Desde la Asociación Mane´kenk les decimos No a las Salmoneras

El director del Centro Ecocéanos, Juan Carlos Cárdenas Nuñez, abordó la situación de la industria salmonera en Chile, industria que ha estado en constante expansión durante más de 30 años, tanto a nivel territorial como productivo. Esta evolución es crucial para anticipar posibles desarrollos similares en Argentina, especialmente en Tierra del Fuego. Recordó que “cuando la mega industria salmonera internacional llegó a Chile en la década de 1980, lo hizo con tres promesas fundamentales: proteger el medio marino, solucionar problemas de hambre y malnutrición, y establecer altos estándares laborales y sociales. Sin embargo, tras 44 años, ninguna de estas promesas se ha cumplido”.

Ushuaia.- En dialogo con Radio Provincia, el director del Centro Ecocéanos, Juan Carlos Cárdenas Nuñez, se refirió a la posible instalacion de salmoneras en Tierra del Fuego.

“Cuando la mega industria salmonera internacional llegó a Chile en la década de 1980, lo hizo con tres promesas fundamentales: proteger el medio marino, solucionar problemas de hambre y malnutrición, y establecer altos estándares laborales y sociales. Sin embargo, tras 44 años, ninguna de estas promesas se ha cumplido”, dijo Cárdenas Nuñez.

 

Impacto Ambiental y Social

 

La producción salmonera ha crecido un 3,600% entre 1990 y 2022, lo que ha generado un impacto significativo en el medio ambiente y en las comunidades locales. Para producir una tonelada de salmón, se requieren tres toneladas de peces silvestres, lo que ha llevado a la sobreexplotación de diversas especies marinas. Actualmente, el 56% de las pesquerías chilenas están sobreexplotadas o colapsadas, afectando también a la pesca artesanal.

 

Seguridad Alimentaria y Exportaciones

 

Más del 80% de la producción de salmón se exporta, principalmente a Estados Unidos y Asia, sin contribuir significativamente a la seguridad alimentaria nacional. Chile, uno de los principales países pesqueros del mundo, tiene un consumo per cápita de pescado muy bajo, con apenas 13 kilos por habitante al año, por debajo del promedio mundial de 20 kilos. Esto evidencia que la industria salmonera no está destinada a alimentar a la población local, sino a satisfacer la demanda de mercados internacionales.

 

Condiciones Laborales

 

En términos laborales, Chile presenta las jornadas laborales más extensas y los salarios más bajos de la industria salmonera a nivel global. Con jornadas de 12 a 14 horas y sueldos promedio de 600 dólares mensuales, los trabajadores enfrentan altas tasas de infeccionalidad laboral y un bajo nivel de sindicalización. Desde 2003, se han registrado 82 muertes de trabajadores en esta industria.

 

Relaciones con otras Industrias y Fondos Internacionales

 

La industria salmonera está estrechamente vinculada con el sistema financiero internacional, especialmente con bancos noruegos y daneses, que proporcionan el respaldo financiero necesario para su expansión. Además, tiene fuertes lazos con la industria farmacéutica internacional debido al uso intensivo de antibióticos y químicos en la producción de salmón. También está conectada con la industria de transporte aéreo, naviero y terrestre, así como con las transnacionales de la alimentación animal. Esta red de relaciones hace casi imposible enfrentarse a los intereses económicos que la sustentan.

 

Poder y Control de la Industria

 

La industria salmonera en Chile opera casi como un estado dentro de otro estado, con un control significativo sobre territorios, comunidades y autoridades locales. En 2022, las exportaciones de salmón generaron 6.6 mil millones de dólares, consolidando su poder económico y político. Este poder ha permitido a la industria bloquear leyes regulatorias y promover su expansión hacia nuevas áreas como la Patagonia. Este fenómeno plantea serias cuestiones de soberanía, ya que la influencia de estas empresas multinacionales puede superar la del propio estado, comprometiendo la gobernanza y el control territorial.

 

Corrupción e Influencia de Empresas Multinacionales

 

La industria salmonera también se ha visto envuelta en prácticas de corrupción política, utilizando su poder económico para influir en decisiones gubernamentales y evitar regulaciones ambientales y sociales. Funcionarios y políticos locales a menudo terminan trabajando para la industria, lo que fortalece su influencia y capacidad para operar con mínimas restricciones. Este patrón de corrupción y cooptación de autoridades es alarmante y destaca la necesidad de una vigilancia y regulación más estrictas.

 

Perspectiva Binacional y Expansión en Argentina

 

La expansión potencial de la salmonicultura en Tierra del Fuego, Argentina, es una preocupación binacional debido a los ecosistemas frágiles y la alta biodiversidad del Canal Beagle. La entrada de capitales noruegos, chinos y japoneses en Argentina para este fin plantea riesgos similares a los observados en Chile, incluyendo la destrucción ambiental y la corrupción política. Es crucial que ambos países trabajen juntos para enfrentar estos desafíos y proteger sus ecosistemas compartidos.

La experiencia chilena con la salmonicultura debe servir de advertencia para Argentina. La expansión de esta industria trae consigo graves impactos ambientales, sociales y laborales. Es crucial que se tomen medidas preventivas para proteger los ecosistemas y las comunidades locales antes de permitir la instalación de la industria salmonera en nuevas regiones. Este es un tema de importancia binacional que requiere un enfoque conjunto y coordinado entre Chile y Argentina para salvaguardar la soberanía y el bienestar de sus territorios y poblaciones.

 

 

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