La saliente Cónsul de Chile en Ushuaia, Rosario Valenzuela Tapia, agradeció al pueblo fueguino por la calidez y el respaldo que recibió en su año de gestión al frente de la legación chilena. Destacó la armonía que existe entre los dos pueblos, valoró la paz y el progreso y animó al desafío de construir en forma conjunta el futuro. La diplomática sirvió en Varsovia y fue testigo de la migración de ucranianos hacia Polonia tras la invasión rusa a Ucrania.
Ushuaia.- En Voces Fueguinas que se emite por FM Espectáculo 93.1 de Ushuaia, con el periodista Julio Alday Curioni, la Segunda Secretaria Cónsul de Chile en esta ciudad, Rosario Valenzuela Tapia, hizo un balance de su año de gestión al frente de la legación chilena, a la que dejó a su par Rodrigo Toledo.
“La verdad que deja bastantes sentimientos encontrados, por un lado obviamente uno ve estando acá la lejanía, el tema de no tener a veces las posibilidades muy buenas de tener una debida conectividad con el resto del mundo, pero sin embargo eso también tiene su lado positivo, que más que nada va justamente de la mano con la posibilidad de tener una mayor tranquilidad, una mayor cercanía con la naturaleza y consigo mismo también”, confió la diplomática.
Rosario Valenzuela Tapia, antes de estar al frente del Consulado en Ushuaia, sirvió durante cuatro años en Varsovia, donde fue testigo de la operación militar especial de la Federación Rusa sobre Ucrania y que provocó millones de ucranianos migren buscando refugio en distintos países, en especial a la vecina Polonia desde marzo de 2022.
“Más allá obviamente del contexto histórico que presenta Polonia, que sin duda alguna igual trasciende el tema arquitectónico, la cultura, e incluso en la forma de ser, o sea, lo que también conversamos hace un rato, el tema de las guerras, eso va instalado en el ADN de las personas, se va trasladando, se va traspasando generación a generación, entonces hay ciertas cosas que para nosotros como latinos, no sé, yo por ejemplo con uno de mis mejores amigos allá es argentino, y ahora pasa que viene de Ushuaia, y con él siempre hablábamos eso, o sea, nosotros como latinos es súper raro ciertas cosas, pero bueno, lo importante también es que uno aprenda a respetar la diferencia, yo creo que Polonia principalmente me enseñó eso, obviamente a conocerme más a mí misma, pero más allá de eso, de estar abierta al cambio y respetar la diferencia. Al principio uno es bien cerrado, yo creo que es natural, pero con el tiempo lo importante es adaptarse y respetar, somos todos, todos tenemos formas válidas de ver el mundo”.
“Tuve que salir, fue un asunto personal y mi perspectiva era quedarme cinco años allá, al final me quedé cuatro. Yo viví allí hasta enero del año pasado, había un millón y medio de ucranianos en Polonia, ahora la población asciende a casi los cuatro millones de ucranianos que están ahí en diversas ciudades, ya sea los que han emigrado, o gente que se ha integrado de manera completa a la sociedad, porque aquí en el caso de Ucrania o Polonia no tienen tanta diferencia, tanto genotipo, los rostros, pero a la vez también el idioma”.
Aseguró que la guerra “dejó un impacto grande, por ejemplo antes en Polonia, yo me acuerdo que más allá del tema del polaco, del idioma propiamente tal, era muy común utilizar el ruso, mucha gente habla ruso, sobre todo la gente que está cercana a la región allá, sea de Lituania, Ucrania o Bielorusia, y ahora como que por el tema de la guerra, eso ya el mismo gobierno polaco lo ha restringido bastante, se está dando prioridad a que la gente aprenda ucraniano, e incluso la publicidad en Varsovia está en ucraniano, ya no en ruso. Ni siquiera idioma alemán, que también lo han sacado ahora”.
“En Varsovia estuve cuatro años, me tocó volver el año pasado -en febrero a Santiago – Chile- y de manera posterior llegué acá en noviembre a Ushuaia”, agregó.
“Cuando uno vive en Santiago tiene una imagen quizás un poco sesgada de lo que implica el pueblo argentino, porque al fin y al cabo uno muchas veces solamente tiene contacto con las personas de ciertas provincias de la Argentina. No obstante, acá en la Tierra del Fuego es una realidad totalmente distinta, es otra realidad de vida, son otras las condiciones tanto climáticas como económicas, etcétera, que obviamente le da un carácter que es distinto al resto del país y en ese aspecto yo me voy con cosas buenas en el sentido de la tranquilidad, el respeto, pero también el sentido de compañerismo y calidez que tiene el fueguino y en ese aspecto estoy muy agradecida porque siempre me sentí muy bien acogida acá”, confió.
