El oficialismo apuesta a dar señales claras al mercado sobre control y negociación en el plano legislativo. La aprobación en general está garantizada, pero quedan varias dudas sobre el debate en particular de ambas iniciativas.
Buenos Aires.- El foco político estará enfocado las próximas 48 horas en Diputados, que debatirá desde el mediodía del lunes 29 de abril la ley base recortada y el paquete fiscal, luego del traspié oficialista del verano pasado. Con la discusión de ambas iniciativas, el gobierno de Javier Milei busca dar señales claras no sólo para demostrar negociaciones viables en el Congreso pese a ser minoría, sino también para contar con dos proyectos importantes que acompañarán a su nave insignia, el mega Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que desregula la economía, que ya fue rechazado por el Senado y es amenazado en la Cámara baja por la oposición.
La aprobación en general de ambas leyes está garantizada, luego de los dictámenes correspondientes obtenidos, el jueves pasado, en las respectivas comisiones de Diputados. El problema real surgirá durante las votaciones en particular de los textos en cuestión, con artículos que todavía están en puja y un oficialismo que, en realidad, tampoco sabe el nivel de adhesión final de manera específica.
Previo a la sesión, los jefes de bloque realizarán la tradicional reunión de Labor Parlamentaria. Allí, el titular de la Cámara baja, Martín Menem, se juntará con los jefes de bloque para organizar el cónclave en el recinto. Será clave el inicio sin tantas cuestiones de privilegio -muchas, sin argumentos- y que, durante el tratamiento de la ley bases, no se acumule una lista de oradores interminable.
El verdadero inconveniente estará durante la definición en particular de los proyectos, con el recuerdo aún fresco de lo ocurrido el verano pasado. Bajo este panorama, en algunos despachos se analizó la posibilidad de votaciones por capítulo y no por artículo, con incisos que crearon un verdadero desastre en el recinto de la Cámara baja.
Una decisión de ese tipo no aliviaría la tensión ya que, por ejemplo, habrá legisladores que pedirán la palabra para aclarar el sentido de su voto sobre diferentes artículos, ante la votación de un capítulo entero. Para este tipo de casos, las maldades y las dilaciones estarán a la orden del día en algunas bancadas opositoras.
Qué está en juego
La ley bases quedó en casi un tercio de su texto de nacimiento. En caso de avanzar con la iniciativa, habrá emergencias decretadas -en realidad, ya vigentes por el mega DNU que desregula la economía-, con el extra nada menor de facultades delegadas del Congreso al Ejecutivo. Sobre este punto continúan tensiones con fuerzas que rechazan esto.
Otro tema que se mirará con lupa apunta a los fondos fiduciarios, su potencial regreso al Ejecutivo y/o la incorporación de millonadas a la coparticipación, así como las intervenciones y privatizaciones de organismos. El Banco Nación no estará, pero hay alarmas sobre el organismo de datos genéticos.
En los últimos días estuvo en el top de los ítems a seguir la discreta reforma laboral negociada con la oposición “dialoguista” y la CGT: dejará con un saldo positivo a los sindicatos, quienes mantendrán cuotas y cajas trascendentales para sus columnas vertebrales.
Otra cuestión que involucra a las iniciativas está direccionada hacia el régimen para grandes inversores y los reclamos para no olvidar al mundo de las pymes.
Un punto delicado para la sesión de mañana -y el martes- será el tabaco, con impuestos internos que no terminan de definirse e intereses cruzados entre diferentes bancadas y mandamases nacionales.
En cuanto a lo fiscal, las eventuales discusiones se enfocarán sobre el piso de Ganancias -$1,8 millones para solteros; $2,2, para casados con dos hijos- y deducciones; el Monotributo -autónomos en el olvido-; el blanqueo de capitales -advertencias por vacíos y falta de blindaje-; y Bienes Personales, con un debate sobre alícuotas en el país y en el exterior aún no saldada.
Diputados espera terminar lo antes posible con las votaciones y quitarse de encima discusiones que lesionaron al oficialismo. No obstante, el filtro del Senado se activó en los últimos días y desde un puñado de despachos ya avizoran, de mínimo, modificaciones. Todo un desafío para el Gobierno libertario y sus alfiles.