Las trabajadoras y los trabajadores que pertenecieron a la empresa Ambassador Fueguina, hoy propiedad del Grupo Mirgor, continúan sin desempeñar tareas por la demora en reabrir la planta. La postergación obedecería a los problemas que tenía el edificio, la necesidad de refaccionar el lugar y otros inconvenientes. Las operarias y operarios que pasaron a depender de Mirgor temen que “luego que se cumpla el compromiso de contratarnos por 18 meses, quedemos afuera”, ante la falta de una confirmación por parte de Mirgor respecto de lo que sucederá pasado ese tiempo.
Ushuaia.- La reapertura y vuelta a la producción de la planta que perteneciera a la firma Ambassador Fueguina, hoy en manos del grupo Mirgor, se esperaba para esta época del año. Sin embargo, se estima que no sucedería al menos hasta 2024; por diversos inconvenientes que tienen que ver con el estado en el cual estaba el edificio, su necesidad de reparación y remodelación, las refacciones que deben hacer, la puesta a punto necesaria, pero también a “cuestiones políticas que deben resolverse”; según señalaron las fuentes consultadas.
Esta situación, más la falta de contacto directo con el grupo Mirgor, hace que las trabajadoras y los trabajadores que pertenecieron a la ex Ambassador -quienes sostuvieron y cuidaron la planta durante el tiempo que estuvo cerrada- tengan una creciente incertidumbre respecto de su continuidad laboral y lo que vaya a suceder con ellos, luego de los 18 meses de contrato que les garantizaba el acuerdo.
Vale recordar que, al momento de resolverse el concurso de manera favorable respecto del grupo Mirgor, la firma se comprometió a contratarlos por “al menos” 18 meses. Pero hoy temen que “haya sido una estrategia” para luego desvincularlos cuando llegue el momento de abrir la planta nuevamente.
De ser así, poco se puede esperar también de la Unión Obrera Metalúrgica de Ushuaia en defensa de los obreros y las obreras, a raíz de las críticas que le formularon muchas veces a la conducción que encabeza Héctor “colo” Tapia y del abandono que los dirigentes metalúrgicos hicieron de los trabajadores y las trabajadoras, durante el tiempo que permanecieron en el interior de la planta.