Observó que “tanto el argentino como el chileno participan de muchas actividades de forma conjunta; estamos en una zona alejada. Entonces, si acá no trabajamos de manera conjunta, estamos fritos, por decirlo de alguna forma coloquial, porque al fin y al cabo la frontera acá es bastante permeable, o sea, al fin y al cabo, más allá de un tema geográfico, acá hay familias, por ejemplo, que están de por medio, acá hay una vinculación muy grande tanto en la zona, por ejemplo, no sólo de la isla propiamente, la isla grande de Tierra del Fuego, sino también con comunidades, por ejemplo, chilenas, ya sea al frente en Isla Navarino, Puerto Williams, como también, por ejemplo, Punta Arenas, Río Gallegos”.
Reparó también que “estamos todos repartidos y acá justamente existe algo bien interesante que no se da en el resto del país. Yo no sé, yo no puedo hablar de la perspectiva argentina porque no soy argentina, pero sí al menos de lo que sí me ha tocado ver de la comunidad chilena, que muchas veces se siente mucho más cercana a Argentina que a Chile, lamentablemente por un tema de centralismo, la concentración que políticamente tiene Chile. Entonces, en ese aspecto, Argentina le ha abierto la puerta bastante fuerte y muy positiva y también de una manera muy amigable a la comunidad chilena. Y en ese aspecto, en mi calidad de funcionaria pública estando acá, eso yo no lo puedo negar, o sea, es un tema innegable y también muy agradecida de la acogida del pueblo argentino, que también creo que se ha visto bastante beneficiada en ambas partes porque también lo que yo veo, quizás, a lo mejor, no sé si discrepen conmigo, pero también la comunidad chilena ha sabido reconocer ese apoyo y en general acá todos tenemos acá una concepción muy genérica de que los trabajadores que vienen del otro lado, es gente bien comprometida con sus labores y muy agradecida del cariño que hay acá”.
Los chilenos ayudaron a construir Ushuaia
Sobre la migración chilena a Tierra del Fuego en particular y a la Patagonia en general, Rosario Valenzuela Tapia entendió que “también hay que posicionarlo en un contexto histórico, en esa época. Chile era un país mucho más pobre, estaba en una extrema pobreza y por ende tampoco las posibilidades de crecimiento, de tener mejor educación, acceso a recursos básicos, al menos particularmente en el sur de Chile no era posible, la gente a veces ni siquiera tenía cosas muy básicas, entonces muchos tuvieron la oportunidad, en particular de la región de los lagos, de la zona del archipiélago de Chiloé, como a la vez también de la región de Magallanes, gente de Punta Arenas y otras localidades, al tener la posibilidad de venir a Ushuaia, obviamente se encontraron con un desafío, que al fin y al cabo era fundar, colaborar en la construcción de una ciudad, pero a la vez también era una oportunidad que para ellos Chile no se la otorgaba, entonces en ese aspecto creo que, si bien yo veo que la ciudad hace un reconocimiento de la comunidad chilena, también la comunidad chilena lo tiene, está muy agradecida de la oportunidad que aquí se otorgó, y eso no lo podemos negar”.
“Al fin y al cabo obviamente los primeros pobladores que estuvieron acá, y que están aún algunos, han tenido obviamente descendencia, y estas personas si bien tienen un contacto fluido con Chile a través de su familia, no han vivido allá. Entonces para nosotros también es un desafío, que si bien reconocemos en primer lugar su nacionalidad, su pertenencia acá a Argentina, también tienen nuestras raíces. Entonces la idea obviamente que eso no se pierda, para nosotros es muy importante. Recordemos que no solamente le pasa al chileno, sino también al argentino, sobre todo los que llegaron a un fin en los 70, 80, quizás principios del 90, las distancias, pierden muchas familias, muchos familiares, las distancias se hacen muy lejanas, y muchas veces el vecino, o el compañero de trabajo, o el amigo o la amiga, se convierte un poco más a veces en tío o tía de la gente”, evaluó.
Un destino común
“Tanto los chilenos como los argentinos tenemos países que son súper ricos en temas naturales, tenemos gente trabajadora, tenemos sistemas que al final tienen sus defectos, pero sin embargo no tenemos esos conflictos que quizás en otros lados todavía son latentes, y nosotros a veces no miramos esas ventajas comparativas y tendemos a mirar al otro, al que está en Europa, vemos al ‘gringo’, que creemos tiene una superioridad que no es tal, somos simplemente distintos, ni mejores ni peores, somos distintos, nada más que eso”, observó.
“Ya estoy partiendo, así que es como un cierre de ciclo bastante simbólico, así que aprovecho también la instancia para agradecer a todos los fueguinos por su calidez, por su compañía y ayuda, que a fin y al cabo todos los días se ve”.
“La persona que me reemplaza es un funcionario que también acaba de llegar de Santiago, Rodrigo Toledo, el nuevo cónsul de Chile acá en Ushuaia, así que ojalá, espero que también exista una muy calidad recepción, al igual que lo fue conmigo y estoy segura que, por lo que he conversado con él, por supuesto que él está encantado de conocerlos más y obviamente compartir y generar lazos aún más”, finalizó.