La inauguración del tramo del gasoducto permitió la primera foto de los tres socios principales de Unión por la Patria en el comienzo de la campaña, pero las tensiones internas fueron indisimulables, en un acto con más de 900 personas. Por su parte los empresarios anticiparon que el gasoducto permitirá que Argentina se transforme en un «jugador regional», y desde el sector industrial aspiran a nuevos polos industriales. Advierten sobre falta de bienes de capital y empleo calificado. Esta megaobra abarca más de 500 Km. y en su primera etapa se extiende desde Tratayén (Neuquén) a Salliqueló (Buenos Aires).
Buenos Aires.- El oficialismo cristalizó la foto de unidad a casi 500 kilómetros de Buenos Aires para inaugurar el primer tramo del gasoducto de Vaca Muerta, en un acto que funcionó como inicio formal de la campaña y que incluyó, además de críticas a la oposición, cuestionamientos al Fondo Monetario Internacional mientras el ministro y candidato presidencial Sergio Massa espera continuar esta semana la negociación técnica para reconfigurar el programa.
El presidente Alberto Fernández, la vicepresidenta Cristina Kirchner y el ministro de Economía compartieron escenario en Salliqueló, el pueblo de la provincia de Buenos Aires donde fue soldado el último caño del gasoducto Néstor Kirchner, una obra que insumió ocho meses -de los 24 en que se proyectaba hacerse un trabajo de esa magnitud en condiciones normales-, que fue financiado en parte con el impuesto a las grandes fortunas y que sufrió una serie de demoras, incluso durante el mandato del Frente de Todos.
Massa, Cristina y Alberto Fernández, en el orden en que hablaron, se guardaron un párrafo para criticar al FMI. Massa recordó que en las discusiones técnicas que tuvo en diciembre pasado (en el marco de la tercera revisión trimestral de metas, algo similar al proceso de tira y afloje actual, pero con un alcance más limitado), el organismo pidió al Poder Ejecutivo desestimar la obra por el costo fiscal que podía tener, en un contexto en el que el Fondo Monetario buscaba formas de hacer una poda del gasto público.
Con unos 3 mil personas que asistieron al acto y siguieron los discursos desde la ruta a través de pantallas gigantes, con una nómina de invitados de 900 personas, entre dirigentes, empresarios que participaron de la obra, Techint, Sacde y BTU, trabajadores que realizaron el tendido del canal de transporte de gas y ante un frío salliquelense –que fue acompañado de locro y asado–, el oficialismo pareció dar puntapié a la campaña presidencial de cara a las PASO, que tendrá lugar en poco más de un mes. La foto dividió, con Alberto Fernández en el medio, de un lado a la fórmula que integran Massa y Agustín Rossi, y del otro, a Cristina y al gobernador Axel Kicillof.
“El gas de Vaca Muerta va a hacer más barato el gas para las empresas y va a hacer más competitiva a las pymes. Recorremos desde ahora el camino de la soberanía energética y también el de venderle el recurso argentino al mundo. Ese tiene que ser nuestro proyecto de país”, mencionó Massa.
Una delegación de una centena de micros y vehículos particulares llegaron hasta Salliqueló, sobre la ruta 85 a poco más de 100 kilómetros de Trenque Lauquen, en un acto que contó con presencia militante del Frente Renovador, el Movimiento Evita y otras agrupaciones, junto con una importante representación de la UOCRA, uno de los gremios involucrados en la construcción de los 570 kilómetros del GPNK. Los principales dirigentes de Unión por la Patria llegaron en helicópteros, de manera separada, y se juntaron para una foto en que Alberto Fernández y Cristina sostienen la válvula de apertura del último tramo del primer segmento construido del gasoducto, que llega desde Tratayén, en la provincia de Neuquén.
“Es una obra trascendental, con un exitoso trabajo conjunto entre el Estado y el sector privado, que servirá de ejemplo para el desarrollo de futuros proyectos”, aseguró en esta localidad Damián Mindlin, presidente de Sacde. Y agregó: “Junto con Techint utilizamos nueva tecnología por primera vez en el país y brindamos más de 30.000 horas de capacitación a trabajadores en oficios específicos. Todo ese conocimiento adquirido quedará para nuevas obras que son tan importantes como este gasoducto que se acaba de inaugurar”.
El principal impacto que tendrá el tendido de transporte de ese fluido será en términos de ahorro de importación de energía en los meses de mayor demanda. En ese sentido, en el Gobierno creen que este año habrá unos USD 2.000 millones menos necesarios para ese destino, y que en un año completo de funcionamiento del GPNK esa cifra podría aumentar hasta USD 4.200 millones anuales. Eso sucederá porque el gas que se produzca en Vaca Muerta, la principal formación de hidrocarburos de la Argentina, tendrá un alcance mayor. Ese es, precisamente, el punto sobre el que pivoteó Massa y otros funcionarios como el titular de Enarsa, Agustín Gerez, este domingo tras el acto.
