La Justicia ordenó detener al librero que secuestró y convirtió en su esclavo sexual al denunciante de Jey Mammon

 

La Corte Suprema rechazó el recurso presentado por la defensa de Roberto Santy Lozano, denunciado en 2012 por Lucas Benvenuto, que actualmente reside en Ushuaia. La víctima tenía 12 años al momento de los hechos y estuvo cautivo durante 8 meses.

Buenos Aires.- Roberto Santy Lozano, el protagonista de uno de los casos de pedofilia más bestiales de la historia argentina, hoy es finalmente un prófugo de la Justicia, luego de que el Tribunal Oral que lo condenó pidiera su captura. Decir “finalmente”, en este caso, no es en vano.

Santy Lozano fue denunciado en 2012 por Lucas Benvenuto, el mismo joven que denunció por abuso sexual en la Justicia al conductor Jey Mammon. Lucas relató como a comienzos de 2005, Santy Lozano, nacido en 1968 en Potosí, Bolivia, dueño de una librería de materiales escolares, encontró al suyo. Lo llevó a la parte trasera de su comercio y allí lo encerró durante casi ocho meses.

Lucas tenía apenas 12 años.

Lozano lo conoció en una sala de chat en Internet. El librero le mintió cuando le dijo su edad, según la acusación judicial en su contra. Lo citó en una dirección inexistente, luego le dio pistas para que se acercara. Le ofreció dinero para violarlo, 200 pesos de aquel entonces, lo penetró por la fuerza y lo filmó. En todo ese tiempo, a Lucas, que vivía en Mataderos, nadie lo fue a buscar. Su madre era una adicta. Su familia estaba rota. Así, Lucas cumplió sus trece años en el encierro, mientras veía a otros chicos que iban y venían. Encontró, de acuerdo a su relato, una colección de videos en su calabozo, con otros supuestos abusos filmados.

El 22 de noviembre de 2017, el Tribunal N°21 lo condenó a quince años de cárcel, la pena que había pedido el histórico abogado querellante de Lucas, Javier Moral por los delitos de abuso sexual agravado por acceso carnal en forma reiterada contra un menor de 13 años de edad y corrupción de menores agravada por la edad de la víctima. Le prohibieron salir del país, pero no fue preso. Había estado apenas un mes y doce días preso, cuando la Policía Federal lo arrestó en marzo de 2014.

La prisión no fue declarada de inmediato en su condena. El fallo debía quedar firme.

Así, Santy Lozano, el condenado por secuestrar y violar a un chico, se mantiene representado por defensores oficiales, se mantiene libre hasta hoy gracias a la voluntad del sistema, que le otorga prisión preventiva a acusados de hurtar celulares. A lo largo de la causa, el librero fue representado por una abogada del Patrocinio Jurídico de la Facultad de Derecho de la UBA, que asigna defensores de forma gratuita. Así, fueron a la instancia superior. Su defensa planteó que el condenado desconocía que Lucas era menor de 13 años para consentir una relación sexual, también objetaron el monto de la pena. La Sala III de la Cámara Criminal confirmó la sentencia al rechazar varios de esos planteos.

Fueron, incluso, hasta la Corte Suprema.

El 21 de noviembre último, los jueces Rosenkrantz, Rosatti, Maqueda y Lorenzetti, rechazaron el recurso de hecho planteado por un defecto formal. Cinco días más tarde, el Tribunal N°21, integrado por los jueces Matías Buenaventura, Walter Candela y José Pérez Arias, envió oficios a organismos como la Dirección Nacional de Migraciones para notificar su pedido de arresto por los delitos de abuso sexual con acceso carnal reiterado y corrupción de menores, agravado por la edad de la víctima.

Tampoco es el primer abusador de Lucas en ser condenado. Años atrás, la Justicia también le impuso una condena a Marcelo Rocca Clement, parte de la banda de los “boy lovers” que giraba en torno al psicólogo Jorge Corsi. Rocca Clement, insólitamente, pidió ser borrado del registro de ADN de ofensores sexuales.

Entrevisté a Lucas en febrero de 2022. Allí, me relató su historia con Santy Lozano, lo que sufrió. Una imagen perdura de aquella charla.

Lucas dijo:

“¿Viste cuando apagás una heladera? Así estaban mis emociones. Él tenía el control remoto de mí?

-¿Alguna vez volvió a contactarte?

-Nunca. Una vez me lo crucé en la calle. Estábamos en un semáforo. Bajó la ventanilla. Lo miré, él me miró. Y se fue.

Santy Lozano hoy tiene 56 años. Pagó su última cuota de monotributo el mes pasado, de acuerdo a información de la AFIP. Por lo pronto, ya cuenta con una circular roja de Interpol en su contra.

Fuente: Infobae

 

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