Hay algo que nunca se puso en cuestión sobre la Guerra de Malvinas: el accionar de los pilotos argentinos y sus grandes hazañas. El caso del santafesino Owen Crippa no es la excepción. El 21 de mayo de 1982 se infiltró en la flota enemiga y disparó contra la fragata Argonaut generando grandes daños. El avión fue vendido a un coleccionista estadounidense pero ahora está en un hangar en Atlanta esperando repatriarlo para exhibirlo en Sunchales.
Río Grande.- Hay algo que nunca se puso en cuestión sobre la Guerra de Malvinas: el accionar de los pilotos argentinos y sus grandes hazañas. Si algo infundía terror en los soldados ingleses eran ellos y sus aviones. El caso del santafesino Owen Crippa no es la excepción. El 21 de mayo de 1982 se infiltró en la flota enemiga y disparó contra la fragata Argonaut generando grandes daños, logrando escapar ileso. El avión fue vendido a un coleccionista estadounidense pero ahora está en un hangar en Atlanta esperando emprender el viaje de regreso a la Argentina, particularmente a Sunchales, residencia del veterano de Malvinas, gracias a una importante campaña de repatriación impulsada por el propio Owen.
El avión Aermacchi MC339 (4-A-115) perteneció a la Primera Escuadrilla Aeronaval de Ataque y tenía su base en el aeropuerto de Puerto Argentino. En la mañana del 21 de mayo, el Teniente de Navío Guillermo Owen Crippa fue enviado a comprobar si se estaba realizando un desembarco de las fuerzas enemigas en el Estrecho de San Carlos. Al encontrarse efectivamente con los buques ingleses realizó algo que no se le había ordenado pero que no pudo evitar: abrió fuego.
Atacó solo, arriba del Aermacchi, y logró esquivar el fuego inglés realizando maniobras extraordinarias: desde volar cerca del enemigo al ras del agua zigzagueando para que los británicos se dispararan entre ellos hasta pasar inadvertido e infiltrarse entre los navíos ingleses. Su valentía le permitió volver a Puerto Argentino, hoy Port Stanley, a contar lo que había visto y hecho. El avión que vio una de las proezas más importantes de la guerra fue vendido por la Armada a un coleccionista estadounidense.
Hace algunos meses Owen Crippa inició una campaña para repatriar aquel símbolo de soberanía y heroísmo, trasladarlo a Sunchales, restaurarlo y exhibirlo en dicha localidad. Su comunicado fue replicado en redes sociales ya que se necesita el compromiso de la mayor cantidad de gente posible: 50 mil dólares es la suma que deben reunir para lograr esta última gran hazaña.
Para quienes le interese aportar los depósitos deberán hacerse en la cuenta corriente especial en pesos Nº437609458188023 y Alias: QUESO.CICLO.SUELA abierta en el Aeroclub Sunchales, cuya razón social es AEROCLUB SUNCHALES CUIT 30-63333114-2 CBU 2850376740094581880238.