Sin control de la inflación no hay salida para el problema de alquileres

El presidente del colegio de tasadores, corredores y martilleros, Mauricio Saavedra, dio un panorama de la situación con los alquileres y aseguró que hasta que no haya un freno a la inflación, no se va a resolver el problema. Los inversores están eligiendo otros destinos en países limítrofes para invertir en propiedades y la oferta es escasa, de unas 20 ó 25 propiedades en la ciudad, para una demanda que supera las 400 familias.

Río Grande.- Mauricio Saavedra, presidente del colegio de tasadores, corredores y martilleros, dialogó con Radio La Red 93.9 y Provincia 23 sobre la situación de alquileres, y planteó que hasta que no haya un freno a la inflación no se va a poder encauzar el problema.

“Está pasando lo que esperábamos que iba a pasar, porque esta reforma de la ley sigue sin servir para nada. Hay una modificación de algunos artículos y seguimos teniendo muchos problemas para encontrar vivienda; todo lo que hay está ocupado, hay mucha especulación por la situación económica actual y más con el tema de las elecciones”, dijo.

“En Río Grande el más fundamental es el destino habitacional. Son familias que necesitan alquilar una vivienda genuina. Nosotros tenemos unas 20 ó 25 propiedades en oferta y no más que eso. Tenemos cero crédito, no hay rotación de inquilinos a propietarios, y este problema se va agudizando más. Las viviendas que están en alquiler son de personas que en su momento vinieron, compraron su casa y luego se volvieron al norte. Esas viviendas sí están en el mercado, pero después hay poco y nada. Los precios se han incrementado porque la oferta es cada vez menor y la demanda aumenta”, planteó.

 

Precios inaccesibles

 

Respecto del perfil de quien alquila, indicó que “el que anda buscando se acomoda a lo que haya. Si buscan una vivienda de tres dormitorios, en dos dormitorios se van a acomodar y a la inversa, porque no hay. Una vivienda de dos ambientes, con un dormitorio en el centro está arriba de los 200 mil pesos. Un monoambiente está entre 150 y 170 mil pesos, y si vamos a los tres dormitorios estamos pisando los 300 mil pesos tranquilamente. Hace unos 45 días teníamos una propiedad que estábamos ofertando en 180 mil pesos y se terminó alquilando en 270 mil hace un par de semanas. Si bien nosotros podemos sugerir el precio, el que lo termina formando es el propietario del inmueble. Todo sube de una manera tan agilizada que se ve reflejado en el aumento de los precios de los alquileres. Ese es el ritmo que tenemos hoy, porque hay mucha incertidumbre. Hoy tenemos una ley con un contrato por 36 meses como mínimo, con una actualización semestral del 40%, porque se calcula en base al índice Casa Propia, y queda muy debajo de la inflación. Lo que no entienden los que modificaron esa ley es que tenemos que conseguir que el propietario ponga en oferta las viviendas. No es que tenga viviendas ociosas, sino que quiere invertir en comprar viviendas y que le sirva. Hoy quien tenga 50 mil dólares para comprar una vivienda de 60 metros cuadrados, no lo hace. Le conviene toda la vida guardarlo o hacerlo trabajar de otra manera”, sostuvo.

“El límite puede ser que ya no se puedan pagar más los alquileres, porque va a llegar un momento en que la gente no va a poder alquilar. Esto es oferta y demanda. Cuando estuvimos en el Congreso discutiendo la ley de alquileres, aportamos un montón de información y de estadísticas, pero no fuimos escuchados. También estuvo la gente de la Cámara de Construcción y nos decían que nadie construye porque hay muchas ofertas de Uruguay, de Paraguay, inclusive de Estados Unidos y ahora se sumó Brasil. Están siendo un mercado tentador y, al no tener crédito, no veo una solución inmediata. Con respecto a las viviendas sociales, se está desarrollando poco y nada. Hay que ver con el nuevo gobierno cuáles son las medidas que van a tomar y cómo van a impactar”, expresó.

