El representante de FINNOVA Ramiro Requejado se refirió al informe de la Fundación vinculado con el turismo, que posiciona a Ushuaia por encima de Mendoza y en sexto lugar de los destinos más elegidos en el país. Consideró que la provincia está lejos del techo en materia de turismo, y que va a ser la actividad principal en el futuro. También aludió a la situación económica y a la crisis que sobre todo sufre Río Grande, al no contar con los ingresos del turismo. Como empresario de ambas ciudades, planteó como problema principal que “a las empresas los sueldos les salen carísimos y a la gente la plata no le alcanza”. Además marcó un cambio en la conducta del consumidor, a partir de vecinos que ya no compran por kilo ni por docena, porque no les está alcanzando para la comida.
Río Grande.- Ramiro Requejado, representante de la Fundación FINNOVA, dio a conocer un informe sobre el turismo, que señala que Tierra del Fuego superó a Mendoza y es el sexto destino turístico del país. “Es el último monitor de FINNOVA respecto del turismo en Tierra del Fuego, y creo que aun así estamos lejos del techo y del potencial que tiene la provincia. Ushuaia está consolidada y con mucho potencial, Tolhuin está haciendo una labor en ese sentido, y creo que la isla está entendiendo que el turismo es la actividad principal hacia el futuro. Ojalá podamos todos seguir trabajando y generando inversiones desde el sector privado; y el sector público deberá acompañar en materia de infraestructura”, dijo por Radio Provincia.
Respecto de la realidad económica, señaló que “claramente Ushuaia está beneficiada por tener turismo internacional. Eso Río Grande no lo tiene y se nota. Hablando de nuestros locales, se nota que Río Grande está pasando por un momento muy complejo, y esperamos que se pueda visibilizar algo hacia el futuro”.
“Lo que más preocupa en el caso de Río Grande es esto. Yo no soy economista pero debe haber una solución hacia el futuro, para que la actividad pueda repuntar. Ahora está todo muy estancado y sin un panorama concreto hacia adelante. Aun las personas que trabajamos con el turismo, todos estamos inmersos en la incertidumbre. Ahora vienen meses de baja y en Ushuaia se va a notar, no sé si al nivel de lo que pasa en Río Grande. La actividad turística es muy fuerte en Ushuaia, la administración central está en Ushuaia, y muchas de esas cosas hacen que no se note tanto la crisis como ocurre en Río Grande”, planteó.
“La realidad general es que a la gente no le alcanza la plata y no estoy diciendo nada distinto de lo que escuchamos en la calle día a día. La inflación va por ascensor y los ingresos van por escalera. Realmente está todo muy atrasado y eso hace que a la gente se le complique. Hay señales que ya vienen de un tiempo a esta parte. En determinados productos se terminó la venta masiva a la que estábamos acostumbrados, como la docena, el kilo, porque en Argentina consumimos así. Se compra el pan por kilo, las facturas y las empanadas por docena, y eso está cambiando. La gente ya no compra por kilo y se controla en el gasto. Compran lo que van a consumir. Es lógico frente a esto que está pasando y seguramente va a significar un paradigma de cambio del consumo hacia adelante. Creo que estas cosas llegaron para quedarse”, lamentó.
“En los países del primer mundo hay una cultura de tirar las sobras, la comida, se desperdicia mucho alimento y eso no pasa en nuestro país, porque a la gente le está costando llegar a algo tan básico como el alimento”, advirtió.
Como empresario, dijo que “yo tengo que salir a la cancha y pelearla. Trato de no pensar mucho, pero en algún punto uno se va cansando, porque estas cuestiones son muy desgastantes, no solamente desde lo económico. Nosotros tenemos mucha gente trabajando y se hace difícil. Hay algo que se dice poco en Argentina y es uno de los problemas más grandes que tiene que solucionar la economía de este país, porque a las empresas los sueldos les salen carísimos y a la gente la plata no le alcanza. No tengo idea de cuál es la solución para eso, pero creo que es lo que hay que solucionar. Cualquier empresa tiene que pagar el 50% más del sueldo y se hace imposible; y aun así a la gente no le alcanza. Esta es una de las encerronas que vengo viendo hace algunos años y no sé cómo se va a salir de eso”.
“Se escuchan discursos del lado que convenga, porque alguno dice que en dólares se está ganando más, pero la plata no alcanza. La política mira el lado que le conviene y lo dice públicamente, cuando del otro lado no es real”, cuestionó.
“Yo la estoy peleando en Ushuaia y en Río Grande –dado que tiene comercios en ambas ciudades-. Es nuestra obligación y en lo personal me gusta lo que hago. Entiendo que no tengo derecho a quejarme. Me tengo que preocupar pero no es tiempo de quejarse sino de hacer cosas. FINNOVA es algo de eso, porque se buscan espacios para analizar y aportar un granito de arena para buscar soluciones. Me parece que lo que hay que hacer es tratar de ayudar desde donde se pueda”, sostuvo.
“Lo más difícil de todo es la incertidumbre. Los países que tienen más certidumbre, es donde la gente es más feliz. Es importante saber que no va a haber nada que modifique su realidad, salvo la vida misma, que muchas veces es impredecible; pero en términos económicos, sociales, institucionales, la incertidumbre es de las cosas más difíciles de manejar. En este país cada vez es mayor la incertidumbre y eso complica las cosas. En lugares como Río Grande implica un gran desafío, porque la incertidumbre es mayor. En Ushuaia el turismo nos da una certeza de futuro, porque ya sabemos que en julio va a abrir el Cerro Castor, que vamos a tener turismo de invierno, y después ya empieza la temporada de verano, la llegada de cruceros. Eso nos da cierta visión de futuro para manejar nuestra economía y nuestras inversiones. En Río Grande todo eso no está”, comparó.
La experiencia política
Por otra parte se refirió a su paso por la Convención Constituyente. “La política fue una experiencia, hay días que entiendo que fue una muy buena experiencia y otros días que fue una pésima experiencia. Lo que me dejó fue el hecho de generar cosas y transmitirle a las personas que hay que meterse en política. Hoy estoy haciendo esto y el día de mañana no sé. A mí me encanta mi laburo y la política me quitó eso, porque lo tuve que poner en pausa. Me gusta mucho lo que hago pero también entiendo que hay que involucrarse, con diferentes miradas. Una de las cosas que dejó mi corto paso por la Convención fue ver que no eran variadas las miradas, sino que todo estaba muy metido en el círculo de la política partidaria y el Estado. En FINNOVA buscamos aportar otra mirada. Creo que no hay miradas malas, el problema es que no haya muchas miradas. Hoy mi desafío es hablar con cada uno que se me acerque, porque hay que involucrarse, hacerse el tiempo para eso, y es importante saber que se puede participar en política y después volver a lo de uno. Hasta me parece que es sano, porque estamos mucho más conectados con la realidad. Sin embargo hay una cuestión de quedarse y no salir, y en eso no coincido. Lo sano es que haya gente que pueda participar y pueda volver a lo suyo. Todo lo que aporte diferentes miradas a la política va a ser sano y yo voy a estar siempre en ese lugar”, concluyó.