El presidente de la fundación Ushuaia XXI cuestionó que, de un día para otro, el Concejo Deliberante haya decidido prohibir la circulación de micros de gran porte por el centro de Ushuaia. Planteó que se está atacando a un sector con el objetivo de mejorar el tránsito, pero no se evaluó el impacto negativo en el turismo, que es el motor de desarrollo de la ciudad. Advirtió que, de no haber micros de gran porte, los pasajeros transportados se van a dividir en vehículos menores e igualmente esto va a impactar en el tránsito vehicular. “Las veces que los micros generan un embotellamiento sobre las calles céntricas, siempre se relaciona con algún vehículo que está mal estacionado”, aseguró, y marcó la necesidad de debatir alternativas con todos los sectores involucrados. Si bien el proyecto lo presentó el oficialismo, confió en que reflexione el Ejecutivo y proceda a vetar la ordenanza.
Río Grande.- El titular de la fundación Ushuaia XXI, Julio Lovece, fue consultado en el programa ‘Buscando el Equilibrio’ por Radio Provincia sobre la ordenanza aprobada por el Concejo Deliberante que prohíbe el ingreso de colectivos de gran porte al centro de la ciudad, entre los que se cuentan los colectivos que transportan turistas. “Para todos nosotros fue una sorpresa y fue algo totalmente inconsulto. Fue aprobado sobre tablas y de un día para el otro nos enteramos de que se prohibía el ingreso de ómnibus de turismo en el casco histórico de la ciudad, desde la calle Guaraní hasta Yaganes y desde Magallanes, Campos, Deloqui y San Martín, que es lo que se considera el casco céntrico de la ciudad”, dijo.
“Como fue algo inconsulto, para nosotros el argumento no está claro, aunque no somos tontos. El movimiento de los micros de turismo es incómodo, porque son micros para 40 pasajeros y, cuando tienen que llevar turistas para alojarlos en los hoteles del centro, o levantarlos para llevarlos al aeropuerto, obviamente eso genera movimiento sobre las calles de Ushuaia, que son bastante angostas”, observó.
“Yo he sido mucho tiempo guía de turismo y sé lo que es recibir a 60 personas en el aeropuerto y llevarlos al alojamiento que han contratado. No es una tarea fácil ni algo que se solucione en forma inmediata. Las veces que los micros generan un embotellamiento sobre las calles céntricas, siempre se relaciona con algún vehículo que está mal estacionado, tanto sobre una ochava, o en doble fila. No son conflictos que se generen todos los días, pero es común verlos en temporada alta”, sostuvo.
“Lo que deberían hacer los concejales es ir al aeropuerto, subirse a un movimiento de estas características como para entenderlo, porque no es fácil de solucionar. Si se me impide subir 40 personas a un vehículo porque no las voy a poder llevar por el casco histórico de la ciudad, tendré que contratar dos o tres pequeños ómnibus de un máximo de 20 pasajeros. Eso significa pensar en tres o cuatro choferes y guías, que deben hablar más de un idioma y no es fácil conseguirlo. Además debe haber lugar para el equipaje, porque 40 personas son 40 valijas y habría que contar con otro vehículo para el equipaje. En lugar de un micro con 40 pasajeros que estaciona frente a un hotel, van a tener tres combis que van a ocupar más espacio sobre ese sector”, aseguró.
Taxativamente expresó que “no es la solución esta ordenanza. Todos saben que el turismo que recibimos principalmente en la temporada estival, es un turismo de gente mayor, que no puede caminar dos cuadras en subida con su valija. En todas las ciudades del mundo con problemas similares al nuestro, la primera medida fue contar con un mejor transporte público, para desalentar el uso del vehículo particular. En algún momento hay que desalentar el uso del auto particular especialmente para los que van a trabajar al centro, donde tenemos siete escuelas en seis manzanas. Hay que mejorar el transporte público para que a la gente le convenga más que ir en auto. Cualquier ciudad del mundo propicia lo colectivo antes que lo individual y los concejales con esto están pensando exactamente al revés: priorizan lo individual en contra de lo colectivo”, criticó.
