El presidente de la Cámara Hotelera y Gastronómica, José Luis Recchia, expresó su preocupación por el recital de La Renga, que atrae un público masivo, porque la ciudad de Ushuaia no está en condiciones de albergarlos. Aseguró que siempre piden que no se hagan eventos entre noviembre y enero, que son los meses de mayor ocupación hotelera y hoy no hay dónde albergarlos. El municipio destinará gimnasios, pero los que no consigan alojamiento van a deambular por la ciudad. Remarcó que Ushuaia es un destino de naturaleza y de paz para los que vienen en cruceros antárticos o bioceánicos.
Río Grande.- El presidente de la Cámara Hotelera y Gastronómica de la provincia, José Luis Recchia, expresó por Radio La Red 93.9 y Provincia 23 sus reparos ante el recital de La Renga, que se llevará adelante el mismo fin de semana que el evento de Motos y de Motorhomes.
Si bien dijo que “por supuesto todo es bienvenido”, advirtió que “estamos en noviembre, que es uno de los meses de mayor ocupación de nuestro destino, no por un recital sino porque normalmente ya hay antárticos, hay gente que viene a hacer trekking, se va el público de esquí y viene el de verano. Normalmente enero y noviembre son los meses más altos de público. Siempre hablamos con los distintos organizadores de eventos y les pedimos que traten de que no sean en estas fechas, porque no hay lugar en ningún lado. Ya no tenemos lugares algunos días de noviembre de 2024, porque ya está reservado. Por eso en nuestro destino tratamos de no tomar el turismo masivo estudiantil como Bariloche, porque no estamos preparados como ciudad, no tenemos noche, no tenemos boliche bailable, mientras que en Bariloche ya está todo armado”, diferenció.
“Ese es otro público y no es que no lo queremos, sino que no estamos preparados –aseveró-. Con esto pasa lo mismo, todos es bienvenido y esperamos que no afecte al público que tenemos todos los años, como el antártico, que es un público tranquilo, que sale a cenar y no se fija en cuánto tiene que gastar, porque tiene buen poder adquisitivo. En general es un público de parejas, en invierno es distinto porque vienen familias a esquiar, pero en verano el 90% son matrimonios, se quedan dos o tres noches en Ushuaia y el broche de oro es la Antártida”, detalló de los itinerarios más usuales.
“No estamos en condiciones de soportar esa cantidad de gente ordenadamente, como estamos acostumbrados a recibir a los turistas”, sentenció, y expresó su temor de que “el turista clásico del destino se vaya espantado por un turismo de los recitales que, si no tienen dónde dormir, duermen donde los encuentra la noche. Sé que se ha habilitado el Polideportivo y algunos gimnasios para albergar gente, pero no sé si eso es lo que queremos como destino”, manifestó.
Decisión inconsulta
Recchia lamentó que el municipio no haya consultado con las Cámaras la oportunidad de un evento de estas características. “Valoramos el esfuerzo del municipio, que tiene la mejor intención de traer un recital que no pueden ver salvo por youtube, pero también como destino hay que ver si queremos ese tipo de desborde de gente que se quiere alojar. Cuando salimos de la pandemia había colas en todos lados para comer, porque se rebalsó todo. No había más tablas para alquilar, no había autos para moverse, porque después de la pandemia salió todo el mundo desesperado. Nosotros realmente lo padecimos, porque no estábamos acostumbrados a una cuadra de cola para alquilar una tabla de esquí, y no había, porque vinieron a esquiar de todo el país y no tienen tablas, a diferencia de los equipos olímpicos. No teníamos capacidad y fue una experiencia negativa para un destino como el nuestro, que se desbandó por la cantidad de gente. Esto puede llegar a ser un espejo en alojamiento, en gastronomía, en el comportamiento y un montón de cosas más”, expresó.
Desde el municipio “hubo comentarios pero no preguntaron concretamente si traían al grupo o no. Fue una decisión política. Lo conversamos con el Secretario de Turismo, con el Jefe de Gabinete de la municipalidad. Nos han explicado lo que van a hacer, dónde van a dormir. Esto no es estar en contra de nada, simplemente es ordenar y planificar para que el destino sea un éxito para todos y no un estorbo”, planteó.
