El empresario Daniel Polonsky, presidente de Plásticos Isla Grande SA, estimó que la inversión en la planta superará los dos millones de dólares y estaría en funcionamiento entre septiembre y octubre de este año. Se apunta no sólo a clasificar los residuos sino a convertirlos en productos que puedan ser de utilidad, como la arena de vidrio, que se emplea en la construcción. El destino no será solamente el mercado local, dado que se abre la posibilidad de exportar a la Patagonia y al sur de Chile. En función del convenio firmado, el municipio va a colaborar en la concientización y promoción de la separación de residuos. La empresa va a recibir papel, cartón, envases de larga vida, plásticos, vidrio y metales.
Río Grande.- El intendente Martín Pérez, junto al presidente de empresa Plásticos de la Isla Grande S.A. (PIGSA), Daniel Polonsky, firmaron un convenio para la creación de una Estación de Residuos Clasificados (ERC) en Río Grande, donde se recibirán residuos reciclables post consumo e industriales, para su reciclaje y reutilización.
La Estación de Residuos Clasificados estará situada en la calle Presidente Ortiz y Reverendo Padre Forgacs, y contará con una oficina de atención al ciudadano, plantas de producción, estacionamiento, contenedores de recepción de residuos, centro de acopio y un domo educativo, que permitirá conocer la importancia de la separación de los residuos para el cuidado del ambiente.
El convenio contempla la creación de una Unidad de Coordinación entre el municipio y la empresa, para desarrollar planes y programas específicos, incluyendo capacitaciones, transferencia tecnológica y servicios para la comunidad.
En diálogo con Radio Provincia, el empresario Daniel Polonsky, presidente de Plásticos Isla Grande, con 25 años de trayectoria en Río Grande dedicados a la producción de políticas de polietileno y envases flexibles, dio detalles de la tarea a realizar y la mano de obra empleada.
“Es una coordinación que hacemos con la municipalidad, con aportes individuales de cada uno. Es una gestión enteramente privada. Esto surge por un tema de responsabilidad de nuestra empresa con los residuos plásticos. Nos integramos con otras empresas para reciclar y reutilizar los residuos, tratando de reducir y reintegrar un 30% de plásticos post consumo en los productos que hacemos normalmente”, dijo.
“Esto fue desarrollándose y creciendo y, después de casi dos años de conversaciones, logramos establecer esta estación de residuos clasificados. No es un basural ni una separación de residuos en el lugar, sino que es el procesamiento de residuos que ya están clasificados o que la gente trae voluntariamente”, explicó.
“Todos sabemos que hay un problema de todas las ciudades con los rellenos sanitarios, que siempre son finitos, y reducir la cantidad de residuos que van al relleno es algo que tendríamos que tener todos en mente, porque además ese residuo se transforma en un recurso. Tenemos que usar las cosas conscientemente y darles un destino adecuado, para que se puedan transformar nuevamente en materia prima”, propició.
En principio no está considerado el telgopor o poliestireno expandido que deja la industria. “Vamos a empezar procesando plástico, metal, vidrio, cartón y celulosa, y envases de larga vida. Nuestro objetivo no es ser un reciclador que hace un fardo y lo manda al norte para procesar, sino transformar estos residuos en productos finales que puedan utilizarse en Tierra del Fuego e incluso exportarse. Está prevista la producción de placas de celulosa y de envases larga vida, también de aislantes térmicos de celulosa, entre otros productos como la madera plástica. Actualmente se utiliza mucho plástico para la construcción, al igual que el cartón y el papel”, indicó.
La ubicación de la recicladora “será donde teníamos la planta originalmente, antes del incendio. Queremos producir sustitutos de las chapas para construcción, sustitutos del durlock, arena de vidrio para la construcción también, maderas plásticas o grumo plástico para reutilizarlo, que son materias primas que vienen del norte”, señaló.
“Calculo que tenemos una buena posibilidad de abastecer gran parte de la Patagonia en lo que son productos de construcción, e incluso el sur de Chile. La inversión es aproximadamente de 2.2 millones de dólares. Ya estamos trabajando sobre los permisos y los cercos del predio, y empezaremos la obra a fin de mes o principios de mayo. Tenemos previsto terminar la obra para el segundo semestre. En septiembre u octubre nos gustaría estar trabajando a full con estos productos”, manifestó.
“Nosotros seguimos con nuestra actividad, después del incendio por suerte pudimos recomponernos e iniciar la actividad en nueve o diez meses, en otro predio. Nosotros tenemos un sentimiento de pertenencia a Río Grande y sabemos que somos parte de una comunidad. Esto tiene un objetivo agregado al económico, que es brindar soluciones a la comunidad. El objetivo no es simplemente el negocio”, subrayó.
Con respecto al personal empleado en este nuevo emprendimiento, dijo que “esto va a tener varias etapas. En la primera etapa vamos a tener aproximadamente veinte personas. Si funciona adecuadamente, queremos evolucionar a un centro de procesamiento del resto de los residuos, y es un proyecto más ambicioso para resolver de manera más integral, con separación de todos los residuos sólidos urbanos, mecanizado, con separación en distintas líneas, compactación final. Se podría llegar en el futuro a tener un rendimiento en volumen siete o diez veces mejor. Por tonelada de basura ocuparíamos diez veces menos espacio en el relleno. Además de eso, iría menos basura al relleno”, destacó.
Puntualmente sobre el proyecto inicial de vidrio, indicó que “es transformarlo en arena de vidrio. El vidrio se hace con arena, moliéndolo muy fino se termina obteniendo lo mismo que la arena original. Se puede incorporar en baldosas, en el hormigón y el pavimento. En función del volumen de residuos que se reciban vamos a ir adaptándonos para buscar la mejor solución y aprovecharlos al máximo”.
Consultado sobre los metales, explicó que “los más conocidos son las latas de conservas y las latas de aluminio que son las de bebidas. Se haría la separación y la compactación, e iría a una fundidora, porque no tenemos un destino para transformarlo en producto”.
En cuanto al rol del municipio, valoró que “viene trabajando con un plan maestro para Río Grande y los residuos han sido considerados con mucho detalle”.
“Estamos muy contentos de haber dado este primer paso, tenemos mucho trabajo por delante y confiamos en la ayuda de toda la gente, para traer sus residuos limpios y clasificados. Hay que tomar conciencia entre todos para cuidar al planeta”, concluyó.