El representante de los almaceneros de Río Grande Luís Schreiber dio un panorama del sector y de las ventas que siguen cayendo, porque la gente compra lo justo. No hay faltantes importantes de mercadería pero también los comercios de barrio compran poca cantidad porque no hay capacidad económica de hacerse de un buen stock. Semana a semana se van moviendo los precios y “la gente no aguanta más”, dijo.
Río Grande.- Luís Schreiber, representante de los almaceneros de Río Grande, fue consultado por Radio La Red 93.9 y Provincia 23 sobre el nivel de ventas y los faltantes de mercadería. “No son faltantes importantes pero está habiendo algunos. Hasta hace poco no se conseguía por ningún lado el puré de papas, el arroz todavía se consigue a buen precio pero no sé hasta cuándo, porque vemos las noticias de Buenos Aires, lo que subieron las grandes empresas y el precio es bastante exagerado. El aceite llega normalmente, faltan algunas marcas pero hay otras que no son mezcla y son los que más se trabajan. De productos perecederos, subió mucho la palta y hay menos cantidad, el tomate ahora está a un precio muy elevado y calculo que la semana que viene va a bajar, porque va a empezar a salir de otra zona. Hoy está alto el precio porque no se consigue”, dijo.
Con respecto a las listas de precios mayoristas, afirmó que “siempre se están moviendo, ya no hay un producto que esté con un precio de hace mucho tiempo. Uno repone productos cada dos días, o cada diez días. Pasando una semana algún movimiento tuvieron. A lo largo del mes es significativo”.
“Los clientes están todo azorados con los precios. Gane quien gane el domingo, si no se empiezan a ver soluciones, nada va a ser milagroso. Si no se empieza a acomodar un poco todo, la verdad es que la gente no aguanta más. Uno ve que le cuesta demasiado y ya no llega”, manifestó.
Comparando esta coyuntura con otras épocas, recordó que “estuvo todo muy difícil después del 2001, ahora se sufre la inflación pero hay consumo. Hay cosas que realmente aumentan por las dudas, por si gana este o aquel. Un mismo producto cuesta 10 en un lado y 25 en otro, la gente no sabe si el tipo los está matando o si en realidad uno actualizó el precio y el otro no. Estamos todos muy confundidos con esto. Esto genera que la inflación sea más de lo que es”.
“Nosotros por más que queramos resguardarnos, mucho margen no tenemos. Uno puede comprar un poquito más de mercadería por si aumenta, pero tampoco tenemos margen para comprar mucha mercadería porque no tenemos la plata. Estamos todos viviendo al día. No se puede guardar la plata, y uno sale a comprar lo que hace falta”, señaló.
“Los almacenes se abastecen de los mayoristas y hay algunos negocios que pueden llegar a traer camiones por cuenta propia, pero son comercios grandes. La mayoría nos proveemos de los mayoristas de acá. En algunos productos terminamos pagando lo mismo que el vecino, como es el caso del azúcar. Yo consigo a 900 y pico el kilo de azúcar y lo estoy cobrando 1.200. El precio del azúcar estaba muy estancado y de golpe pegó una subida terrible. Pasamos de 500 a 1.000 pesos en muy poco tiempo. En realidad todos los precios tuvieron movimiento. Ahora hay muchas empresas que no venden porque a la gente no le alcanza y están haciendo ofertas con mercadería que tiene fecha corta de vencimiento. Uno quiere que el cliente venga y compre tranquilo, conforme, confiando en que uno le trae el mejor precio y la mejor mercadería”, planteó.
Lo cierto es que ahora se ven más ofertas por la baja en las ventas. “Por ejemplo una empresa que trae camiones con cerveza y gaseosas que vendía normalmente en el mes, de pronto se encuentra con que eso ya no lo vende en el mes y los vencimientos se pasan. Hoy lo que más se vende es lo básico. La gente no hace grandes compras sino que compra lo indispensable. La gente sale día a día a comprar lo de hoy. También se está acostumbrando a llevar lo justo, si antes llevaba tres kilos de papas, ahora se lleva uno, porque ya no está para tirar. Un tomate en el continente a lo mejor está a menos de la mitad de precio de lo que se encuentra acá, pero ese tomate si no se usa en el día se pierde y no se puede traer acá porque se pudre en el camino. El tomate que viene para esta latitud es especial, tiene que estar medio verdoso para que aguante y ya es otro el precio”, explicó.
Respecto de las fiestas navideñas, indicó que “este año casi ni me preocupé por traer mucho pan dulce ni nada de eso. No miré precios con el año pasado, pero sé que el pan dulce más barato estaba en 800 pesos. No traje mucha cantidad porque no está para quedarse con mucha mercadería después de las fiestas”, concluyó.