Capacidad casi agotada
Recchia recordó que en Ushuaia hay entre 7.500 y 8.000 camas, y en toda la provincia son 9.000, contando Tolhuin y Río Grande, que “tiene su turismo corporativo o de trabajo, también turismo rural y de cotos de pesca. Hemos visto turismo de países limítrofes que vienen a hacer compras y por ahí se quedan una noche y consumen gastronomía. Es lo que antes hacíamos nosotros en Punta Arenas”.
Si bien en el caso de La Renga no se dio, sostuvo que “es importante el trabajo entre el sector público y el privado, porque cada sector se nutre de las propuestas y la experiencia para llevar adelante distintas acciones y mejorar los productos del destino. Estuve la semana pasada en Mendoza con el gobernador electo en un torneo nacional de chefs y el gobernador decía esto, que entre lo público y lo privado podemos hacer un montón de cosas y proyectarnos. Es la clave fundamental. La Agencia de Desarrollo Ushuaia es un ente mixto y permite planificar muchas cosas con el ámbito privado y el público. El eje principal de este ente mixto es salir a promocionar el destino y da resultado”, afirmó.
Se le preguntó si está faltando la cultura de turismo y aseguró que “totalmente. La cultura del turismo en la provincia es muy lenta. La clase política inclusive a nivel país empezó en los últimos años a hablar de turismo como un sector generador de trabajo y de mano de obra inmediata. Esto se hizo evidente durante la pandemia, y por eso hay que comprometer al ciudadano a cuidar el destino. En oportunidad de visitar Dubai pude ver todo lo que pudieron hacer con la plata que estaba abajo y con una mirada turística. Dejaron de mirar el petróleo para el futuro y construyeron con una mirada turística. Esto lo hicieron en el medio del desierto. Por supuesto no nos vamos a comparar, pero cuando hay una determinación de ir para determinado lado, toda la gente tiene que estar comprometida, porque es la salida al futuro”, remarcó.
Como asignaturas pendientes planteó que “primero falta el cuidado de la ciudad. No tenemos conciencia de lo que significa la basura en la ciudad, del reciclado. Cuando se comenzó con el reciclado la gente tuvo mayor capacidad de poder reciclar en la ciudad pero fue un cuello de botella. Si uno no cuida el lugar, nos va a dar vergüenza mostrarlo. Otro de los temas principales es la falta de una terminal de micros. Cuando estuve en la municipalidad pedí esto y había varias opciones que no prosperaron. Ahora está anunciada y parece que podría hacerse. También hace falta un espacio para los motorhomes, porque después de la pandemia han tenido un crecimiento extraordinario y a toda esa gente hay que contenerla. Si no, los desperdicios van a cualquier lado. Ahora hay un privado que ha generado algunas parcelas para esto, camino al parque nacional. También es necesario un espacio para las motos, que se concentran en distintos lugares y la necesidad de llegar con la línea urbana de colectivos a sectores de hoteles o restaurantes que no tienen ese servicio. No es solamente para que vaya el turista sino la gente que va a trabajar y que es mucha”, subrayó.
Respecto de su posición frente a Uber, abrió la posibilidad de esta alternativa si no dan respuesta los taxis y remises. “Como Cámara nosotros nos expresamos en su momento, y pedimos que haya garantía de transporte. Cuando se genera el mayor cuello de botella es en el invierno y para los taxis ir y volver del cerro Castor significa la recaudación del día. La gente que va temprano a trabajar tampoco consigue coche y a veces van cuatro o cinco en un auto. Si no se garantiza el servicio de taxi, algo hay que hacer, porque nosotros necesitamos la garantía del servicio para la gente que va a trabajar, para la gente local y para la gente que va a cenar, que va a los hoteles. Hay un esfuerzo de muchísimos actores en la provincia para traer turistas. Se invierte tiempo, plata, recursos, para que la persona se vaya con una mirada buena del destino. Si alguno de los eslabones no funciona, afecta a todos los demás, porque un turista puede haber sido muy bien atendido en Ushuaia, pero si después tiene que esperar dos horas un taxi, se perjudican todos. O se soluciona con lo que hay o habrá que echar mano a otra solución”, concluyó.