El gerente de Recursos Institucionales de Camuzzi Gas del Sur, Rodrigo Espinosa, justificó el aumento de las tarifas de gas en el retraso de “seis años” durante los cuales estuvieron congeladas. Aseguró que, si lo mismo hubiera ocurrido con los combustibles, el aumento en la actualidad sería mayor. Aclaró que, del 100% de la factura, solamente el 8% corresponde a Camuzzi, que no es la formadora de precios. Respecto de los casos que tuvieron trascendencia en los medios, comparó los consumos y sostuvo que un gran componente es el aumento de los metros cúbicos en el período cuestionado. Finalmente dijo que el incremento de mayo queda suspendido, tras la comunicación oficial del Ministro de Economía.
Río Grande.- Rodrigo Espinosa, gerente de Recursos Institucionales de la empresa Camuzzi Gas del Sur, fue consultado por FM La Isla sobre el aumento de las facturas de gas, que resultan exponenciales sobre todo para el sector comercial, con cifras que superan el 1000%. Indicó que “desde el mes de abril rigen en toda la Argentina nuevos valores tarifarios y tenemos que irnos un poco hacia atrás para entender qué hay dentro de una factura de servicios. Camuzzi prácticamente no participa en esas facturas que los usuarios están abonando, porque está al final de una cadena energética, donde hay muchos actores involucrados, y es quien entrega la factura al usuario final”.
“Es importante destacar que con las facturas que vemos en la calle, los usuarios están pagando casi un 90% de valor de gas. Camuzzi le compra el gas a un tercero, que son los productores de hidrocarburos, y lo termina distribuyendo. Casi el 90% de la factura es gas, y la parte que le corresponde a Camuzzi es un 8%”, aclaró.
“La particularidad de estos nuevos cuadros tarifarios es la adecuación de estos distintos componentes de la industria que hace seis años estaban atrasados. Este retraso en los cuadros tarifarios hace que, cuando se tiene que producir un ajuste, se requiera de mayor esfuerzo de la ciudadanía, porque el salto que hay que hacer para tener valores más corrientes es mucho más alto. Camuzzi no define nada y es la política que se baja”, subrayó.
“Así lo hiciéramos en dos, tres o cuatro etapas, sería también difícil, porque es distinto de lo que vemos en el precio de los combustibles. La nafta todos los meses sube de 5 a 8 puntos y a todos nos duele porque estamos en una economía con una inflación creciente, y no sólo se dispara el precio, sino que todos los consumos están yendo hacia arriba. Esto lo vamos procesando porque, como es poco mes a mes, es más tolerable. Si miramos la variación de la nafta en los últimos seis años, estaríamos en valores superiores a los del gas”, aseguró.
“Lo que empieza a ponerse en juego a partir de estos nuevos cuadros tarifarios es la actualización de cuánto sale el gas en la Argentina. El gas estaba muy bajo y hoy, con estos cuadros tarifarios, la Argentina está pagando un gas en promedio de dos dólares y medio, cuando en el mundo está a trece dólares. Argentina necesita comprar gas porque no produce todo lo que consume y lo paga a trece dólares. Hoy, aun con estos incrementos, el gas lo estamos pagando dos dólares y medio, por lo cual todavía hay una fuerte presencia del Estado. También se ha ajustado la distribución, que eso sí remunera a Camuzzi, y al ajustarse todo eso, también se ajustan los impuestos”, detalló.
Zona fría
Apuntó que “la zona fría no se quitó ni se quitará, este es un beneficio que tiene toda la Patagonia y todos los usuarios tienen un subsidio del 50%. Esto lo pagan los mismos usuarios y es un porcentaje en factura de entre el 5 y el 7%. Si la factura crece, el aporte que hace el usuario patagónico también crece. Esto, en la suma total de la factura, se hace más voluminoso. El usuario está pagando más gas, más transporte y más impuestos, y además también aportes para subsidiar la zona fría. Los distintos componentes que hacen a la factura aumentaron y la zona fría permanece vigente”, explicó.
