Lovece consideró “ofensivo” que se revea la ley “por el interés individual de un empresario”

El titular de la fundación Ushuaia XXI, Julio Lovece, explicó que la explotación a gran escala de salmónidos no sería posible en Tierra del Fuego, por razones geográficas, y lamentó que se esté intentando rever una ley por el interés de un empresario al que, si no le va bien, abandona el proyecto y se dedica a otra cosa. Detalló los perjuicios que causa la metodología de explotación que se usa en Chile y se pretendería extrapolar a la provincia, y aclaró que no está prohibida la salmonicultura, sino que se permite en condiciones que no dañen el medio ambiente.

Río Grande.- El titular de la fundación Ushuaia XXI, Julio Lovece, fue consultado en el programa ‘Buscando el Equilibrio’ por Radio Provincia sobre el intento de modificar la ley que prohíbe las salmoneras, luego de las declaraciones de Rubén Cherñajovsky y la permeabilidad del legislador Federico Sciurano y los legisladores de Republicanos Unidos a revisar esa prohibición. “Hay una clara intención del empresario de diversificar su matriz productiva en función de lo que le está ocurriendo en estos últimos meses. Supongo que en función de la realidad que está viviendo, está tratando de diversificar su matriz productiva para ver si encuentra en la salmonicultura alguna alternativa para invertir y desarrollar una actividad que la ley no prohíbe. Lo que prohíbe la ley es el modelo chileno, que habitualmente conocemos como el engorde de salmones en jaulas en el mar. Es lamentable, porque esta ley es un ejemplo para nosotros y surgió de un proceso muy extenso, que llevó años de debate. Han participado muchísimas personas en forma multisectorial, científicos, empresarios de turismo, ONG ambientalistas y no ambientalistas, distintos técnicos, y legisladores de todos los bloques”, remarcó.

“La verdad que estar reviendo una ley por el interés individual de un empresario, me parece un poco ofensivo. El primer concepto erróneo es que se puede llevar adelante un emprendimiento a gran escala. Es una falacia muy fácil de demostrar, aun para mí que no soy un experto. Chile es exitoso en esta producción porque tiene una geografía distinta. Sobre el sector chileno hay una innumerable cantidad de islas, fiordos, bahías, caletas y brazos de agua. La salmonicultura requiere de agua y de refugio, por eso es la geografía ideal. Si trazáramos una línea que uniera toda la costa marítima de Chile con cada una de las islas que tiene, hablaríamos de no menos de 80 mil kilómetros de largo de costa marítima. Nosotros tenemos 200 kilómetros desde Bahía Lapataia hasta Moat. El que diga que quiere aplicar el modelo chileno está mintiendo alevosamente. Ayer escuchaba hablar de cinco lugares donde se podrían colocar las jaulas, y Chile tiene miles. Cuando se habla de que nosotros podríamos competir con Chile, es una mentira atroz”, aseguró.

“Este empresario va a probar qué suerte puede tener con el engorde de salmones. Si no le va bien, se va a ir a otro emprendimiento o a invertir plata en otro rubro, y nosotros nos vamos a quedar con la basura”, fustigó.

Dado que Newsan compró Pesantar, se le preguntó si podrían usar los barcos para este emprendimiento. “Son dos cosas distintas, yo no creo que usen los barcos de pesca de altura. Lo que el empresario necesita en este momento es que se derogue la ley, aunque no le está impidiendo hacer salmones. Puede hacerlo con la metodología en tierra, con agua que va recirculando y se va limpiando. Lo que pasa es que esta metodología no es la que busca, él quiere tirar jaulas en el canal a la vieja metodología chilena, si las autoridades se lo autorizan. En todo caso tenemos que sincerar el debate. Si los que están propiciando este tipo de proyectos van a poner como ejemplo a Chile, creo que ahí nos estamos equivocando porque Chile tiene serios problemas”, manifestó.

“Es cierto que Chile tiene importantes beneficios y exporta por varios miles de millones, pero creo que si a la ganancia que tiene Chile en exportaciones se le descuentan todos los pasivos ambientales y todo el daño que ha generado la salmonicultura en esa zona, posiblemente los ingresos serían mucho menores. Como a esas empresas se les habilita todo y no se las controla, obviamente todo es ganancia. Esto requiere de aguas prístinas, y una vez contaminado el lugar, se tienen que ir a otro. Se dejan los pasivos ambientales, la contaminación, se van a otro lado y van buscando lugares donde las reglamentaciones son laxas, donde no hay controles, o donde en función de determinadas inversiones se les permite absolutamente todo”, expresó.

“Esto excede lo que es un estudio de impacto ambiental, porque está probado que esa metodología es altamente contaminante. Se colocan cientos de jaulas con cientos de miles de salmones que se ponen a engordar, les tiran alimento y el 25% de ese alimento que les tiran lo alcanzan a comer y el 75% va a parar al fondo del mar. A eso se le suma la materia fecal y el orín de los salmones, que mata todo el fondo marítimo. Entre otros focos infecciosos, hay que sumar las enfermedades de los salmones, que están hacinados, a los que les tienen que tirar antibióticos que contaminan el mar, y además les tenemos que sumar que las jaulas, aunque haya refugios muy efectivos, se rompen ante las marejadas, los salmones se escapan y, como es un animal carnívoro, come todo lo que encuentra a su paso. La contaminación que producen ya no necesita de un estudio de impacto ambiental, porque es espantosa”, enfatizó.

 

Ecotasa y buses de turismo

 

Por otra parte, se refirió al fallo de la Corte en Bariloche, que anuló la ecotasa por considerarla inconstitucional y consideró que en Ushuaia podría ocurrir algo similar “porque se ha sentado el precedente y podría ocurrir exactamente lo mismo. Es muy interesante este antecedente, porque es un debate instalado en Ushuaia y sabemos que hay ciertas diferencias de criterios entre el municipio y el sector privado respecto de la imposición de una ecotasa”.

Respecto de la prohibición de circulación de los micros de turismo en el centro de la ciudad, planteó que “hay que ver si la circulación genera tanta incomodidad como para sacar una ordenanza que impida que estén los colectivos de gran porte sobre la calle San Martín; y luego hay que ver la metodología, porque no es lo mismo sacar una ordenanza que ha tenido un proceso de amplia participación, donde todo el mundo pudo exponer, que sacarla como se hizo, de un día para otro, como una imposición. El sector turístico se enteró por los medios de que no podían circular más los micros por el centro. Con esta imposición de una ordenanza sin consultar, por supuesto coincido plenamente con la postura del sector privado, porque me parece que no es la manera. Respecto de si en algún momento los micros van a tener que ser más chicos para andar por el centro, es un debate que tenemos que dar y posiblemente en algunos años el empresariado tenga que aceptar esto. Hoy lo que está pasando es que un grupo que antes se movía en un solo micro, está usando varios vehículos y la incomodidad, si no es la misma, es similar”, concluyó.

 

 

 

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