Habrá dos acciones a tomar en un plazo corto para buscar una extensión mayor del trazado y el transporte de gas: comenzar la licitación, en septiembre, del segundo tramo del gasoducto que irá hasta San Jerónimo, en la provincia de Santa Fe. Y, por otro, el gasoducto para llevar ese mismo fluido al norte del país. Eventualmente, ese gas podría ser exportado a Bolivia y al sur y centro de Brasil.
Empresarios definen la obra como «trascendental» y prevén mayor producción
En el acto de inauguración del gasoducto Néstor Kirchner, el ministro de Economía, Sergio Massa, les agradeció a las empresas del sector privado que llevaron adelante el proyecto “en tiempo y forma”. Del otro lado, las empresas también ven con muy buenos ojos la obra, según afirmaron en diálogo con Ámbito: desde el sector energético, esperan mayor producción y que Argentina se transforme en un jugador regional. Desde el industrial, prevén que la energía más competitiva pueda desarrollar polos industriales y genere más empleo.
Damián Mindlin, presidente de SACDE, una de las empresas constructoras del gasoducto, definió a la obra como “trascendental”, y uno de los puntos que mencionó para destacar fue “el exitoso trabajo conjunto entre el Estado y el sector privado, que servirá de ejemplo para el desarrollo de futuros proyectos”. Es que, si bien la construcción fue realizada por empresas privadas, la regulación la llevó adelante la estatal Energía Argentina (ex Enarsa) y el financiamiento fue del Tesoro.
Mindlin agregó que el know how adquirido servirá para próximas obras de infraestructura: “Junto con Techint, utilizamos nueva tecnología por primera vez en el país, y brindamos más de 30 mil horas de capacitación a trabajadores en oficios específicos. Todo ese conocimiento adquirido quedará para nuevas obras que son tan importantes como este gasoducto”. Ámbito recorrió la nueva escuela que abrió Sacde para capacitar a soldadores en el uso de la nueva maquinaria adquirida. Allí, la empresa anticipó que al menos se necesitarán otros seis gasoductos.
En tanto, Daniel Funes de Rioja, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), destacó la relevancia de la obra: “La energía en el mundo cobró una importancia fundamental, y en Argentina hizo revalorizar Vaca Muerta, con el gas como energía de transición. Será importante para la sustitución de importaciones de energía, para la posibilidad de exportar, para el consumo nacional y para agregar valor a ese gas”.
De todos modos, ante la consulta de si hacia adelante debería continuarse con el modelo de financiamiento público para las obras, contestó: “Hay que pensar otras alternativas. No es ideológico. Argentina tiene que buscar un partenaire público–privado, que pueden ser obras mixtas, u obra privada, con el Estado con el rol fundamental de la regulación. Porque es mucha la inversión que se necesitará para lo que viene en energía y minería”.
Por su parte, desde TGN, otra empresa del sector energético especializada en el transporte, destacaron del gasoducto la posibilidad que se le abre a Argentina de poder ser un “jugador regional” si avanza con las obras que le permitan exportar gas a los países limítrofes. De hecho, desde la compañía indicaron que acaban de finalizar dos obras en Córdoba que serán clave para la “futura reversión del Gasoducto Norte”, lo que permitirá llevar el gas de Vaca Muerta al norte del país, y suplantar el declino de Bolivia. Las obras se realizaron en las plantas compresoras Leones y Tío Pujio, e incrementan el volumen de transporte en un 40%.
En tanto, Luciano Fucello, country manager de NCS Multistage, aseguró que hay una postura unánime entre las empresas productoras de hidrocarburos: “Todo el arco privado y público lo ve como una obra necesaria. No se podía transportar un metro cúbico más de gas y, si la molécula no la podés transportar, vale cero”. Además, celebró que “Argentina esté pensando en el mediano plazo”, debido a que se va a dejar de importar energía desde Bolivia, que tiene su producción en baja.
Por este motivo, anticipó que a partir de la obra se abrirán pozos en Vaca Muerta que las empresas tenían cerrados, sin producir. “En el momento en que vean el funcionamiento del gasoducto, esos pozos que están parados se van a poner en funcionamiento”. Sin embargo, Fucello también destacó que este gasoducto es tan solo “el primer paso” de una serie de obras que deben realizarse.
