La agrupación que nuclea a las familias de estudiantes de Tierra del Fuego que cursan en el norte del país, tienen una marcada preocupación por el alto costo de los alquileres y la reforma de la Ley, que se está tratando en el Congreso. Piensan que el impacto será negativo, impactando aún más sobre las golpeadas economías. Dicen que es como “mantener a dos familias” y en algunos casos están evaluando que sus hijos e hijas vuelvan sin culminar los estudios, por la imposibilidad de solventar los gastos. A esa situación, le suman el costo de los pasajes si quieren venir a visitar a las familias en vacaciones. “¿Qué nos queda? El volver a casa, pero nosotros queremos que vuelvan a casa con sus sueños cumplidos, no así, con la cabeza baja y frustrado”, señaló uno de los papás.
Río Grande – Luís Galindo, referente del grupo de padres y madres que tienen hijos e hijas estudiando en el norte del país; se refirió a la difícil situación que se encuentran atravesando y expresó “una gran preocupación, por la situación que se nos está viniendo. Nosotros tenemos los chicos estudiando en distintos lugares del país, la mayoría están en Córdoba, pero están distribuidos por todo el país. Tenemos preocupación por los grandes aumentos que tenemos, ya sea cada vez que se hace una renovación de contrato, un contrato de alquiler, después las actualizaciones anuales y se nos está haciendo difícil, muy difícil”, remarcó.
Señaló que “un alquiler promedio anda en los 120, 150 mil pesos, si es algo simple o sea de un dormitorio, algo chiquito como para que el chico tenga comodidad para estudiar. A ese alquiler hay que sumarle las expensas, hay que sumarle los costos fijos, después está mantenerse en el día a día, ya sea para los gastos que puedan tener en comida u otros gastos estudiantiles. Entonces, andaría rondando en los 250 mil pesos, 300 mil pesos que tendríamos que tener para que ese chico esté cómodo estudiando”, señaló el papá.
Galindo dijo que las familias “casi duplicamos con lo que tenemos que tener nosotros acá, o sea es como que estamos manteniendo dos casas a la vez. Nosotros estamos haciendo todo el esfuerzo, para que ese chico no vuelva, que no vuelva sin que haya cumplido con sus metas. Pero, todo tiene un límite, si yo no puedo mantener el alquiler allá, en su lugar, si yo no pago un mes, si no pago dos meses, el chico se tiene que volver”, advirtió.
Por toda esta circunstancia, dijo que “el papá está muy preocupado, porque si no puede mantener a ese chico, si bien está buscándole la forma, pero si no puede alquilar un departamento tiene que llevarlo a una residencia, que es un poquito más barato, no tanto, porque también están caras. Pero después, ¿qué nos queda? El volver a casa, pero nosotros queremos que vuelvan a casa con sus sueños cumplidos, no así, con la cabeza baja y frustrado”, señaló.
Respecto de la necesidad de acompañamiento del estado, comentó que estuvieron con el grupo “Volver a Casa”, durante la pandemia, “trabajando entre nosotros, viendo esta preocupación, pero necesitábamos salir para recibir ayuda ya que cada vez se nos estaba complicando más. Habíamos empezado a hacer notas dirigidas a los legisladores, hemos hablado con algunos legisladores y enviamos a la Legislatura un proyecto con el cual queríamos que nos ayuden con el tema de los pasajes. La idea era tener una reducción en los pasajes, y después salió una serie de becas que también necesitamos”, indicó Galindo.
Reconoció que recibieron “unas becas de la Municipalidad de Río Grande y de la Municipalidad de Ushuaia, que han sido realmente beneficiosas. Pero bueno, queremos que se mantengan. Entonces necesitamos ayuda del Estado, tener una reducción en el costo de los pasajes, sabemos los altos que están, los caros que están en los pasajes y necesitamos una reducción. Los chicos sí o sí tienen que venir a estar en contacto con su familia, porque eso es natural y sería de una gran ayuda”, afirmó.
Para concluir, se refirió al tema “de la ley de alquileres, que también se está tratando, haciendo algunas modificaciones que no estamos para nada de acuerdo, porque esto aumentaría nuestro pesar. Quieren aumentar, a pesar de ya tener el aumento anual, y llevarlo a cuatro meses. También que el contrato, en vez de que sea de tres años, se reduzca a dos. Y dejarle al propietario toda la ventaja o la posibilidad de que ellos decidan cómo se van a tratar, esas actualizaciones. Por eso creemos que estamos en desventaja, acá el más débil es el inquilino y es necesario que el Estado se preocupe por él, dándole herramientas como para que pueda, digamos, tener alguna garantía”, concluyó el integrante de la agrupación de madres y padres “Volver a Casa”.