El Dr. Rubén Rafael, con vasta trayectoria en la provincia, se sumó al debate sobre OSEF y, a la luz del informe presentado por el Tribunal de Cuentas, advirtió que nuevamente se tendería a poner un parche, y no a resolver la situación de fondo. Cuestionó que se pretenda solucionar el problema subiendo los aportes y limitando las prestaciones, cuando la OSEF no cobra lo que le debe el gobierno por las prestaciones RUPE y está comprando medicamentos al último eslabón de la cadena. También planteó la necesidad de romper con los compartimentos estancos y apuntar a una sinergia de los efectores de salud, incluida la Municipalidad de Río Grande, que hoy no tiene convenio con la obra social estatal. Asimismo, se mostró decepcionado por el rol del laboratorio provincial.
Río Grande.- El Dr. Rubén Rafael, con vasta trayectoria en la provincia y un paso por la función pública al frente del instituto de servicios sociales del Territorio, se sumó al debate de la OSEF como afiliado, y planteó la oportunidad histórica que tienen los legisladores para resolver el problema de fondo, con una reforma del sistema de salud.
“Los que más preocupados estamos somos los afiliados que estamos sufriendo esta situación y eso me anima a opinar. Hasta ahora se vino parchando y, después de haber leído el informe actuarial del Tribunal de Cuentas, me da la impresión de que otra vez estaríamos parchando, porque me llama muchísimo la atención que el Tribunal opine sobre cuestiones que no son inherentes a las cuentas”, dijo por Radio Provincia.
“Están opinando con respecto a las prestaciones, están planteando una limitación en la cobertura de las prestaciones, como decir que, si alguien tiene que ser derivado fuera de la provincia, el acompañante debería pagarse el pasaje. Creo que el Tribunal debería ocuparse exclusivamente de los números y no veo que se estén ocupando mucho de eso”, cuestionó.
“En el informe actuarial en ningún lugar dice cuánto se le debe a la OSEF y cuánto debe la OSEF, o por qué la OSEF no presenta la documentación respaldatoria correspondiente para que el Estado provincial le pague lo que le debe por las RUPE. Se quieren aumentar los aportes y la retenciones, se quieren aumentar lo copagos y no están cobrando lo que se les está debiendo”, sostuvo.
“Ayer el Ministro de Economía admitió que se debe una cantidad de dinero muy importante. Son dos mil millones que vienen desde hace un montón de tiempo. Antes de aumentar los aportes, primero la OSEF debería cobrar esos dos mil millones. El ministro dijo que se mantiene esa deuda porque la OSEF no presentó la documentación respaldatoria para cobrar. Ahí hay un problema de administración enorme”, advirtió.
El profesional fue crítico del rol del tribunal en este caso y lo ató a una necesidad del Ejecutivo. “Me hace pensar que este no es un informe actuarial del Tribunal de Cuentas sino que tiene que ver con algo preelaborado por el Ejecutivo, que toma el Tribunal de Cuentas. No veo al Tribunal facultado como para un dictamen de semejante tenor”, analizó.
Alta demanda y ningún aporte
Volviendo sobre las pensiones especiales y la deuda del gobierno, dijo que “estamos hablando de dos mil millones de las RUPE, que es un régimen que cubre a la vejez, la discapacidad, los menores desamparados hasta los 16 años, pensiones graciables de excombatientes y son personas que nunca aportaron a la OSEF. Reciben el beneficio de tener la cobertura de la obra social y encima no se le cobra al Estado por eso. Aparte son grandes usuarios del sistema de salud, porque hay discapacitados, adultos mayores, con patologías crónicas. Las pensiones son un beneficio que da el Estado y se lo carga a la obra social de los empleados de la provincia, y me cuesta mucho entender esto”, expresó.
Trabajo unificado
“La única forma que tiene el Estado provincial de dar una solución verdadera es que todos los recursos que dependen directa o indirectamente del Estado estén trabajando en sinergia con un objetivo común”, propició.
“Tanto los hospitales públicos como los CAPs y la obra social, deberían estar trabajando en un proyecto común. La obra social contiene prácticamente una cuarta parte de la población de la provincia y los hospitales públicos deben atender un 30% más de personas que no tienen ningún tipo de cobertura. Hablamos de la mitad de la población y se la atiende con recursos que salen del Estado. Hay que manejar los valores de las prestaciones locales y abaratar los costos de las prestaciones y de los medicamentos”, indicó.
“Los medicamentos los deberían comprar al laboratorio, no a la farmacia, que es el último eslabón de la cadena. La forma de comprar esos medicamentos no tiene que ser en el final de la cadena sino antes. No estoy negando que parte de la solución sea el aumento de aportes y que en lugar del 3% tenga que pasar al 4.5% como en las demás provincias, pero primero hay que gastar bien, cerrar todas las canillas por donde se están yendo los recursos, cobrar lo que se le debe a la OSEF, y la OSEF le tiene que pagar primero al hospital público, porque termina pagando primero a los privados para que no le cortan las prestaciones”, manifestó.