La segmentación
Apuntó que “además desde el 2022 rige una nueva segmentación, que es una nueva forma de aplicar subsidios, que tiene que ver con los ingresos económicos de los usuarios. Esto rige tanto para el gas como para la luz, y esta segmentación discrimina entre altos ingresos, clase media y clase baja. A las viviendas de clase alta se le hace una quita mayor de subsidios; a la tarifa social para los usuarios vulnerables el Estado le sigue cubriendo el 100% del subsidio al gas; y para la clase media hay una metodología por la cual se cubre el subsidio del gas en boca de pozo sobre un cupo. Todo consumo que esté por fuera de ese límite, paga un valor más cercano al que paga el de altos ingresos. Con todas esas variables en juego, se empezaron a aplicar los nuevos cuadros tarifarios. Hay aumentos que son distintos en el caso de los usuarios residenciales”, señaló.
“Los porcentajes para el residencial y el comercial pueden sonar muy rimbombantes y por supuesto que son así, pero hay que observar cuánto era la factura en pesos. Nuestros análisis nos muestran que los residenciales categoría R1 antes de los aumentos pagaban 900 pesos de factura. Un usuario R1 de alto poder adquisitivo pagaba 2.600 pesos, el de clase baja pagaba 930 pesos y el de clase media pagaba 1.200 pesos, como valores promedio. Obviamente esos valores fluctúan por la propia estacionalidad. El usuario que pagaba 2.600 pesos, de alto poder adquisitivo, pasó a abonar cerca de 15 mil pesos, en porcentaje es un 500% y está claro que es un montón, pero en pesos no cobra la misma rigurosidad que en porcentajes, cuando uno lo compara con otros bienes y servicios de la economía”, planteó.
“Había bases de pago muy bajas, y esto no es culpa del usuario claramente, sino que tiene que ver con cómo se fueron ajustando o no los distintos valores de los servicios. En el caso del gas, desde 2018 a la fecha decidieron congelar las tarifas”, insistió.
Facturas comerciales
Respecto de los usuarios comerciales, dijo que “porcentualmente los números son más rimbombantes, pero la mayor parte de esa factura no es una instancia de Camuzzi. Sin ánimo de dar nombres, tomé los casos que estuvieron muy presentes en los medios, de una hostería, de un gimnasio, de una panadería, porque el número en pesos es muy llamativo, pero hay una variable muy importante que es el consumo. En el caso de una hostería, recibió una factura cercana al millón de pesos, y esa hostería en el período facturado consumió 11.500 metros cúbicos. Si se mira el mismo período del año anterior, había consumido 1.500 metros cúbicos. Hay un salto gigantesco del consumo, que no digo que esté bien ni mal, y ese salto de consumo justifica que haya recibido el valor que se le aplicó. Comparado con la factura anterior, esta misma hostería consumió 8.000 metros cúbicos y pagó cerca de 100 mil pesos. Los pesos son llamativos pero están asociados a consumo y hubo un 50% más de consumo entre la factura anterior y la actual”, afirmó.
Retiro de medidores
Consultado acerca de si, en caso de que no se pueda pagar esa factura, Camuzzi va a empezar a retirar medidores. “Yo no puedo hacer juicios de valor sobre cosas futuras que no sabemos si van a ocurrir. Los datos nos están demostrando que, por lo menos en los usuarios residenciales, hay un enorme compromiso y las facturas se están abonando en los mismos niveles que se abonaban históricamente. Las facturas comerciales de otras provincias se están pagando y hay un correlato de consumo asociado a los nuevos precios. En el caso de la hostería, del monto de enero, casi 60 mil pesos se aportan al fondo fiduciario de la zona fría. Estos elementos que antes eran imperceptibles ahora cobran sentido”, manifestó.
“Nosotros operamos desde Buenos Aires hasta Tierra del Fuego, media Argentina está dentro del área de concesión de Camuzzi, y observamos que en el ámbito de la provincia de Buenos Aires los usuarios de la tarifa social 2023 han consumido un 25% más que en 2022. Cuando la factura empieza a perder un norte en términos económicos, producto de congelamientos tarifarios, también se deja de percibir el valor de esa energía. No hablo de Tierra del Fuego porque hay una condición climática que hace que se deba consumir gas natural. Cuando las cosas cuestan muy poco, que era lo que pasaba en todo el país, hay una tendencia a consumir un poco más o no cuidar el consumo, y tenemos una problemática de abastecimiento en toda la Argentina”, remarcó.
Aumentos suspendidos
Finalmente recordó que “el Ministro de Economía ha manifestado que no hay aumentos previstos para los próximos meses. Oficialmente a partir de mayo debería haber regido un precio de gas invierno. Eso ya está suspendido y hay una normativa que nos lo dice a todas las distribuidoras, por lo que se van a seguir aplicando los cuadros tarifarios de abril”.