El apoderado de CAFIN confió en que la ley de bases sirva para que a mediados de año podamos decir que “hemos llegado al piso y que de ahí se puede empezar a crecer”. Sobre los ataques a la promoción fueguina, consideró que es más una cuestión política que económica, y que parece que a algunos sectores “les da rédito pegarle a Tierra del Fuego”. Espera “no tener sorpresas”, a partir del dictamen de minoría presentado por el senador Martín Louteau.
Río Grande.- El licenciado Alberto Garófalo, apoderado de CAFIN, fue consultado en el programa ‘Buscando el Equilibrio’ por Radio Provincia sobre la sesión de hoy en la Cámara de Senadores, en la que tendrá tratamiento la ley de bases. “Las empresas están sufriendo la recesión, han caído las ventas en un promedio del 40% y hay stock como para que no haya nuevos pedidos en lo inmediato. Estamos atentos a lo que pueda pasar con la ley de bases y si esto va a tener algún tipo de efecto para la recuperación, que es lo que estamos esperando. Esperamos que a mediados de año podamos decir con alguna certeza que hemos llegado al piso y que de ahí se puede empezar a crecer”, expresó.
Consultado sobre el proyecto en minoría que presentó el senador Martín Lousteau, que avanza sobre la 19640 y abriría la posibilidad de que los fueguinos paguen Ganancias, consideró que “todas estas iniciativas que nos tocan tan de cerca últimamente en el Congreso, son más una cuestión política que económica. Lamentablemente lo estamos sufriendo por portación de apellido en algún caso, y en otro porque, visto cómo está instalado el tema en la opinión pública, les puede dar rédito pegarle a Tierra del Fuego”.
Espera que no haya contratiempos, porque “en realidad cuando se presenta tan confusa una votación y se superponen los dictámenes, uno tiene que estar muy atento porque puede llegar a salir cualquier cosa. De todos modos lo que salga del Senado tiene que volver a Diputados y ahí se puede volver a revisar. En definitiva esperamos no tener sorpresas, que Tierra del Fuego siga afuera de estos recortes que se vienen, y poder sostenerlo en el tiempo para demostrar que están equivocados si suponen que Tierra del Fuego es simplemente una asignación de fondos que no tiene sentido. Lamentablemente hay falta de conocimiento de lo que representa el régimen para la provincia”, sostuvo.
“En el plano técnico hay discusiones que se pueden dar y vale la pena dar. Nunca está de más que quien tiene una visión equivocada entienda los argumentos por los cuales nosotros defendemos la ley, sin ser obtusos y aceptando que es necesario algún tipo de modificación para que no castigue al presupuesto nacional, pero siempre con un sentido productivo, respetando y manteniendo lo que hoy está funcionando”, planteó.
“Hay otra vertiente, que es aquella donde en momentos como este donde todo pasa a través de un prisma político, es muy difícil dar la batalla porque a nadie le interesa cuál es la verdad. Acá lo que vale es tener un argumento para castigar, para oponerse, mostrar que hay caminos alternativos, y no porque realmente piensen que Tierra del Fuego es el problema, sino que no les interesa el daño que están causando con esto, en la medida que suponen que les puede dar alguna ventaja política. Realmente es indignante lo que está pasando”, calificó.
Por otra parte se refirió a la situación de las textiles. “Lo que sucede es que en momentos de crisis muchas veces se hace inevitable que las empresas busquen alternativas, que anticipen vacaciones o traten de negociar suspensiones. Llega un punto en que la empresa no puede sobrevivir si no toma ciertas medidas, que son odiosas y llevan mucha intranquilidad a las familias de los trabajadores. Esperamos que esto pueda ser revertido, porque hay condiciones para que suceda, y se pueda volver a tomar a la gente que hoy se queda sin trabajo”, confió.
“Más allá de la impaciencia que genera que todavía no se haya autorizado la prórroga, tenemos que ver cómo se interpreta el decreto 594 en lo que hace a la forma en que las empresas textiles van a tener que empezar a perder parte de sus beneficios a partir del 1° de enero del año que viene. La redacción del decreto no es muy feliz, pero hay algún tipo de interpretaciones que no se ajustan a lo que dice el decreto. Hoy tenemos dos expectativas en cómo se va a interpretar el tema de la calidad de los beneficios, y en qué momento finalmente se va a otorgar la autorización para continuar trabajando por cinco años, prorrogables por otros cinco más”, indicó.
Advirtió que más allá de las textiles, “la baja del consumo está afectando a toda la cadena productiva. Algunos sectores han empezado a repuntar un poquito, que son aquellos que producen bienes finales, porque al extenderse las cuotas y bajar la tasa de interés, se pone más atractivo poder vender bienes que de por sí tienen precios unitarios altos. Si no es a través del financiamiento y el plan de cuotas son muy difíciles de afrontar”, concluyó.