El Dr. Jorge Rabassa advirtió que los eventos naturales como el ocurrido en la ciudad de Bahía Blanca no se pueden predecir, pero sí se pueden mitigar los daños, conociendo de mano de los especialistas las características e historia de la zona. En el caso de Tierra del Fuego, aseguró que es probable que en algún momento se produzca un sismo similar al de diciembre de 1949.
Río Grande.- El Dr. Jorge Rabassa fue consultado por Radio Provincia sobre la catástrofe climática que golpeó a la ciudad de Bahía Blanca y explicó que “este episodio es meteorológico, no climático, y ha generado una enorme tragedia. Es muy importante que las autoridades nacionales, provinciales y municipales comprendan que estos eventos pueden ser de alta frecuencia o no, pero que pueden volver a suceder y tienen que estar debidamente informados”.
“Esto requiere que las autoridades a cualquier nivel tomen conciencia de que el mismo nivel de tragedia puede producirse si nuestra provincia tiene un sismo importante, como el que afectó a Tierra del Fuego en 1949. Estos eventos de riesgos naturales pueden reproducirse a través del tiempo y, cada año que pasa, la probabilidad de que el evento se repita aumenta. Lamento no poder decir cuándo, pero tarde o temprano va a suceder algo similar al sismo de diciembre de 1949 y el epicentro va a estar en algún lugar del archipiélago fueguino. Lamentablemente carecemos de tecnología que nos permita predecir el lugar y fecha exacta en que esos eventos se van a producir. De tener esa información, nos permitiría avanzar mucho en la mitigación”, expresó.
“Una tragedia de este tipo puede producirse a través de un problema de tipo meteorológico fluvial, o través de la actividad sísmica. En otros lugares de la Patagonia hay que sumar además la actividad volcánica, como el caso del volcán Puyehue de Villa La Angostura”, citó.
“Hay que llevar adelante las acciones necesarias para mitigar el efecto de estos eventos naturales. Hay mucha información producida por el CONICET, por el Instituto Antártico Argentino, el Instituto Nacional de Prevención Sísmica de San Juan, las universidades nacionales. Habría que hacer un gran esfuerzo para coordinar la recopilación y el armado de archivos adecuados de estas fuentes de información. Antes de llegar a Ushuaia, yo era investigador de la misión científica de la provincia de Buenos Aires y estaba trabajando en el área de la cuenca del río Sauce Grande, que son las cabeceras del río Napostá, una de las crecidas hídricas que provocó la tragedia de la ciudad de Bahía Blanca. Muchos años atrás yo había publicado evidencia de grandes inundaciones en la cuenca del río Sauce Grande e inclusive teníamos muy buena información geo cronológica, porque esa gran inundación arrasó con el bosque que se desarrolla en las márgenes de los ríos de la provincia de Buenos Aires. La madera de esos árboles volteados por la corriente fue fechada por el método de carbono 14 y emitió edades del orden de 2000 y 3000 años, que no son muy significativos, pero están diciendo que eventos de la magnitud comparables a lo ocurrido en Bahía Blanca, ya habían dejado hace 2000 ó 3000 años su rastro”, indicó.
“Información de este tipo está registrada en las instituciones y creo que sería muy importante en el plan de reconstrucción de la ciudad de Bahía Blanca y sus alrededores que se consultara toda esa información y que se la utilizara de la forma más racional posible”, recomendó.
“Hay una institución importantísima en nuestro país, que es el Instituto Nacional de Prevención Sísmica ubicado en la ciudad de San Juan. Toda la sapiencia en temas sísmicos está concentrada en esa institución, que tiene profesionales de primer nivel. Yo empezaría por preguntarles a los que saben de esta problemática. Después están todas las universidades nacionales, sobre todo aquellas que tienen departamentos de geología o geografía física desde hace muchos años. Loprimero que hay que hacer es conocer qué es lo que conocen los especialistas y lo que estándispuestos a transmitirle a la comunidad. Los fenómenos de riesgos naturales no pueden serevitados, pero sí pueden ser mitigados sus efectos. Mitigar significa que el impacto sea mucho menor que lo que podría haber sido, y que sea menor el número de víctimas. Eso debería ser preocupación de las autoridades en todos los niveles”, concluyó.