Salud municipal
También tuvo en cuenta el buen servicio de salud que presta el municipio en Río Grande, para reforzar la necesidad de un trabajo conjunto. “La OSEF no hace convenio con la Municipalidad de Río Grande, que está dando un nivel de prestaciones muy bueno a un montón de personas de la ciudad y no cobra copago. Me parece que se están administrando muy mal los recursos. Habría que hacer un frente común con las municipalidades para brindar mejor salud a la provincia”, propuso.
Asimismo, se mostró decepcionado por el rol del laboratorio provincial. “Cuando se inauguró el Laboratorio del Fin del Mundo me dio mucha alegría. Si nosotros compráramos drogas madre desde la provincia sobre los cinco medicamentos más utilizados, se podría abastecer a un costo ínfimo a las farmacias de las obras sociales provinciales, a los hospitales, los centros de salud, las municipalidades. También se podría abastecer a las provincias vecinas. Esa es una decisión política, hay que ponerse los pantalones largos y esa decisión no la tiene que tomar la presidente de la OSEF ni el Ministro de Salud, sino el gobernador, de quien depende la salud de la provincia”, subrayó.
“Si hoy me preguntan qué hace el Laboratorio del Fin del Mundo, yo lo ignoro. No sé si tiene producción, cuánta gente trabaja, qué estructura tiene. Tener una herramienta en el fondo del cajón, que podría ser útil en este momento y no usarla, me parece que no está bien”, lamentó.
Compartimentos estancos
Rafael observó que “en la provincia está compartimentado el sistema de salud. Por un lado está compartimentado el hospital, por otro el trabajo de los municipios, lo mismo pasa con las clínicas privadas. Se duplican estructuras, equipamiento, no se complementan. Sé que la Municipalidad de Río Grande trae una neuróloga infantil en forma itinerante todos los meses. No hay neurólogo infantil en los hospitales y no veo por qué no se puede aprovechar a esta profesional. Los sistemas tendrían que ser complementarios porque, al fin y al cabo, todo depende del Estado”.
“Hoy está haciendo falta un seguro provincial de salud, con aportes de todos los financiadores, el Estado, las obras sociales sindicales, la obra social provincial, el PAMI y las prepagas. La Municipalidad de Río Grande pudo tener 32 ingresos nuevos de profesionales y el hospital dice que no puede tomar un solo médico más porque la propuesta que le hacen no le satisface. El hospital público tendría que innovar y empezar con un sistema diferente del que quedó del territorio, con bloqueo de título y dedicación exclusiva”, apuntó.
“Para que un médico trabaje en un solo lugar debe tener un ingreso acorde a esa situación, pero la provincia no está en posibilidad de pagar eso, por lo cual tiene planteles mermados, con médicos que no están conformes y con un nivel de respuesta cada vez más bajo”, explicó.
“Me parece que es el momento de pensar más en grande, no quedarnos en ver cómo le ponemos un parche nuevo a la OSEF, sino tratar de crear un seguro provincial de salud donde todos los que están involucrados participen activamente. Esto lo tiene que hacer la Legislatura y esto permitiría tener una cobertura básica de las prestaciones más indispensables. Se podría trabajar en prevención como dios manda, para que en los lugares de asistencia haya que trabajar menos. Cuando uno previene, después no tiene que curar. Si uno sabe que las patologías prevalentes son el cáncer de mama, el cáncer de próstata, el cáncer de colon o el de pulmón, hay que hacer campañas para eso, ver el tema de las adicciones, y todo eso hay que trabajarlo en forma mancomunada. La cabeza de todo esto tiene que estar en la gobernación”, insistió.
“El equipo multidisciplinario es imprescindible y lo otro imprescindible es la auditoría médica. OSEF debería tener un auditor médico adentro de cada uno de los sanatorios, no atrás de un escritorio en la obra social, para hacer un seguimiento diario. Después no van a poder decir que se les sobrefactura. La cara de OSEF tiene que estar al lado de la cara del afiliado y hacer el seguimiento. Hoy no se hace de esa forma y el resultado es que se factura lo que se factura, y se paga lo que se paga. La forma de auditar es en el terreno”, remacó.
Mayor complejidad
Consultado acerca de si ve necesario contar con un avión sanitario en la provincia, consideró que “con el nivel de complejidad que se pudo adquirir a nivel local, son muy pocas las evacuaciones que se tienen que hacer. La mayoría de las cosas se pueden resolver dentro de la provincia. Son contadas las ocasiones en que se usa el avión. En vez de invertir en un avión podrían lograr tener mejor respuesta a nivel local y minimizar la necesidad de evacuación. Una cosa es la derivación, que va en un avión de línea, y otra es la evacuación. En algún momento se evacuaba porque no se tenía infraestructura ni especialistas, hoy tenemos los quirófanos totalmente dotados, hay resonadores, tomógrafos, y hay un montón de patologías que ya no se evacúan. Invertir inteligentemente es mejorar el nivel de complejidad que tienen los hospitales”, expresó.
Finalmente instó a “abrir la cabeza y empezar a pensar desde otro lugar, no ver cómo seguimos alimentando el agujero negro por el cual se sigue yendo el dinero. No se cobra lo que se hace, no se paga al hospital público. Las entidades privadas pudieron crecer de la forma que han crecido, pero en el hospital es precisamente lo contrario. Entonces hay una mala administración”.