La mirada industrial
Como aprendizaje, Fucello consideró: “Esta obra debería haberse realizado en 2019, ya desde ese momento se sabía que iba a terminarse la capacidad de transporte. Hacia adelante el sector espera que esos cuellos de botella se solucionen antes de que exploten. Los más inminentes: la falta de equipos para sostener la actividad, y los 50 mil trabajadores calificados que va a necesitar la industria”.
Por su parte, Funes de Rioja, titular de la UIA, consideró: “La obra muestra que hay hitos que permiten repensar Argentina. Con puntos de coincidencia, sin discutir si había que hacerla hace 10 años, o hace 4. Es una muestra de que a pesar de las contradicciones se pueden encontrar caminos comunes”, mencionó. Además, destacó el trabajo de las empresas del sector privado que participaron en la construcción, que se realizó en 10 meses. “Me dicen que era un trabajo para no menos de 24 meses. Hubo muchas ramas de la industria que representa la UIA, nos enorgullece el resultado final”, afirmó.
Particularmente sobre el sector industrial, Funes de Rioja, espera que las empresas puedan tener gas a “costos más competitivos”. Como industrias que podrían desarrollarse, mencionó fertilizantes, polietileno, industria química y petroquímica. Sin embargo, anticipó que zonas con recursos como la Patagonia o la Cordillera podrían convertirse en “verdaderos polos industriales”, pero que para eso debería haber fuertes inversiones en educación y conectividad.
En tanto, desde el sector industrial pyme, Daniel Rosato, titular de IPA, mencionó: “El gasoducto será fundamental para pensar en el crecimiento de la industria a futuro, porque al haber energía, se puede proyectar, y dará mayor previsibilidad a las inversiones”. Además, también destacó las posibilidades a nivel laboral: “Un país más industrializado es más trabajo, mayor poder adquisitivo, y poder terminar con los planes sociales y recomponer la red productiva”.
El potencial energético de la Argentina
– La Argentina se ubica en el cuarto lugar en el ránking de países con mayor volumen de reservas de petróleo no convencional. Casi un 60% de los barriles de petróleo se encuentran en Vaca Muerta.
– Argentina posee también la segunda reserva más grande del mundo de gas no convencial. El 40% se encuentra en Vaca Muerta.
– Los 16 billones de barriles de petróleo de Vaca Muerta suponen el consumo interno de Argentina de 94 años. En cuanto al gas, esta relación se duplica: los 308 trillones de pies cúbicos representan 193 años de consumo interno de nuestro país.
«Este volumen de recursos no sólo nos permitiría suplir el declino de la producción convencional sino también revertir la balanza comercial energética: pasar de un escenario de importación de energía al autoabastecimiento y capacidad exportadora. Algunas estimaciones, calculan un ingreso potencial de divisas anual de más de u$s37.500 millones de dólares.», afirman desde la consultora CEPA la encargada de elaborar este informe.
10 claves del impacto económico que generará la obra
Argentina tiene, según el consumo actual, 150 años de gas garantizado, pero necesita resolver un problema central: su transporte. De esa manera, con la construcción del gasoducto, es posible:
Sustituir importaciones de combustible alternativo (Fuel Oil y Gasoil) importados para la generación termoeléctrica.
Garantizar el abastecimiento de gas para las industrias argentinas durante el invierno
Ampliar la conexión de gas para usuarios que todavía no tienen acceso (30% de los hogares)
Permite enfrentar momentos internacionales que podrían complicar a la Argentina: por ejemplo, la reducción de la producción en Bolivia.
También permite compensar el declino de la producción de petróleo convencional en el sur argentino.
Exportar a los países limítrofes aquellos remanentes de gas natural.
Impacto fiscal: la reducción de importaciones permitiría un ahorro de u$s3.000 millones anuales en la etapa 1 y u$s5.600 millones en la etapa 2. También beneficiaría a regalías para las provincias productoras. El incremento por recaudación podría llegar a u$s50 millones en la etapa 1 y u$s90 millones en la etapa 2.
Ya con la obra en marcha, se expande la capacidad exportadora argentina resolviendo la etapa del transporte que hoy resulta insuficiente para el potencial que existe. Eso permitirá ahorrar dólares por reducción de importaciones de GNL (Gas Natural Licuado).
La estimación respecto del ahorro en dólares para el segundo semestre del 2023, según la fecha en la que se puso en marcha esta obra, comparada con el mismo período de 2022, alcanzaría los u$s1400 millones.
Ya con la finalización del segundo tramo, se podría dejar de importar gas y combustibles alternativos para la generación eléctrica y ahorrar en un año completo, considerando la estacionalidad de las importaciones, entre u$s4 y u$s4,3 millones anuales.