Fueron tres aeronaves que aterrizaron el viernes en Río de Janeiro. La Cancillería emitió un comunicado señalando “preocupación” y envió una nota a la Embajada de Londres en Argentina.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de la Nación señaló su “preocupación” tras el aterrizaje en Brasil de tres aeronaves cazas Eurofighter Typhoon, que pertenecen a la Real Fuerza Aérea Británica (RAF).
“La República Argentina expresa su preocupación por los recientes aterrizajes de aeronaves militares británicas en países vecinos y ha solicitado informes a las autoridades pertinentes”, sostuvo al comunicado que difundió anoche a última hora la Cancillería. La posición del Gobierno se enmarca en la histórica disputa con el Reino Unido por la soberanía de las Islas Malvinas.
La información se conoció el 8 de noviembre a través de medios brasileños especializados en temas aeronavales. La Cancillería analizó la situación y decidió remitir ayer una nota a la Embajada del Reino Unido en Buenos Aires. En ese sentido, en el comunicado, el Gobierno “reafirma sus imprescriptibles derechos de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, y su compromiso con una solución pacífica al diferendo con” el Reino Unido.
Según pudo conocer Infobae, un grupo de cinco aeronaves de la Fuerza Aérea británica aterrizó el viernes en el Aeropuerto Galeão de Río de Janeiro. Conforme informaron fuentes diplomáticas al tanto de la situación, el Gobierno británico deslizó que se trató de un “aterrizaje de emergencia”. Aunque no se ofrecieron más detalles, se supo que se trataba de caza en tránsito “desde o hacia las Islas Malvinas”. Eso alertó la Casa Rosada.
Argentina considera que se trata de aeronaves que se destinan al sostenimiento de la ocupación ilegal de las Malvinas. Y hace el reclamo diplomático cuando se trata de aviones o naves británicas que se sirven del uso de puertos o aeropuertos que se dirigen hacia o desde las Islas Malvinas. Por eso, al conocer sobre los aterrizajes de los caza británicos en Río de Janeiro, la Cancillería encendió alarmas.
La información tuvo una particularidad, como agravante de la alerta. El aterrizaje de las aeronaves en Brasil se dio un día antes de que el ministro de las Fuerzas Armadas británico, Luke Pollard, visitara las Malvinas. Según supo este medio, el funcionario estuvo en las Islas entre el 9 y el 11 de noviembre. “Hice una parada ayer mientras me dirigía a visitar las Islas Malvinas y me reuní con el comandante de la base Royal Air Force y el personal para aprender sobre las operaciones militares y el trabajo de sostenibilidad de la isla”, publicó el sábado en su cuenta oficial de X el ministro inglés.
Este despliegue de la fuerza aérea británica, tanto en territorio insular argentino como en un país vecino, representa para Argentina una alarma. Por eso, la Cancillería afirmó que los vuelos militares británicos en América del Sur ratifican la presencia británica y activan el reclamo del Gobierno argentino.
El Gobierno asume que estos aviones están destinados a reforzar la ocupación ilegal de las islas. La Cancillería insistió con el reclamo sobre el “derecho soberano” sobre las islas del Atlántico Sur y pidió al Reino Unido que se respete la resolución de las Naciones Unidas que insta a las partes a avanzar en negociaciones pacíficas sobre el litigio internacional.
Esta información se conoce a pocos días de que el Ministerio de Defensa británico anunciara una inversión millonaria para actualizar el sistema de defensa aéreo en las Malvinas. Se trata de un contrato firmado en octubre con la empresa norteamericana IBM por 30 millones de libras para profundizar su esquema de Comando y Control Aéreo sobre el archipiélago y el Reino Unido.
El Ministerio de Defensa del Westminster pretendió que con ese anuncio el sistema Guardián logre la capacidad operativa completa en un año y dos años adicionales para soporte en servicio. Se trata de un esquema defensivo clave para la política británica con el objetivo de “salvaguardar” el espacio aéreo del Reino Unido y las Islas Malvinas. De este modo, el Reino Unido pretende adquirir una mejora en la coordinación y los tiempos de respuesta que tiene el sistema de Comando y Control Aéreo.
El Reino Unido mantiene presencia militar en un puerto de las Islas desde el final de la Guerra de Malvinas, en 1982. Consideran que es una posición “defensiva” que pretende “disuadir” posibles ataques a una zona “estratégica” para el Gobierno británico. Argentina repudia esa presencia militar y ha reiterado el planteo en distintos foros internacionales.