actividad extremadamente sensible. El turista cuando está paseando lo que menos quiere son problemas. Está de vacaciones y quiere disfrutar de sus vacaciones. La función de todos los que trabajamos en la industria del turismo es cumplir las expectativas que tienen los turistas, que están pagando mucho dinero para venir hasta Tierra del Fuego, porque somos el fin del mundo, y peor todavía para los que van a la Antártida”, planteó.

“Los que tienen contratada una excursión que compraron con anticipación, llegan y ven que hay 20 personas haciendo fuego que no los dejan pasar. Es una situación extremadamente violenta. No solamente pasa por la incomodidad o la decepción de no poder contratar una excursión con la que venían soñando, sino que se suma la experiencia del momento. El turista se encuentra metido en medio de una manifestación, con ruido, fuego, gente en actitudes violentas, que no son para nada lo que estaba en la imaginación del turista que iba a vivir. Eso se termina traduciendo en comentarios negativos hacia el destino, y los comentarios negativos en internet son eternos, porque quedan ahí por los siglos de los siglos”, aseguró.

“El daño no se diluye con el paso del tiempo. El turista que empieza a buscar antecedentes de Ushuaia encuentra antecedentes negativos y empieza a plantearse si va a venir. Hace unos cuantos años vinieron los autos de Google con todos sus aparatos en el techo para sacar fotografías de Ushuaia. Si buscan la fotografía de Ushuaia de Maipú y Roca, lo que hay es un piquete. El piquete de ese día de hace muchos años, aparece en la búsqueda de un turista, en un lugar donde hay restaurantes y confiterías. El daño se mantiene en el tiempo y se multiplica, más allá de que se haya solucionado el problema puntual del día”, citó como ejemplo.

 

Buenos oficios

 

Cabe señalar que el empresario Moreno Preto se acercó a hablar con los manifestantes y les expuso su preocupación por el impedimento de acceso a los catamaranes, incluso trató de comunicarse con autoridades provinciales y no tuvo respuesta. “La capacidad de gestión que puede hacer Moreno Preto en esta situación es la misma que tenemos nosotros. Más allá de hablar con la gente y plantearle que esto es un problema y hay que solucionarlo, no se puede hacer. No tenemos capacidad de generación de ningún tipo de solución real. Somos terceros de palo, convidados de piedra en este problema, porque no tenemos ninguna injerencia en las negociaciones entre el Estado y los gremios”, sostuvo.

“Nos dañan a nosotros, se ejerce violencia sobre los turistas, cuando no debería haber violencia contra nadie. Además se está dañando a personas que no tienen ningún interés en la negociación. No es una medida para impedir el funcionamiento del Estado, que también estaría mal. Los turistas no tienen nada que ver con esto y el problema está reflejándose en el bloqueo del acceso a la gente que tenía que embarcarse en los catamaranes. Además hubo problemas de ingreso de los vehículos al puerto para el desembarco de pasajeros. Estamos afectando no solamente las excursiones de las navegaciones sino también el movimiento de pasajeros, de carga y de logística de los cruceros”, alertó.

 

Actividad en riesgo

 

“Si decimos que la actividad genuina de Ushuaia es el turismo, y nos enfocamos en dañar esa actividad, vamos a terminar sin la actividad genuina –subrayó Brisighelli-. Los daños no son gratuitos. No somos imprescindibles y estamos compitiendo en un entorno con Chile, con Puerto Williams, con Punta Arenas. Ushuaia tiene características superiores a las de Puerto Williams por ejemplo, pero si a esas mejoras las ‘compensamos’ con problemas, llega un punto en que la ecuación no termina cerrando de este lado y se van al otro. No hay nadie que esté enamorado de Ushuaia. Los barcos operan acá porque es más conveniente que en otro lado. Nuestro trabajo es entender eso y mantener esa ventaja para mantener la mano de obra ocupada”.

 

Demoras y bloqueo

 

Lo cierto es que la gestión de Moreno Preto permitió que habilitaran el paso a los pasajeros, pero “los barcos salieron 45 minutos demorados, si bien todas las excursiones se cumplieron. El miércoles no permitieron el paso de los vehículos para buscar pasajeros al puerto y la gente tuvo que salir caminando con su equipaje desde el puerto hasta los micros. Caminaron 700 metros con las valijas hasta llegar a los buses para poder salir del puerto. Si esto se empieza a instalar y a agravarse, y la única estrategia que hay es incrementar el daño y la violencia que se ejerce sobre los turistas, es preocupante, porque en algún momento no van a permitir el ingreso de los turistas para embarcar en los cruceros y vamos a tener un problema serio, porque los pasajeros no van a poder ingresar al barco, no hay hoteles disponibles para que se alojen, y vamos a estar con 500 pasajeros dando vueltas por la ciudad que no pueden embarcar ni irse a ningún otro lado. Si llegamos a ese nivel va a ser una situación muy grave”, lamentó.

“Indudablemente si no hay diálogo el problema no se va a solucionar. Hasta que no se sienten a charlar vamos a estar en un statu quo donde nadie se mueve de su lugar; pero este es un problema que está en otro lado –reiteró-. El problema lo tiene que solucionar la gente que lo tiene, porque están dañando a un tercero que no tiene nada que ver y se ejerce violencia para poder forzar un diálogo”, concluyó.

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.