El presidente de la Fundación Siglo XXI, Julio Lovece, se refirió a la inclusión en el presupuesto nacional de la construcción de una base naval y consideró que una base logística antártica permitiría captar el flujo de navegaciones que van y vienen del continente blanco, pero expresó su temor en caso de que se incluya a un país extranjero. “Nos pondría en el mapa de los conflictos que hoy está viviendo el mundo, entre Estados Unidos y Rusia, y potencialmente China”, advirtió. Urbanísticamente el traslado de la actual base liberaría varias hectáreas en el centro neurálgico de Ushuaia y eso lo evaluó como positivo. También opinó sobre la modificación que analiza la Legislatura sobre la prohibición de salmoneras y “la verdad que preocupa porque era un debate que ya estaba agotado”. Para Lovece no se pueden cambiar las reglas de juego por el interés de un empresario en particular.
Río Grande.- El presidente de la Fundación Siglo XXI, Julio Lovece, fue consultado en el programa ‘Buscando el Equilibrio’ por Radio Provincia sobre la inclusión en el presupuesto nacional de una partida para la construcción de una base naval en Ushuaia. “Este es un proyecto bastante viejo y en lo que a mí respecta siempre fue tomado como una buena noticia. Tener una base logística antártica que permita entre otras cosas captar el flujo de navegaciones que van y vienen de la Antártida, convertiría a nuestra ciudad en un punto mucho más estratégico. En lo particular siempre me pareció un excelente proyecto”, dijo.
No obstante advirtió que “con la llegada de este gobierno se ha sumado una cuestión ideológica que me genera muchas dudas, como el hecho de sumar a Estados Unidos en un proyecto que nos pondría en el mapa de los conflictos que hoy está viviendo el mundo, entre Estados Unidos y Rusia, y potencialmente China. Sumar a un país extranjero, sea Estados Unidos, sea China, Rusia o quien sea, me genera ciertas dudas y cierto temor”.
“Nunca ha existido abundante información respecto de las características de la base. Si bien no está definido cuál sería el lugar que se le asignaría, entendemos que, al tratarse de la península de Ushuaia, ayudaría a liberar un paredón que ha quedado en pleno centro de la ciudad, que es la Base Naval Almirante Berisso, porque todo el sector militar se mudaría a un espacio nuevo en la península de Ushuaia. Si esto es así, no deja de ser una buena noticia, porque todas esas tierras pasarían a ser parte de la urbanización de Ushuaia y en todo caso restaría después un debate más profundo sobre el destino que le daríamos a ese sector, sin cometer las desprolijidades que se están cometiendo en otros sectores. Tendríamos la oportunidad de disponer de varias hectáreas para el crecimiento urbano, bajo premisas diferentes a las actuales, como prever espacios públicos a los que no se les cambie después el uso, de espacios verdes, respetando el sector del bosque sobre la margen que da a la Avenida Héroes de Malvinas. Ese sector podría ser el centro estratégico de una ciudad que está bastante colapsada”, destacó.
Respecto de la inversión de Mirgor de 28 millones de dólares para el puerto de Ushuaia, indicó que “las inversiones privadas, en tanto sean destinadas a obras estratégicas, siempre me resultan positivas. Cualquier inversión que se haga y permita descongestionar la zona portuaria que está totalmente colapsada, es bienvenida, porque permitiría dividir el uso del actual puerto dejando el puerto actual para el turismo y disponer de un nuevo puerto. Se ha hablado de otros proyectos, como una estación terminal portuaria, que reforzaría la idea de que el puerto actual sea pesquero y casi netamente turístico. Son obras que se pueden tomar de forma positiva. Es importante que todos los fueguinos estemos informados sobre el alcance de estas obras”, manifestó.
Legislatura y salmoneras
Por otra parte se lo consultó sobre el debate abierto en la Legislatura sobre la ley que prohíbe las salmoneras. “La verdad es que preocupa, porque era un debate que ya estaba agotado. Me preocupa cuando se cambian las reglas de juego en función de la demanda de algún empresario en particular. Si la población en su momento apoyó una ley que regula la actividad poniendo límites a un modelo que debería estar agotado y genera daño ambiental y social, volver a debatir eso en función de la demanda individual me parece altamente negativo, porque además esto generaría antecedentes terribles. Con ese criterio, cualquier adinerado de nuestro país o del mundo puede venir y pedir que cambien las leyes en función de cualquier emprendimiento que quieran realizar en nuestra provincia, aunque ese emprendimiento genere perjuicios. Realmente me parece negativo y ojalá haya un poco de cordura de parte de los legisladores y echen atrás este proyecto de derogar la ley para cambiarla por otra que se adapte a las pretensiones de un empresario”, expresó.
Ante el modelo chileno de explotación, consideró que “cada país tiene el derecho de elegir cuál es el modelo de desarrollo que quiere llevar a cabo. Yo soy de los que creen que no todo lo que crece es desarrollo y no todo lo que genera recursos y daños por el otro lado puede ser tomado como desarrollo. Nosotros vamos a tener que decidir en Tierra del Fuego con qué queremos abastecer al mundo y con qué no. Cualquier desarrollo debe respetar lo que ya está asentado, el turismo ha generado una inversión fenomenal en Ushuaia y, si vamos a incentivar nuevas inversiones que puedan perjudicar a las que ya están instaladas, me parece una verdadera burrada. No estamos obligados a abastecer de todo, no estamos obligados a desarrollar todo tipo de iniciativa que se le ocurra a cualquier persona del país. Así como en algún momento hemos decidido que no puede haber desarrollo nuclear en nuestra provincia, se deben seguir las reglas de juego que ya están impuestas y no se pueden cambiar de acuerdo a los caprichos o los anhelos de cualquier empresario en forma individual. Hay que actuar con madurez en ese sentido y entender que a veces hay que decir que no”, instó.
Compra de Arakur
Finalmente se refirió a la compra de Tolkeyén por parte de Arakur y a la intención de realizar cabalgatas en un sector. “Yo he tomado con agrado que la misma empresa que tiene el Arakur compre Tolkeyén, porque es un hotel que estaba parado y prácticamente cerrado. Siempre he tomado como una buena noticia que el empresario fueguino vaya sumando inversiones en la misma provincia”.
Respecto del convenio que ha firmado Arakur con el municipio, dijo que “le permite tener el manejo de una determinada cantidad de hectáreas del hotel donde se realizan caminatas, que están habilitadas para toda la población, no solamente para los pasajeros que se alojan en el hotel. Esto implica cumplir con determinado comportamiento, como no hacer fuego en determinado lugar, no entrar con cuatriciclos a romper todo, no hacer lo que se le ocurra por ser un sector público. Ese comportamiento debería estar vedado en cualquier parte de la provincia y en cualquier sector que implique cuidar el paisaje y el medioambiente. A veces la gente cree que porque un sector es público tiene derecho a hacer lo que se le ocurra. No conozco los detalles del convenio pero lo veo como un aspecto positivo, porque hasta ahora la empresa ha demostrado responsabilidad respecto del manejo de lo que ya tiene”.
“Con respecto al tema de los usos, se debería exigir un plan de manejo y un estudio de impacto, e inhibir las actividades para que todas juntas no generen un daño o no generen un malestar entre aquellos que están haciendo trekking y los que están haciendo cabalgatas. No tengo nada en contra de las cabalgatas, siempre que se desarrollen en un sector que no perjudique a otro. Deberían dividirse las actividades para que los que hacen cabalgatas no perjudiquen a los que están haciendo trekking. Eso no significa que los caballos puedan entrar y hacer lo que se les ocurra”, concluyó.