“Hoy para que el alquiler sea viable mínimamente tienen que ser dos personas y trabajar los dos. Si no me equivoco, el mínimo de un empleado de comercio está en los 370 ó 390 mil pesos. Si dos trabajan en el rubro comercio estamos hablando de 800 mil pesos y pueden destinar 300 mil pesos al alquiler y vivir con el resto. Una persona sola no podría alquilar un inmueble en ese valor, porque no le va a dar el sueldo para alquilar y sostenerse. Para alquilar un inmueble de 200 mil pesos, el 30% del sueldo debe ser igual al valor del alquiler. Ese es el cálculo que se hace actualmente, es decir que una persona sola debería ganar 600 mil pesos”, estimó.

“La problemática es para el inquilino, para el propietario y para las inmobiliarias porque vivimos de esto. Nosotros queremos que se active el mercado, porque es nuestra profesión. En Río Grande hay pocos alquileres temporarios pero hay, porque son necesarios, dado que son muy pocos los hoteles que quedaron funcionando en razón de los costos que tiene hoy un empleado. Por eso aparecieron los apartamentos amoblados y hay oferta. El que está buscando un alquiler genuino con destino habitacional y no encuentra, pero sí ve que hay uno amoblado, lo va a terminar alquilando. No es la misma problemática que hay en Ushuaia, donde es impresionante cómo se está construyendo. Estamos hablando de 23 proyectos nuevos y tienen un destino totalmente turístico y comercial totalmente distinto al nuestro, donde el 80% es habitacional”, diferenció.

 

Pocas perspectivas

 

Respecto de las expectativas para después de las elecciones, fue bastante escéptico. “La problemática inmobiliaria va de la mano del marco inflacionario que tenemos. Hasta que no se pueda controlar la inflación no veo una salida. Primero que crédito no hay y, si un banco da un crédito tiene que ser a una tasa totalmente variable por la inflación. Hasta que no se controle la inflación no se puede hacer una proyección. Van a tener que ver mucho las medidas que tome el gobierno”, dijo.

Lo cierto es que alrededor de 400 ó 500 personas estarían necesitando alquilar y ante la falta de oferta y los precios, han debido mudarse con algún pariente cercano. “Hasta hace un par de meses teníamos unas 35 viviendas desocupadas y hoy andan en un promedio de 25. Es lo mismo que maneja Ushuaia, con otro mercado. Mucha gente optó por volver a vivir con los padres y no ha habido proyección para la pareja que recién inicia, que tiene que esperar. Nosotros recibimos consultas de todo tipo y vamos viendo la situación de cada uno, que es compleja”, apuntó.

“Para una vivienda promedio calidad IPV tenemos que hablar de entre 500 y 600 dólares el metro cuadrado. Una familia tipo que necesita habitar por lo menos en 100 metros cuadrados, son 50 ó 60 mil dólares, más el terreno que está en promedio entre 13 y 15 mil dólares. Son entre 65 y 75 mil dólares. El que llega a esa vivienda es porque tiene el dinero ahorrado. Si existiese un crédito, hay que ver qué cuota debería pagar para poder cubrir ese monto. Al no haber crédito, no hay rotación de inquilino a propietario. Cuando empecé a trabajar en la inmobiliaria, a una persona le alquilábamos la vivienda, le vendíamos el terreno, y luego iba construyendo. Hoy pagan el alquiler y nada más”, expuso.

“Es un tema muy complejo y no veo en la inmediatez que esto vaya a cambiar. Hasta que no haya una pequeña proyección, los precios no van a bajar, porque hay falta de previsibilidad y es muy entendible”.

 

Jura de profesionales

 

Por otra parte se refirió a la primera jura de profesionales del colegio, que tendrá lugar esta semana. “Se viene trabajando desde hace mucho tiempo. El colegio se sancionó en 2008 por ley y recién ahora hemos logrado formarlo. Esto implica darle más seguridad a la gente al tratar con un profesional matriculado, porque es el colegio el que ejerce el contralor. Están invitados absolutamente todos a concurrir. Va a venir gente del norte que ocupa cargos importantes a participar en apoyo a este colegio. Para nosotros es un logro haber plasmado esta herramienta que el ciudadano va a poder utilizar. Contamos con gente muy preparada y con el apoyo del consejo federal. Tenemos 66 profesionales en la provincia listos para jurar y en total debemos ser entre 80 y 90 profesionales, aunque no todos ejercen”, concluyó.

 

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