El Dr. Carlos Sánchez Posleman, titular de la Clínica San Jorge, explicó los motivos de la baja del contrato con la OSEF, que no se deben solamente al incumplimiento de pago, sino a la falta de actualización de los valores de acuerdo a lo que establecía dicho contrato. Actualmente están recibiendo pagos de noviembre, pero no se tuvieron en cuenta las variables plasmadas en el acuerdo para actualizar las prestaciones. Como ejemplo, dijo que lo que se paga por un análisis de laboratorio no llega a cubrir el costo de un reactivo. Se mostró dispuesto a encontrar una solución intermedia al menos por 60 días, mientras la Legislatura debate la solución de fondo para la obra social estatal, a partir del proyecto que comprometió enviar el gobernador de la provincia.
Río Grande.- “No podemos trabajar con valores desfasados de la realidad”, expresó el Dr. Carlos Sánchez Posleman por FM Master’s, como principal explicación de la baja del contrato con la OSEF, que comienza a regir hoy.
Los afiliados deberán pagar las prestaciones como particulares, o bien serán derivados a los centros que disponga la obra social estatal.
“Hace un mes tomamos la decisión de dar de baja el convenio, por el no cumplimiento. En 2023 tuvimos un 30% de aumento y en 2024 un 50%, un 10, un 10 y un 10, que no es acorde a lo que está en el contrato, que estipula que nos corresponde la mitad de lo que sube el sueldo del escalafón seco más la mitad del empleado de ATSA. Son dos indicadores que son las variables más importantes. Al no cumplirse por la crisis de la OSEF y, no habiendo ningún tipo de reacción, decidimos no trabajar más”, manifestó.
Aclaró que “no es un corte de servicio sino una renuncia de contrato. Esto es a partir del lunes, pero de todos modos tenemos nuevas conversaciones para ver si podemos llegar a una solución intermedia, hasta que se trate la nueva ley de financiamiento de OSEF anunciada por el gobernador. Eso lleva su tiempo, tiene que tomar estado parlamentario y hay que discutirla. Hasta que se pongan de acuerdo queremos ver si podemos llegar a una solución intermedia”.
A diferencia de otros momentos en que se habló de corte de servicio, esta vez “nuestra decisión es firme porque no podemos trabajar con valores que se han desfasado totalmente. Los aumentos de los sueldos a la gente hay que pagarlos, los insumos y los medicamentos aumentan, y no podemos ser la variable de ajuste para el sostén de la obra social”, subrayó.
Puntualizó que “no es un problema de cuánto nos deben, sino que nos están pagando en cuotas y hay un desfinanciamiento del sistema. Nadie da una solución concreta y no es un problema de gestión, porque la obra social no paga los valores que corresponden en tiempo y forma y siguen dando los servicios tanto en farmacia como asistenciales. Nosotros no podemos estar cobrando lo que hemos trabajado en noviembre, porque las cosas van aumentando y a nosotros nos congelaron los valores. Lo que entra no es suficiente para hacer frente a las obligaciones que tenemos”, aseguró.
“Yo siempre tengo la voluntad de llegar a un acuerdo y no dar de baja el convenio. No puedo asegurar que las conversaciones vayan a un buen término, porque depende mucho de la parte política, de los legisladores y de todos los que están involucrados en este tema. Si llegamos a un acuerdo, tiene que ser por tres meses o dos como mínimo, porque hay que generar una serie de cambios que va a llevar su tiempo”, planteó.
Para el profesional “el problema es económico. La deuda existe, pero también están los valores que están pagando por las prestaciones médicas. Hay análisis de laboratorio que pagan menos del costo de lo que nos sale el reactivo y se hace imposible sostener el sistema. La obra social tiene que resolver su problema económico y financiero, para afrontar las necesidades de sus afiliados”, dijo.
En concreto, “la obra social no pudo cumplir el contrato y no importa si me deben dos mil, tres mil o cuatro mil. El problema es que estamos cobrando prácticas por debajo del costo básico del insumo, sin tener en cuenta el recurso humano”, expuso.
Entre los puntos a corregir mencionó los “desvíos” que se están produciendo por parte de empleados que “tienen posibilidad de ir a una prepaga, pero cuando se jubilan van a OSEF con un 3% de aporte, porque no se quedan en PAMI. El 3% de un sueldo medio de un millón y medio son 45 mil pesos y el cable está al doble. Pensar que se puede cubrir la salud con estos ingresos es imposible”, sostuvo.
“La medicina es cada vez más cara, hoy la expectativa de vida es de 80/90 años y cada vez se necesitan más recursos en salud, que cuestan muy caro. Hay que pensar en nuevas fuentes de financiamiento de la salud que cumplan el concepto de solidario. Es una discusión que la vengo planteando hace años y no creo que nadie se sorprenda con esto. Llega un momento en que uno dice basta. Espero que podamos llegar a un entendimiento, al menos por 60 días, con una base de lo que van a tratar y cómo van a resolver de fondo el problema”, confió.
En definitiva, a partir del lunes, con el convenio interrumpido, los afiliados no tendrán la cobertura, con algunas excepciones. “Nosotros somos único prestador en la parte cardiovascular y nos comprometemos a atender esos pacientes, tengamos o no convenio. Las demás prestaciones que puedan esperar se derivarán a los centros que disponga la obra social”, dijo.
Por último, dio cuenta de sus temores a que sea aprovechado el año electoral para trabar modificaciones al sistema. “Estamos entrando en un año electoral donde la política juega mucho y escucho algunos discursos de legisladores que no son del oficialismo donde se nota un total desconocimiento de la problemática de la obra social. No tienen noción de lo que están hablando y me preocupa, porque los cambios tienen que pasar a través de la Legislatura y se necesita conocer del tema. Ha llegado el momento de sentarse, tomar el toro por las astas y en base a eso veremos qué servicio podremos brindar y cuál no”, concluyó.