“El problema del caos vehicular en el centro de Ushuaia no se soluciona con la inexistencia de micros grandes. El caos va a seguir, porque no hay playa para estacionar, no tenemos una terminal ni una estación de transferencia de pasajeros. Los concejales deberían dar una vuelta de rosca y pensar realmente en el futuro y en qué tipo de ciudad queremos vivir”, instó.
“No descartamos que en algún momento haya que pensar en vehículos de turismo más aptos para circular en Ushuaia, pero debería haber un tiempo prudencial para que los empresarios se puedan preparar, en lugar de sacar una ordenanza de un día para otro prohibiendo la circulación de estos micros”, reclamó.
Vinculado con el caos vehicular de la capital fueguina, manifestó que “la mayoría de los edificios que se están construyendo tienen excepciones, entre ellas no se los obliga a construir playas de estacionamiento al menos para las personas que van a vivir en el edificio. Esto va a generar un caos cada vez más grande, porque Ushuaia se está llenando de edificios públicos y privados en el centro. Hay muchas alternativas y los concejales deberían empaparse de esas alternativas, porque hay muchos terrenos baldíos en el casco céntrico que podrían transformarse en estacionamientos. Pueden hacer un acuerdo con los propietarios para que sea beneficioso para ambas partes”, aportó como opción.
“No nos oponemos a que Ushuaia siga creciendo y a que se construyan edificios, porque son cuestiones inevitables, el tema es no lesionar la calidad de vida de los que vivimos en la ciudad. Si tenemos una ciudad turística, la solución no puede ser atacar a un solo sector. Debería haber un poco más de equidad y de responsabilidad, y pensar que el turista está dejando plata en la ciudad y merece por lo menos cierto respeto. Si no, le podríamos decir a los concejales que la solución sería no recibir más turistas, con lo cual se van a fundir los hoteles, los restaurantes, varios comercios, y no es la solución para tener un tránsito más fluido”, sentenció.
“La Cámara de Turismo también se ha expresado en contra de esta ordenanza y tenemos la esperanza de que va a haber un poco de razonamiento de parte del Ejecutivo municipal para vetar esta ordenanza. Debería conformarse un grupo con todas las partes involucradas para buscar soluciones en conjunto. Si vamos a corregir este tipo de distorsiones, me parece injusto comenzar por el turismo”, insistió.
“Este tipo de medidas se tienen que tomar con anticipación, luego de haber consultado a todas las partes involucradas, y no como una decisión política que lo único que hace es generar un estado de injusticia para un sector, en beneficio de otro al que tampoco le vamos a solucionar el problema. El problema del caos lo vamos a seguir teniendo y el problema de estacionamiento también”, advirtió.
Esperando el veto
Si bien la ordenanza fue promovida por el oficialismo, confió en que “el revuelo que se armó con esta medida quizás haga reflexionar al Ejecutivo y dé marcha atrás con el proyecto. No sería la primera vez que una autoridad demuestre madurez política, vete la ordenanza y hable con las cámaras involucradas, con los otros transportistas, para ver cómo solucionamos este tema. También hay que darle tiempo a los empresarios para que vayan adaptando su flota de transporte a otra política, porque no se puede cambiar de un día para otro. En el momento económico y político que estamos viviendo en el país, la actividad turística en lugares como el nuestro se transforma en una especie de salvavidas. Es una de las pocas actividades que prometen algo de movimiento económico, de ingreso de divisas. En este momento se le ocurre a los concejales ponerse en contra de la actividad turística, y realmente no lo puedo creer. Están a tiempo de dar marcha atrás y analizar las cosas como deben ser analizadas”.
Reforma constitucional
Por otra parte se le pidió opinión sobre la reforma constitucional. “Se intenta reformar la letra de algo que todavía no se ha terminado de cumplir. Hasta hace pocos años vendían a nuestra Constitución como un modelo a nivel nacional y parece ser que en este último año, si no la modificamos, no podemos seguir viviendo. Se habla tanto de modificar y ni siquiera sabemos qué es lo que se quiere modificar, aunque sospechamos qué hay detrás de todo esto. Me genera algo de temor este tema y además en la instancia en la que estamos viviendo, con mucha presión del poder económico, de las corporaciones, los recursos naturales se presentan como una salvación y se insinúa una explotación mucho más laxa”, concluyó.