En Tierra del Fuego, el gasto promedio en supermercados es de $115.898 por habitante

Un informe del Indec revela grandes disparidades en el consumo por región, motivadas por variaciones en los ingresos y en el costo de vida. En algunas provincias, comprar en el supermercado puede costar hasta 10 veces más que en otras. Además de Tierra del Fuego hay otras dos provincias que superan la barrera de los $100.000 de gastos mensuales por habitante en los supermercados. Una es Santa Cruz ($103.941) y la otra Neuquén ($104.657).

Río Grande.- Así como la geografía argentina ofrece una enorme diversidad de climas y paisajes, a lo largo y ancho del país se pueden encontrar realidades económicas muy diferentes. Según un estudio presentado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), hay provincias en las que se gasta hasta 10 veces más que en otras en los supermercados.

De acuerdo con el informe, en Santiago del Estero se gastan en promedio $9.404 por habitante en el transcurso de un mes, mientras que en Tierra del Fuego sus habitantes tienen un gasto promedio per cápita de $115.898 en los supermercados de esa provincia. Dicho de otra forma, en el sur de invierte diez veces más que en el norte en la compra de insumos de primera necesidad.

En gran medida, esta diferencia se atribuye a las diferencias de precios. Es un hecho que el costo de vida en el sur es sustancialmente más caro que en el resto del país, por lo que es lógico que el ticket promedio sea también mucho más caro. Sin embargo, se debe tener en cuenta también que en Tierra del Fuego los asalariados ganan 2,1 veces lo que perciben los trabajadores santiagueños. Según estadísticas publicadas por la Secretaría de Trabajo, a mediados de año los trabajadores de Santiago del Estero percibían unos $673.085 brutos, contra $1.420.483 de los habitantes de los fueguinos.

 

Las ventas por habitante

 

Además de Tierra del Fuego, hay otras dos provincias que superan la barrera de los $100.000 de gastos mensuales por habitante en los supermercados de sus respectivas provincias. Una es Santa Cruz ($103.941) y la otra Neuquén ($104.657), ambas patagónicas y ambas provincias petroleras.

Más abajo aparece la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), con un valor de $93.030 por habitante. Bastante más abajo figuran Río Negro ($80.100) y Chubut ($76.066).

En el otro extremo aparecen provincias con una realidad muy distinta. Además de Tierra del Fuego, figuran entre los puestos más bajos del ranking las provincias de Chaco ($11.693), Formosa ($13.191), Tucumán ($13.797) y Corrientes ($14.700), entre otras.

Este panorama de contrastes no solo refleja las diferencias en los niveles de ingresos y los costos de vida entre las regiones, sino también las estructuras económicas particulares de cada provincia. En jurisdicciones como Tierra del Fuego, Santa Cruz y Neuquén, el desarrollo de industrias de alto valor agregado, como la energía y la tecnología, ha impulsado salarios más altos y un mayor poder adquisitivo para sus habitantes. Esto permite un mayor gasto per cápita en supermercados y otros bienes de consumo, generando una dinámica de consumo mucho más robusta que en las provincias del norte.

Por el contrario, en provincias con menores niveles de gasto, como Santiago del Estero, Chaco o Formosa, la actividad económica depende en gran medida de sectores de menor remuneración, como la agricultura y el empleo público. Esto limita las posibilidades de consumo y afecta la economía local, ya que el menor gasto en supermercados suele ser un reflejo de restricciones en el poder de compra.

Expertos sostienen que esta disparidad económica entre las provincias afecta no solo el nivel de consumo, sino también el acceso a bienes y servicios esensus habitantes tienen un gasto promedio per cápita de $115.898 en los supermercados de esa provincia. Dicho de otra forma, en el sur se invierte diez veces más que en el norte en la compra de insumos de primera necesidad. ndice de pobreza en La Patagonia es de 49,1%. Si bien se trata de un número alarmante, es el más bajo del país y es considerablemente menor que el nivel de pobreza que se encuentra por ejemplo en el Noreste (62,9%).

 

 

 

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