El Gobierno no quiere cambios en la Ley Bases

El oficialismo agotó todas sus cartas de negociación en la Cámara de Diputados y considera que es un «capricho» de los senadores  el planteo de modificaciones con el objetivo de extender el debate. Por eso, admiten que la Ley Bases y el paquete fiscal no estarán aprobados antes del 25 de mayo y que el paquete con ambos textos  volverá a Diputados con cambios. Allí apunta entonces del Gobierno de Javier Milei ya que la Cámara baja puede insistir con el proyecto origianl y dejar de lado lcambios que envíe el Senado.

 

Buenos Aires.- El oficialismo confía en el apoyo de los Diputados, que puede insistir con el proyecto original. El objetivo es que el Senado apruebe la votación general.

Este lunes continuará el tratamiento en comisiones del proyecto Bases y el capítulo fiscal, tras el fracaso que sufrió el oficialismo el jueves pasado, cuando pretendía dictaminar el proyecto pero los radicales miraron a un costado. Los libertarios se mostraron molestos por el desaire pero entienden que necesitan ese bloque como aliado: los números están empatados con UP y les preocupa la votación general.

Al mismo tiempo que LLA se resignaba a llamar a un cuarto intermedio en el Senado, la secretaria de Presidencia, Karina Milei, se estaba sacando una foto con los diputados del PRO en vistas de cerrar un acuerdo electoral para el 2025 y aceitar las negociaciones con la bancada de Cristian Ritondo, aliado en Diputados, para el regreso de Bases.

 

Cambios no, aclaraciones sí

 

La incógnita de cómo será el regreso del proyecto se va a definir esta semana. Como adelantó BAE Negocios, modificar la reversión de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias es un cambio viable para el Gobierno, que busca alivianar el perjuicio de los patagónicos y ganarse sus votos. Blanqueo también es uno de los puntos que sigue en revisión, pero las modificaciones que pueden acceder a dar lugar no serían más que «aclaraciones». Al menos, eso esperan.

El Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), si bien fue uno de los títulos del proyecto más cuestionados por los votos que podrían ser cercanos al Gobierno -como Martín Lousteau (UCR) y Guadalupe Tagliaferri (PRO)-, es también uno de los más urgentes. Según lo que pudo reconstruir este medio, no quieren cambios sustanciales y buscarán mantenerlo como está, salvo por algunas «clarificaciones».

Los diputados «rebeldes» se quejaron de esto. «Si continúan con este formato estoy absolutamente convencido que no van a tener dictamen tampoco esta semana y por eso lo digo con claridad, no busquen más culpables, el Gobierno tiene que hacerse cargo que no hay gestión de la ley», amenazó Maximiliano Abad, integrante del trío de radicales, junto a Lousteau y Pablo Blanco, que hacen caso omiso a la bajada de los gobernadores que sí quieren aprobar el proyecto.

Justamente, el reclamo es por la falta de «diálogo», que se traduce en que no están dispuestos a aceptar sus cambios sin debate. «No veo en el oficialismo que estén trabajando como entiendo yo que debe hacerse para lograr ese objetivo, porque las leyes son perfectibles y nosotros tenemos cosas para aportar para hacer mejores leyes», agregó.

 

El regreso a Diputados

 

Pero lo cierto es que más que preocuparse por la letra chica que pueden sufrir cambios durante la votación en particular, al oficialismo le inquieta asegurarse la votación en general. Aunque todavía no consiguieron obtener ni un dictamen de mayoría, lo único que no quieren que suceda es un rechazo general del Senado: no podrían volver a presentar la iniciativa por el resto del año.

En cambio, una aprobación en general con «pequeñas» modificaciones no es necesariamente definitivo, ya que al tener que regresar a Diputados, la Cámara puede aprobar las modificaciones o, si lo desea, rechazarlas todas e insistir con el proyecto original.

Para eso, necesita la misma mayoría que tuvo el Senado a la hora de aprobar esos cambios. El peor de los casos sería si alguna modificación se respalda con dos tercios, entonces Diputados deberá reunir esa cantidad de adhesiones para remediarlo: serían 48 votos en la Cámara alta y 172 votos en la Cámara baja. Es un escenario difícil de lograr para ambos casos.

Con todo, si las modificaciones que surgen del Senado terminan favoreciendo el proyecto, efectivamente, entonces no habrá mayor problema en ratificarlas en Diputados. Pero favorecer no implica cambiar sustancialmente el contenido: el acuerdo con los gobernadores selló el terreno y el oficialismo busca avanzar, confiado, en que tarde o temprano los legisladores acompañarán a los 7 libertarios.

Por su parte, el ministro del Interior Guillermo Francos se reunió con Lousteau el viernes, luego de que los mandatarios provinciales de la UCR fallaron en convencerlo el martes pasado. Si bien Abad adelantó en sus declaraciones de hoy que no parece haber mejorado el terreno, el objetivo del Gobierno es dictaminar este miércoles o jueves.

En el medio, se continuará debatiendo el paquete fiscal y se espera la visita del jefe de Gabiente Nicolás Posse, quien se pasará por primera vez en el parlamento el miércoles 15 para defender el informe que, por Constitución, debe presentarle a los legisladores de ambas Cámaras para conocer los detalles de la gestión de Milei.

 

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