Durante el sábado y el domingo las familias riograndenses disfrutaron de la tercera edición de la “Exposición de Autos Clásicos y Especiales” en el Colegio Don Bosco, donde más de 65 automóviles antiguos y clásicos que maravillaron a los visitantes. Donde se recolectó una gran cantidad de alimentos no perecederos que la institución salesiana distribuirá a comedores y merenderos comunitarios.
Río Grande.- Este fin de semana, el Gimnasio del Colegio Don Bosco se convirtió en el punto de encuentro para los amantes de los automóviles clásicos y especiales. En su tercera edición, la exposición organizada por la cofradía de Autos Clásicos, fue un evento inolvidable que no solo celebra la historia del automóvil, sino que también busca ayudar a las familias de la ciudad.
La entrada a la exposición fue un alimento no perecedero, que será donado a quienes más lo necesiten. “La idea es juntar todos los autos clásicos y especiales que tienen aquí la gente de Río Grande y Ushuaia, para que el público pueda verlos. Algunos de estos autos han estado guardados durante años, y queremos que la gente se reencuentre con ellos, recordando quizás a un tío o abuelo que tuvo uno similar”, explicó Bernabé Sotelo. Este enfoque no solo busca revivir memorias, sino también contribuir a la comunidad.
La exposición contó con alrededor de 70 vehículos, que abarcan desde modelos de la década de 1920 hasta aquellos fabricados hasta 1990. “La idea es que sean autos del 90 para atrás. Tuvimos desde un Ford A de 1928 hasta modelos de los 80, que fueron una época dorada para la industria automotriz argentina”, comenta Sotelo. La diversidad de modelos es impresionante, y los visitantes pudieron disfrutar de una gama de colores vibrantes que contrastan con la sobriedad de los automóviles modernos. “Los autos de antes tenían colores que llamaban la atención. Hoy en día, la mayoría son grises o blancos. En cambio, en esta exposición, se vieron autos de todos los colores, desde naranjas hasta verdes”, añadió.
Además de la exhibición de vehículos, la exposición contó con stands de repuestos, merchandising y artículos relacionados con el mundo automovilístico. “Hemos aprendido de otras exposiciones a nivel nacional y queremos ofrecer a los visitantes la oportunidad de adquirir repuestos usados y nuevos, así como recuerdos de la exposición”, señaló Sotelo. Este aspecto es especialmente importante para los entusiastas que buscan piezas para restaurar sus propios vehículos.
Un encuentro familiar
El evento no solo fue dirigido a los amantes de los autos, sino que también se presentó como una actividad familiar. “Hubo un buffet a cargo de los egresados del Don Bosco, lo que permitió a las familias disfrutar de un día completo en un ambiente ameno”, mencionó Sotelo. La idea es que todos, desde los más pequeños hasta los más grandes, pudieran disfrutar de la experiencia.
La evolución del automóvil
Durante la entrevista, Sotelo reflexionó sobre la evolución de los automóviles a lo largo de las décadas. “Los autos de antes eran más pesados, con chapas gruesas y una construcción más artesanal. Hoy en día, muchos son de plástico y tienen un diseño más aerodinámico. Sin embargo, ambos mundos son fascinantes”, comentó. Esta apreciación por la historia del automóvil es evidente en su entusiasmo al hablar de modelos icónicos como el Torino, que fue un símbolo de la industria automotriz argentina en los años 70.
Una de las novedades de esta edición fue la posibilidad de que los visitantes votaran por su auto favorito. “Cada auto tuvo un número en el parabrisas, y al final del evento, se realizó un sorteo para premiar al vehículo más votado. Es una forma de involucrar al público y hacer que se sientan parte de la exposición”, explicó Sotelo.
Un evento con propósito
Miguel Castro, uno de los organizadores, destacó que la exposición no solo se trató de mostrar autos, sino de ayudar a quienes más lo necesitan. “La entrada fue un alimento no perecedero. Estos alimentos se destinarán a los comedores que el Colegio Don Bosco apoya, lo que hace que la exhibición tenga un propósito más allá de la simple exhibición de vehículos”, explicó. Este enfoque solidario es especialmente relevante en tiempos donde muchas familias enfrentan dificultades.
Una exhibición impresionante
Castro detalló que la exposición contó con alrededor de 65 automóviles y cinco motos, todos en excelente estado y listos para ser admirados por el público. “Todos los vehículos que están aquí funcionan y han llegado por su propio medio, lo que demuestra su calidad y durabilidad”, comenta Castro. La variedad de autos expuestos incluyó modelos que han marcado una época y que son parte de la memoria colectiva de varias generaciones.
Pasión por los automóviles
Pablo Orozco, otro de los organizadores, enfatizó la importancia de la pasión compartida por los automóviles entre los expositores. “No hacemos distinciones entre marcas. Cada uno ama su auto y eso es lo que nos une como amantes de los fierros. La idea es que todos puedan disfrutar de esta pasión sin crear discordias”, señaló Orozco. Esta camaradería se refleja en la atmósfera del evento, donde los visitantes pudieron apreciar la dedicación y el esfuerzo que cada propietario ha puesto en sus vehículos.
Participación de otras localidades
La exposición no solo atrae a los amantes de los autos de la localidad, sino que también cuenta con la participación de expositores de otras ciudades y países. “Hemos recibido vehículos de Ushuaia y hasta de Chile. Esto enriquece la exposición y permite a los visitantes ver una variedad aún mayor de autos históricos”, menciona Orozco. La diversidad de modelos y la historia detrás de cada uno de ellos hacen que la experiencia sea aún más valiosa.
Un museo en movimiento
La exhibición se ha transformado en un verdadero museo de automóviles, donde cada vehículo cuenta una historia. “Para muchos, estos autos son más que máquinas; son recuerdos de la infancia y de momentos compartidos con familiares. Queremos que la gente se lleve un pedazo de esa historia y que se sienta inspirada por la pasión que hay detrás de cada auto”, agrega Castro.
Con la mirada puesta en el futuro, los organizadores ya están pensando en la cuarta edición de la exposición. “Estamos trabajando en cómo mejorar y expandir el evento. Hay muchos más vehículos que podrían ser presentados, y queremos que más personas se unan a esta celebración de la historia automovilística”, concluyó Castro.
La exposición de autos antiguos no solo es una oportunidad para admirar vehículos que han dejado huella en la historia, sino que también es un evento que promueve la solidaridad y el apoyo a quienes más lo necesitan. Con una entrada accesible y un enfoque comunitario, esta actividad se convierte en un ejemplo de cómo la pasión por los automóviles puede unirse con la generosidad y el compromiso social. Los organizadores invitan a todos a acercarse y disfrutar de una experiencia única que combina nostalgia, historia y solidaridad.