Desde el 28 de agosto se encuentra abierta en la Casa de la Cultura de Río Grande la muestra “El hambre no es chiste”, con entrada libre y gratuita. Apunta a visibilizar la realidad desde el lado del humor crítico y el objetivo es “no ocultar el drama, denunciar la desidia, reclamar la conciencia colectiva y la responsabilidad del Estado en su solución”.
Río Grande.- La Asociación del Personal de los Organismos de Control (APOC) seccional Tierra del Fuego organizó la décima muestra de arte denominada “El hambre no es chiste”, en la que se exponen trabajos de 27 humoristas caricaturistas argentinos que han plasmado su arte “con el objetivo de demostrar la realidad que nos preocupa donde el objetivo es no ocultar el drama, denunciar la desidia, reclamar la conciencia colectiva y la responsabilidad del Estado en su solución”, dijo Valeria Regueiro.
La apertura se llevó a cabo el día 28 de Agosto en instalaciones de la Casa de la Cultura y estará disponible durante 30 días, de Lunes a Viernes de 10 a 17 horas.
“Esta es la décima muestra de humor gráfico que hace la APOC, sobre una idea original de Hugo Quintana. Se apunta a hablar sobre el flagelo del hambre en toda Latinoamérica, compartir con distintos expositores. La entrada es libre y gratuita y la muestra va a estar hasta fines de septiembre. Son 27 caricaturistas argentinos que dibujaron para APOC sobre la temática del hambre, y son 36 los cuadros que están expuestos. Inauguramos la muestra en Río Grande, para toda la provincia, y más adelante veremos si lo vamos a trasladar a Ushuaia. En cada provincia de Argentina y en cada país de Latinoamérica se exhibe la misma muestra, con los mismos cuadros”, dijo Regueiro por Radio Provincia.
“La muestra apunta a interpelar a todos los actores sociales, políticos, sindicales y comunidad en general, para que de una vez por todas eliminemos el hambre, porque somos el granero del mundo y tenemos comida para todos. No puede ser que todavía tengamos desnutrición infantil y que la pobreza siga avanzando. Hay que cambiar un poco las políticas públicas para cambiar esta realidad que nos está avasallando”, expresó.
Respecto de la reacción del público, dijo que “es una muestra interesante y aborda con humor la realidad de la que nos cuesta hablar. Hablar del hambre es muy cruel, más cuando vemos a gente que está pasando necesidades concretas. El material que trajimos es muy bueno para las escuelas, para grupos de estudiantes, para que puedan conocer otras realidades. La participación es variada y vamos a hacer más difusión en las escuelas para que se puedan acercar a la Casa de la Cultura. El Municipio de Río Grande, apenas pedimos el espacio, nos ofreció la Casa de la Cultura y siempre hemos tenido apoyo. Estamos agradecidos de que el Municipio de Río Grande nos abra las puertas”, dijo.
En cuando al ideólogo de esta muestra, indicó que “Hugo Quintana siempre fue muy crítico con respecto a la miseria y cómo el hambre va creciendo en la Argentina. Es muy crítico hacia el poder político y esa es la enseñanza que nos va mostrando a los dirigentes de APOC. Son temas de los que nadie quiere hablar, pero alguien lo tiene que hacer”.
Finalmente se la consultó sobre su situación dentro de la Sindicatura. “Este tema está en la justicia, que en algún momento lo va a resolver. El control en la Argentina en general es nulo. Nadie quiere que lo controlen. Hoy el control va dirigido según cómo levanta la mano el político. Nunca me sentí acompañada. Yo sigo hacia adelante porque conozco mi objetivo y la clase de persona que soy, y mi palabra tiene credibilidad. Tuve acompañamiento de muy pocos sindicatos estatales y de los privados ninguno, como la CGT. Si el sindicalismo no cambia, va a la extinción, y eso lo planteé inclusive en mi sindicato. Si no cambiamos la forma de hacer sindicalismo, nos vamos a extinguir. Hoy los sindicatos no tienen representatividad ni credibilidad ante el grupo de trabajadores. Inclusive los mismos trabajadores se afilian porque, si no están afiliados al sindicato, no cambian de grado, no pueden pedir determinada cosa. Lo hacen porque son esclavos y llegamos al punto de que el trabajador es echado del sindicato. La juventud ya habla otro idioma y no entiende el sindicalismo ni les interesa. Si no cambiamos a los sindicalistas, el sindicalismo va a desaparecer”, concluyó.