La problemática de las personas en situación de calle sigue en aumento y se ha convertido en una preocupación constante para diversas organizaciones y parroquias que brindan asistencia. El Padre Bressán, quien trabaja de cerca con estos grupos vulnerables, señaló que no sólo setrata de personas con problemas de adicción, sino también de trabajadores informales que no pueden afrontar el costo de un alquiler y terminan viviendo en condiciones precarias.
Río Grande. – “Hay gente que trabaja día a día con changas y no pueden pagarse un alquiler, por lo que quedan en la calle. También hay quienes llegan a la ciudad sin trabajo ni dinero, yterminan en la misma situación”, explicó el sacerdote.
El testimonio del Padre Bressán confirma que el número de personas sin hogar ha ido en aumento en los últimos tiempos. “Lamentablemente, notamos un incremento de personas que, por distintas razones, están en situación de calle. Algunos recurren a casas abandonadas, otros pernoctan en hospitales, y muchos se refugian en rincones cubiertos apenas con una manta o en un colchón viejo”, relató es sacerdote riograndense.
Las causas que llevan a esta situación son diversas. Según el sacerdote, hay personas con problemas de salud mental, otras con adicciones, pero también muchas que simplemente no logran sostener un alquiler debido a la precariedad laboral. “Algunos consiguen trabajos temporales, pagan un mes de alquiler y al siguiente ya no pueden”, agregó. Desde la parroquia, junto con la Casa de Cáritas, brindan asistencia con servicios básicos como baños, lavado de ropa y una merienda. Sin embargo, el sacerdote subrayó que esta ayuda no soluciona el problema de fondo. “Nuestro deseo es no solo dar algo material, sino también ofrecer un espacio de contención y amistad, pero los recursos son limitados”. Una de las soluciones que consideran necesarias es la creación de un hogar nocturno. “El municipio y el gobierno hacen esfuerzos, como el pago temporal de hostales para algunas personas, pero creemos que un albergue para pasar la noche sería lo más adecuado. Esto les permitiría resguardarse del frío y tener un lugar mientras buscan una estabilidad”, sostuvo el Padre Bressán.