Referentes de cámaras de distintas provincias advierten que gran parte de la caída de las ventas se debe a la pérdida del poder adquisitivo de los salarios.
Buenos Aires.- La actividad comercial no encuentra piso y no deja de generar preocupación, tanto en el norte argentino como el sur de país. En Salta advierten que «si no hay un repunte, habrá despidos»; en Santiago del Estero «hay cambios de precios dos veces por semana y nadie compra»; y en Río Negro se señala que hay cierres de comercios, mientras crece la informalidad. Los datos surgen en un contexto harto complicado que se reflejó en el dato que dio a conocer la Cámara Argentina de Comercio (CAC), que advirtió que el consumo volvió a caer en junio.
En Salta, el escenario es de alta complejidad y lo reconoció Miriam Guzmán, tesorera de la Cámara de Pequeños y Medianos Empresarios de esa provincia, quien informó que desde enero tuvieron que cerrar un 20% de pequeños y medianos empresarios por la caída de las ventas, lo que se tradujo en una «pérdida significativa de puestos de trabajo». En relación a medidas que adoptó el Gobierno para amortiguar los efectos de la crisis, señaló que «‘a priori’ ninguna de sus decisiones benefició a las PyMEs porque todos los anuncios se basaron en las exenciones de impuestos para las multinacionales y las extranjeras, mientras que a las nacionales se les subió el Impuesto País en un 12,5%».
El secretario gremial del Sindicato de Empleados de Comercio de Salta, Ángel Ortiz, coincidió con este análisis y agregó que las fuentes de trabajo perdidas no se podrán recuperar porque no hay nuevas ofertas laborales y que las existentes ya empiezan a correr riesgo porque se sigue debilitando el tejido empresarial y comercial ante la pérdida de ventas y aumento de los costos. «Sabemos, de acuerdo a lo que ha expresado por la Cámara de Comercio y otras organizaciones como Comerciantes Unidos, que entre 200 y 300 pequeñas pymes tuvieron que cerrar en el último tiempo», indicó.
En Jujuy, la situación es similar. Alejandro Bustamante, de la Cámara de Comercio, señaló que se trabaja para mantener abiertas las puertas de los comercios. «Atravesamos una situación compleja, venimos sosteniendo una recesión importante acompañado de una suba desmesurada de impuestos y servicios de modo que, si no hay una pronta reactivación, vamos a estar más complicados», describió. Y en relación a los rubros comerciales más afectados, advirtió que «en general, se coincide en una caída interanual de entre el 25% y 30%, es una baja importante. Mientras tanto, todos estamos sosteniendo la actividad a la espera de que haya un repunte». Esa recuperación, aunque corta, podría darse de la mano de las ventas por el Día de las Infancias del próximo 18 de agosto.
Consideró Bustamante, de la mesa directiva de la Cámara de Comercio jujeña, que urge que se recupere el poder adquisitivo de los asalariados. «Es necesario que haya una adecuación de los salarios a los porcentajes de inflación ya que la gente perdió tanto, que directamente compra lo indispensable y evita hacer otros gastos; necesitamos que los trabajadores recuperen sus sueldos para que se mueva el comercio», dijo.
En Santiago del Estero también se encendieron las alertas amarillas. Carolina Ferreyra, Gerente de la Cámara de Comercio provincial, manifestó que en el sector muy preocupados. «Conocemos la realidad y lamentablemente, muchos han tenido que desvincular personal y bajar la carga horaria laboral. No hay ventas, no hay clientes y por ende, no hay a quien vender y es complica la situación», expresó. Destacó que el único dato alentador es que se redujo la presión inflacionaria pero, de igual modo, «hay cambios de precios dos veces por semana».
Estos datos de las provincias son los que alimentaron el último informe de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), que señaló que el consumo en junio cayó casi un 10% anual y poco más del 3% en comparación a mayo. También, durante el primer semestre, el consumo de los hogares cayó un 5,3% interanual, siendo recreación e indumentaria los sectores con las caídas más importantes. Entre las razones, la CAC remarcó que obedece a la depresión de los ingresos en los hogares durante ese período. Indumentaria y calzado fueron los rubros de mayor derrumbe, en el orden de un 26% interanual, aunque los gastos en recreación y cultura bajaron 33,7%. «Ambas bajas se producen por la postergación de consumos no fundamentales a raíz de una caída del ingreso real de los hogares», sostuvo la cámara.
Qué pasa con la actividad comercial en el sur del país
En Río Negro la actividad comercial tampoco arranca. José Luis Bunter, presidente de la Cámara de Comercio de Cipolletti, una de las ciudades de mayor peso en la provincia, señaló que la situación es crítica. «Han cerrado muchos comercios y lo grave es que se pasaron a la informalidad, lo que afecta la competencia y genera vacíos para su regulación y la capacidad de los organismos estatales para hacer un seguimiento adecuado», sostuvo. Para el empresario, la actividad comercial también se vio afectada por un aumento significativo de los costos operativos, de los alquileres y de las tarifas de servicios básicos, como la luz y el gas. «Esta combinación de factores ha llevado a muchos a la quiebra o al cierre temporal de sus negocios», advirtió.
Más al sur, Miriam Giorgia, de la Federación Económica de Santa Cruz, indicó que las dificultades que enfrentan los comerciantes locales son equivalentes a las de una recesión. «No estamos bien porque hay una baja de consumo que se viene marcando desde hace rato y está llevando al cierre de numerosos comercios, cambios de rubro y a la reducción de personal», detalló. «Si bien el comerciante tiene siempre una impronta para salir a remarla todo el tiempo, hoy estamos remando en dulce de leche, pero repostero», dijo. «Todo el tiempo estamos tratando de surgir con acciones propias; como buenos emprendedores, queremos salir adelante, y no quedarnos con la queja, sino pelearla», dijo.